El Abel escribió:
Hola, Silvanus:
"Lo consciente no se opone de forma decisiva a lo instintivo. La mayor parte del pensamiento consciente de un filósofo está secretamente regido por sus instintos y forzosamente canalizado en vías definidas".
Esto es algo bastante revolucionario y es una
perspectiva que remueve del sillón a más de uno. Supone negar, no sólo una realidad positiva, sino que lo que consideramos como verdad o realidad lo es porque
nos lo pide el cuerpo. El cuerpo en cuanto regulador y catalizador de lo que nos acontece.
Podemos acudir a todas las
razones prácticas que uno quiera pero si vemos el abuso, la calumnia, la mentira, etc, y nos da dolor de estómago, entonces mejor alejarse. Dicho de una forma un tanto burda, ¿no será el estómago y no la metafísica la fundamentación de nuestras costumbres?, ¿no será que donde vemos razones universales contra los mentirosos no hay más que asco que nos revuelve las tripas? Si se concibe así entonces se entiende por qué nuestro buen amigo Nietzsche nos relata lo mal que le sienta la cerveza, que el té es bueno en climas cálidos pero que por la mañana es mejor una taza de chocolate. Pero como la necesidad de Almax no es universalizable acudimos al
imperativo categórico.
En ese TFG creo que el estudio del cuerpo como catalizador de todas estas
verdades sería fundamental. Creo que también el arte por cuanto nos despierta todas estas emociones.
A mí me gustaría orientar el TFG sobre estética pero todavía me quedan unos cuatro años o así. Voy a medio o un tercio de curso por año así que aún me queda. Mucha suerte.
Saludos
Durante el estudio de Nietzsche no he visto que se trate de lo uno o lo otro (la metafísica o lo corporal), sino que DE lo corporal surge
una determinada metafísica. A ti te puede causar malestar la mentira, pero Maquiavelo la receta para el buen gobierno y como una virtud del príncipe. César Borgia (o Borja), es uno de los hombres que más admira Nietzsche.
No existe una fundamentación (entiéndase: una como única, verdadera, legítima) de las costumbres, ni de la Verdad, ni del Bien o del Mal. Se trata de que, como seres humanos, somos seres valorativos, es decir, creadores de sentido. Todo filósofo-artista y en extensión toda persona, nivela e impone valores a la realidad. Pero nada nos dice que un valor sea Verdad. Ni que detrás de lo impuesto como Bien o Virtud exista una esencia.
Escribe Nietzsche: “..,mensurar la verdad tiene algo de ilusión, puesto que más que la verdad, deberíamos apreciar la fuerza que crea, simplifica, configura e inventa.
¡Todo es falso! ¡Todo es lícito!”
Y de ahí que seamos seres estéticos por principio y fin. Además, el "espíritu libre" es aquel capaz de forzar en sí una voluntad, unificada, afirmativa, que centraliza todos lo pequeños y restantes impulsos (valoraciones).
El tema se ramifica y tampoco voy a poner ahora lo que tengo ya del TFG. En su día, si puedo, ya lo subiré a descargas del foro.
Un saludo.