El cuerpo humano, el de los animales, las plantas procesan la materia ingerida, la procesa sin que nosotros intervengamos; en este sentido es autónomo; la procesa para su manutención; de esta manera podemos subsistir; algo similar ocurre en las células. ¿Quién maneja todo esto?, ¿quién conduce o guía la máquina, nuestro cuerpo? ¿Intervenimos nosotros en el proceso? En una fábrica de enlatados, ¿quién o quienes intervienen? Alguien conduce la situación. Así sucede en nuestro organismo, y no somos nosotros. Con relación a toda esta compleja actividad, algunos científicos han llegado a afirmar que para que tales resultados se den, es necesario que las células piensen. Todo el que estudia a fondo el comportamiento de la célula, de esta minúscula máquina orgánica, queda asombrado.