A mí esta película me ha fascinado.
En primer lugar el hecho de llevar un película al espacio "espacial", valga la redundancia, es sumamente provechoso para incitar al espectador a la reflexión, pues desde "allá arriba" hay una ruptura total con la inmediatez de la vida dada que es la vida real y manifiesta de cada uno con sus pequeñas manías y locuras. Partiendo desde esta base, a mi juicio la película habla mucho sobre una búsqueda de una "naturaleza humana". Hay múltiples escenas en las que se pone de manifiesto que aunque los hechos culturales son diversos, como por ejemplo una estampa de una figura cristiana y otra del mismo Buda, el fin que subyace es el mismo, una religión necesaria para la condición humana que le haga redimir su condición finita. Esto, junto a esa estación espacial internacional, debería de obligar a pensar en un tipo de trascendencia del relativismo cultural.
Por otro lado reflexioné sobre una dialéctica entre La Tierra y El Espacio. Desde aquí abajo, al menos en los países neocapitalistas, es decir, en la inmensa mayoría del planeta, La Tierra suele ser tomada como un lugar siniestro en el que la guerra, la sangre y, en definitiva, ese "darwinismo social" es el pan nuestro de cada día. Por eso quizás desde aquí abajo pensemos que en "otro mundo" la vida sería menos lesiva y menos dañosa, incluso en un mundo ultramundano como el que nos promete el perfume de la fe. Sin embargo la película es un avatar de acaecimientos funestos para ésta especie frágil y miedosa que es el ser humano, acaecimientos funestos que se dan en "ese otro" mundo que no es un mundo ya humano, sino un mundo natural por cuanto no depende de la mano del hombre. Pues bien, en esta tesitura es más que manifiesto que la intención de la película pasa por llevar al espectador a amar la Tierra desde el Espacio, es decir, en hacernos ver que el humano, por más que sueñe con la religión o con la técnica emancipatoria, está lanzado por necesidad a vivir y morar en la madre Tierra (como se la llama alguna vez en la película). Esto podría derivar en una reflexión política, pues si hay mal en el mundo es primeramente un mal social.
También me gustó la escena final. El apego a la tierra brinda al ser humano la posibilidad de una resurrección inmanente; un cambio de actitud que lleva al humano a vivir desde otra perspectiva y a saber que no se puede vivir en un espacio abstracto y asocial aunque también aproblemático, como es el Espacio, pues el sentido que se le da a la vida depende de los otros, del intercambio simbólico y afectivo que constituyen a las personas e instituyen a las sociedades.
Animo a verla en 3D, tal como ha dejado dicho Rafael.