Hoy se cumplen 111 años de la muerte del filósofo y filólogo alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900). Tal vez uno de los pensadores más controvertidos, polémicos, cáusticos y ambiguos del panorama filosófico del siglo XIX. Su exacerbado espíritu crítico se fue construyendo mediante una mezcla de un gran número de influencias, tanto filosóficas como literarias y artísticas surgidas del romanticismo, a las que alabó tanto como menospreció. Entre las más destacadas cabe mencionar a los presocráticos (principalmente Heráclito y Jenófanes), Goethe, Heine, Voltaire o Feuerbach. Pero sin duda la mayor influencia fue la ejercida por la metafísica irracionalista de Schopenhauer que le hizo inclinar definitivamente la balanza de su actividad creativa en favor de la filosofía y en detrimento de sus investigaciones filológicas y de sus aspiraciones poéticas.
Escritor de prosa soberbia, cultivó principalmente el aforismo a través del cual desarrolló su pensamiento asistemático caracterizado por un empecinado espíritu de resistencia al panorama político social de su época que germinó en un manifiesto odio y en una crítica sin tregua al pangermanismo en todas sus formas, al socialismo y al cristianismo, al que que culpó de todos los males de la humanidad. No en vano entendía la filosofía como una actividad crítica que tomó como punto de partida para explicar las causas históricas y psicológicas del vacío moral que había invadido Europa, para tratar de desenmascarar los falsos candidatos que pretendía desempeñar el papel de la nueva moralidad y, sobre todo, para intentar trascender las limitaciones de todos los sistemas de moralidad existentes hasta el momento e introducir proféticamente –a través de una “transmutación de los valores”- una nueva forma de vida.
Esta tarea nos legó un puñado de conceptos claves, tales como la voluntad de poder, el amor
fati, el nihilismo, el eterno retorno, la muerte de Dios, o el superhombre, que han ejercido una enorme influencia en muchas de las más destacadas corrientes filosóficas del siglo XX, como es el caso del existencialismo, la fenomenología o el postmodernismo. Influencia que sigue muy vigente en nuestros días tanto a nivel popular como en ambientes filosóficos y académicos. En la Uned su figura y su legado aparecen de forma destacada como materia de estudio en “Teoría del Conocimiento”, “Historia de la Filosofía Moderna” o “Filosofía de la Religión”.
Nota: El retrato de Nietzsche fue pintado por Edvard Munch en 1904. El pintor noruego decía lo siguiente sobre su cuadro: “
Lo he representado como el poeta de Zaratustra... Está de pié en su mirador y mira hacia bajo hacia el profundo valle. Se puede pensar en el pasaje donde dice que está en luz, pero desearía estar en la oscuridad, pero también en cualquier otro lugar de sus escritos”