Onofre escribió:Se puede decir que la filosofía hegeliana en su conjunto es una radical teleología encarnada por el espíritu en su camino hacia el absoluto?
Hegel opera una sustitución del principio de causalidad por el principio de finalidad. No concibe la realidad como una relación de fenómenos determinados naturalmente, sino que la concibe como necesaria por estar determinada a un fin. A esta causalidad final yo no me atrevería a llamarla “natural” (como ocurre en Kant): las funciones orgánicas obedecen a un fin natural, pero la historia, no.
De todos modos, no me queda claro si la universalidad del principio de finalidad impone también su necesidad a todos los fenómenos.
El
ardid de la razón no es una noción hegeliana. Kant había desarrollado la idea en el marco de una teleología natural: "Las disposiciones generales de una criatura están destinadas a desarrollarse completamente en el tiempo y conforme a un fin" (
Crítica del juicio 8, 18).
Al llevar esta teleología natural al ámbito humano, Kant afirma que la realización de esas disposiciones (racionales en el caso del hombre) sólo puede darse merced al establecimiento de una sociedad civil que administre universalmente el derecho.
Entonces, Kant afirma la actividad de un mecanismo insondable que determina la
insociable sociabilidad de los hombres:
"Seres humanos particulares, e incluso pueblos enteros, apenas reparan en que, al perseguir cada uno su propósito de acuerdo con su modo de discurrir y a menudo contra la integridad de los otros, sin darse cuenta, siguen, como un hilo conductor, la intención de la naturaleza, que para ellos mismos es ignota, y laboran por su cumplimiento" (
Crítica del juicio 8, 20).