Muere carlos Marx y va al infierno, por supuesto.
Lo recibe Satanás y tras el análisis de su curriculum le asigna el lugar que cree adecuado para él allí, para morar el resto de la eternidad.
A los pocos días se convocan manifestaciones y paros generales con críticas al orden establecido y reivindicaciones de derechos de distintos tipos, más horas de frío, bajada general de temperaturas, moderación de torturas y castigos, trato igualitario a todos los penados sin marginaciones de ningún tipo por la especificidad de sus pecados, etc, etc, etc. A la cabeza de todo ello Marx como teórico e instigador.
Satanás ante tal tesitura decide aplicarle a Marx criterio de buena conducta y mandarlo al cielo para que allí se las arreglen con él.
Pasa el tiempo y Satanás se extraña de no haber tenido noticias del tema y decide subir al cielo a ver si se entera de algo y como respira el asunto.
Toc ! Toc ! (llamada a la puertas del cielo)
Abre San Pedro
-Hombre Satanás, cuánto tiempo !
-Sí Pedro, cuánto tiempo, desde aquel malentendido del paraíso que no nos veíamos !
-Joder, estás igual que hace milenios, te trata bien la vida, estás moreno.
-Sí Pedro, por tí tampoco pasan los milenios. Pero oye escucha lo que te digo. ¿Qué ha sido de un tipo que os mandé hace un tiempo, un tal Marx?
-¿Quién? ¿Carlos? ¿Carlitos? Ah muy bien ! Míralo precisamente va por ahí, leyendo como siempre.
-Oye y Dios qué piensa de este?
-Satanás, compañero, Dios no existe.