Tienes razón, Kierkegaard, en que la linealidad del tiempo es una aportación judeo-cristiana a la filosofía occidental. Pero también es cierto que la crítica hermenéutica de Heidegger-Gadamer a la metafísica platónico-cristiana en esta cuestión incurre en un cierto reduccionismo, por falta de la adecuada matización.
Es muy interesante a este respecto el siguiente fragmento del capítulo "Razón, utopía y disutopía" del libro "Desde la perplejidad" de Javier Muguerza (pág. 390), que someto a vuestra reflexión: "En opinión de Bloch, la filosofía clásica premarxista careció de ese sentido esperanzado de la anticipación al que da el nombre de la 'mirada hacia adelante', como lo muestra el que para Platón todo conocimiento pudiera reducirse a anámnesis, o reminiscencia de algo ya conocido en el pasado, y que para Aristóteles la esencia fuese to ti en eínai o 'lo que era ser' en tanto que definición ya cerrada de la entidad en cuestión. Pero incluso aquellas filosofías -como las de la tradición judeo-cristiana en cuanto diferente de la griega- para las que la perfección sería un estado final más bien que antecedente, desde San Agustín a Hegel, carecen asimismo de perspectiva de futurición y de sensibilidad para el cambio y la aparición de la novedad, de suerte que lo ultimum se halla en esas filosofías relacionado con un primum, pero no con un novum, y el resultado a que se aboca en el decurso histórico no será sino la restitución en plenitud de algo que había desde el comienzo, sea la Ciudad de Dios o el Absoluto. (...) Pues lo que considera Bloch el 'punto arquimédico' de su propia filosofía, esto es, de su peculiar concepción del marxismo, es precisamente el saber anticipatorio o referido no sólo a lo pasado, ni tan siquiera a lo presente, sino a lo porvenir..."
Por tanto, aunque es muy frecuente en la tradición Heidegger-gadameriana dar una patada al marxismo en el trasero de la tradición metafísica judeo-cristiana, se está así escamoteando esa diferencia esencial que pone de manifiesto Bloch. Pues esa tradición judeo-cristiana, aunque presuntamente de temporalidad lineal, está realmente orientada a la restitución del paraíso perdido, a la redención, y no se trata de una auténtica linealidad, que sólo puede ser de carácter utópico, pues sólo bajo esta perspectiva se encamina a un novum y no pretende retornar a un primum.
Yo no niego la hermenéutica en sentido amplio, sino sólo la hermenéutica en sentido estricto, la que acude para la interpretación a los prejuicios, que trata los aprioris como prejuicios, y no constituye, como aquélla, una hermenéutica abierta a nuevas posibles interpretaciones que puedan presentarse como resultado de una labor crítica ejercida sobre la tradición y sus intereses subyacentes.