Para Aristóteles, desde el estudio del físico, cierto tipo de alma no puede darse sin materia. La física estudia realidades que no pueden existir separadas de la materia y que no son inmóviles.
Las afecciones del alma, por su parte, presentan además la dificultad de si todas ellas son comunes al cuerpo que posee alma o si, por el contrario, hay alguna que sea exclusiva del alma misma. Captar esto es desde luego, necesario, pero nada fácil. En la mayoría de los casos se puede observar como el alma no hace ni padece nada sin el cuerpo, por ejemplo, encolerizarse, envalentonarse, apetecer, sentir en general. No obstante, el inteligir parece algo exclusivo de ella; pero ni siquiera podrá tener lugar sin el cuerpo si es que se trata de un cierto tipo de imaginación o de algo que no se da sin imaginación. Por tanto, si hay algún acto o afección del alma que sea exclusivo de ella, ella podría existir separada; pero si ninguno le pertenece con exclusividad, tampoco ella podrá existir separada… De Anima
En la Metafísica dirá
… Es evidente también que el alma es la entidad primera, el cuerpo es materia y el hombre o el animal es el compuesto de ambos universalmente tomado…
Y un poco después, al expresar que de la parte compuesta hay definición en cierto sentido y en otro no, expresa … pero sí la hay de la entidad primera, por ejemplo, la del hombre es el enunciado del alma. Y es que la entidad es la forma inmanente de la cual, juntamente con la materia, resulta lo que llamamos entidad compuesta.
La esencia es la entidad de cada cosa singular, algo que opone a las Ideas platónicas pues si estas Ideas constituyen la esencia de las entidades sensibles, tendrán que identificarse con ellas por lo que no pueden existir separadas de lo sensible ni desde ese lugar pueden explicar la génesis de las entidades sensibles. Aristóteles parte de que la forma ni se genera ni hay generación desde ella y eso pueda dar lugar a pensar su existencia eterna y trascendente, como las Ideas platónicas. La forma en Aristóteles es eterna, pero es evidente que, si existen en realidades fuera de los individuos, tal como algunos acostumbran a hablar de las Formas, la causalidad de las Formas no tendría utilidad ninguna para explicar las generaciones de las entidades. Y por eso mismo tampoco serían entidades en sí mismas.
Hay otra ciencia teórica, junto a la física y las matemáticas: la teología, que estudia realidades subsistentes, al margen de la materia, e inmóviles. Esta ciencia teológica, es ciencia primera y dice Aristóteles en la Metafísica que esta ciencia estudia causas que son eternas ya que son causas para las cosas divinas que percibimos. Subrayo ese proposición relativa por lo que tuviera que ver esa teología con una teología inmanente, así como lo siguiente del mismo texto en relación con la teología (ciencia primera) …(No deja de ser obvio, desde luego, que lo divino se da en esta naturaleza, si es que se da en alguna parte)... Será al filósofo primero al que le implique el estudio de las formas que existen separadas de todo tipo de materia, pues estudia “lo que es” en tanto que algo es (el ente en tanto que ente, dirá Oñate) y “qué es” (forma/esencia/definición) en tanto que algo es, aspecto que muestra la conexión entre la ontología y la teología, algo que resulta difícil de explicar para las interpretaciones dualistas de la Metafísica o Ciencia Primera.
Parece que entiende Aristóteles las formas eternas pero inmanentes, y en el caso de las entidades, la entidad primera, la forma/esencia para el hombre es el alma y esta perece con el cuerpo. Si Averroes detectó esto, entiendo la perplejidad ya que pertenecía al credo de una religión monoteísta. En Aristóteles hay una teología, es politeísta e inmanente.