Tras esa rectificación, Neurometafísico, podemos ya ir planteando el debate.
En primer lugar, hay dos términos en tu exposición cuyo uso no me convence. Por un lado, "intuición"; no sé muy bien a qué te pretendes referir. Voy a dar por supuesto que te refieres a "intuición" en sentido kantiano, es decir, intuición sensible, y no a vías extrañas de acceso directo a no sé qué realidades trascendentes y no perceptibles por los sentidos. Pero convendría que lo aclararas, porque si esto es un debate místico, no voy a perder más tiempo.
En segundo lugar, "universo", palabra que utilizas varias veces de una forma inapropiada. Como ya tuve ocasión de señalar en relación con una frase de Teresa Oñate, que hacía el mismo uso indebido que tú de esa palabra, es cierto que "universo", en una acepción de esa palabra, es sinónimo de "mundo", pero sólo en la acepción de "conjunto de todas las cosas creadas". Pero universo no es sinónimo de mundo en cualquier acepción de esta última palabra. Así, creo entender que quieres hablar de "mi mundo", en el sentido de mi experiencia o mi ambiente, cuando dices "mi universo". Pero universo y mundo no son sinónimos en esa acepción de mundo.
Dicho lo cual, también me gustaría añadir que, en lo que a mí respecta, doy por supuesto que los que intervienen en los debates de este foro tienen un cierto nivel de conocimientos filosóficos. Y eso incluye, por ejemplo, conocer la exposición de Hume sobre la unidad de la conciencia, y la posterior de Kant sobre el mismo asunto. Es una cuestión que se puede encontrar no sólo en los textos originales de estos filósofos (
Tratado sobre la naturaleza humana y
Crítica de la razón pura, respectivamente), sino en cualquier manual solvente de Teoría del conocimiento e incluso en cualquier Historia de la Filosofía acreditada. (Naturalmente, si se trata de algún aficionado o aprendiz que da sus primeros pasos en filosofía, no hay inconveniente en intentar dibujarle en unas pocas palabras un panorama sucinto de cualquier cuestión filosófica; pero eso es pedir ayuda los que saben poco a los que saben más, y no pretender mantener un debate filosófico de cierto nivel.)
Digo lo anterior porque resulta sorprendente que, existiendo ya esa crítica a la continuidad y unidad de la conciencia, se pase por alto y se pretenda que volvamos o empecemos por la introspección de tipo cartesiano como si no se hubiera progresado en esas cuestiones por filósofos de mucha entidad desde hace más de 250 años.
Dicho esto, paso a considerar tu pregunta:
Neurometafísico escribió:
¿Es correcto lo que advierto respecto de la continuidad, respecto de tus vivencias conscientes?
¿Tienes la misma constatación en tu universo personal?
Pues no es correcto.
En primer lugar, es bien conocido que la intuición sensible es bastante engañosa. Por ejemplo, ponte a mirar una noche la Luna. ¿Qué ves (o mejor: qué crees que ves)? Cómo la Luna se desplaza en el firmamento. Pero si sabes que la Tierra gira sobre sí misma en un movimiento de rotación, entonces lo que ves es cómo la Tierra gira, y tú con ella, y vais dejando atrás a la Luna en sus posiciones en el cielo. Eso es evidente para mí en una observación con telescopio, en la cual debes corregir continuamente la posición y el enfoque, pues la Luna va dejando de ser visible; y piensas: ¡qué rápido gira la Tierra! (no: qué rápido se mueve la Luna). Es como cuando vas sentado en un tren y miras por la ventanilla: ¿ves cómo los postes y los árboles se mueven o ves cómo te mueves tú?
Y es también muy conocida la capacidad humana para "completar" las percepciones y darles una continuidad de la que las percepciones carecen por sí. El caso más conocido es el del cine. Se trata de una serie de fotografías fijas proyectadas en una pantalla, pero que, al ser reproducidas a determinada velocidad, creemos ver movimiento. O una pantalla de ordenador, en la que tú ves una figura con luces y sombras cuando realmente sólo hay una gran cantidad de puntos luminosos discontinuos. Y hay muchísimos experimentos que demuestran cómo la mente humana "completa" y da continuidad a experiencias sensibles discontinuas.
Neurometafísico escribió:
Háblame de tu universo y de ti mismo mientras estás durmiendo sin soñar o cuando has sufrido un supuesto desmayo.
Fíjate que no hay nada.. ni tiempo ni espacio... nada.
En el caso de dormir, tiene un recuerdo precedente consistente en tu última reflexión antes del supuesto suceso de dormir e inmediatamente y a continuación, tu vivencia de despertar al otro día.
¿Cómo atestiguas el supuesto acto de haber dormido?
Mediante una imaginería en la cual te supones durmiendo (ojo y esto es relevante: te imaginas en tercera persona durmiendo, como si te vieras a ti mismo en ese acto).
Pero sólo es imaginación, ya que el dormir sin sueños, en otras palabras, en un acto No Consciente, es sinónimo de Inexistencia. Luego No existe.
Que alguien llegue a decir "el supuesto acto de haber dormido" me parece fascinante. Evidentemente llegar a pensar así es fruto de un prejuicio, por otro lado totalmente infundado. ¡Decir que yo no existo mientras duermo!
Evidentemente, tu prejuicio es que hay una sola conciencia (o una sola forma de conciencia) y, por tanto, mientras ésta no es plena, no es conciencia. Y como, además, reduces el mundo a tu conciencia (de ahí lo de decir "universo" por "mundo") mientras no hay conciencia no hay mundo.
Pero creo que se puede explicar de forma sencilla lo que ocurre durante el sueño si admitimos distintos niveles o formas de conciencia, como hace Block (
On a Confusion about a Function of Conciousness), u otros muchos autores, aunque con terminologías diferentes. Hay una conciencia fenoménica, consistente en recibir en el cerebro los estímulos sensibles. Esa conciencia fenoménica no se interrumpe durante el sueño e incluso va acompañada de la conciencia de acceso que permite interaccionar con el entorno y dar respuestas físicas: si me pica un mosquito, noto la picadura; si hace calor, sudo; si oigo un ruido fuerte, me despierto; si me empuja mi pareja, me doy la vuelta; etc.
Pero durante el sueño no hay conciencia monitora o de segundo nivel: no soy consciente de mi conciencia fenoménica. Ahora bien, cuando me despierto, vuelvo a recuperar la conciencia monitora. Naturalmente, soy consciente de haber dormido y de ser yo mismo el que me dormí y el que ahora me despierto. Y aunque haya estado inconsciente monitoramente hablando, he estado consciente fenoménicamente hablando. De hecho, tu explicación de que me duermo y dejo de existir y me despierto y vuelvo a existir, y en el intermedio, como he estado inexistente, no ha pasado nada, por lo que la conciencia no se ha interrumpido (la nada no puede interrumpir la existencia) es contraria a mi experiencia personal, y supongo que a la de cualquiera. Efectivamente, ni la pérdida (al coger el sueño), ni la recuperación (al despertar) de la conciencia monitora son instantáneas; siempre hay un pequeño lapso de tiempo hasta que se alcanza la plena conciencia al despertarse. Si uno se despierta en su propia cama, es fácil recomponer la (ficticia en el sentido de meramente mental) unidad del yo mediante la conciencia monitora. Pero sucede a menudo que, si te despiertas en un hotel cuando estás de viaje, tardas más en reconocerte a ti mismo, en recuperar la conciencia monitora, porque el entorno, lo que ves, no te resulta familiar y se hace más difícil recuperar la conciencia monitora desde una conciencia fenoménica que recibe experiencias desconocidas, o poco habituales, que desde una conciencia fenoménica que recibe experiencias familiares. Afortunadamente no he tenido esa experiencia, pero creo que si me durmieran con cloroformo para secuestrarme y me despertara en una habitación completamente desconocida e ignorante de qué había sucedido, me costaría mucho más recuperar la conciencia monitora, y el proceso de recuperación en ningún caso sería instantáneo, sino de una cierta duración.