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TEMA: Estética, ética y "True detective".

Estética, ética y "True detective". 28 Dic 2015 14:49 #34606

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Hola Herrgoldmundo

Dices, Herrgoldmundo: “Creo que tú partes de una filosofía en exceso idealista o kantiana, es decir, de la filosofía que considera la existencia de conceptos puros y a priori (espacio y tiempo) como necesarios para trascender la realidad.
Efectivamente, si de lo que se trata es de trascender (dar sentido a la realidad) nada mejor que retrotraernos al analítico Kant o, mejor aún, al revelador judeocristianismo.
A mí, sin embargo, no me vale el sentido revelado (religión), ni tampoco aquel que se autojustifica a través de conceptos puros apriorísticos (filosofía idealista). Respeto que para ti sea suficiente aceptar esencias apriorísticas que te permitan dar un sentido satisfactorio a la existencia (ser ahí en el mundo).”

No sé exactamente lo que entendiste cuando dije que no existe “el” tiempo o el “espacio” sino que lo que existen son cosas tempóreas o cosas espaciosas. Precisamente lo que estoy diciendo es que no existe un espacio y un tiempo puros a priori. Es decir, que no existe una especie de receptáculo o continente donde a continuación se van depositando los contenidos o las cosas. La teoría de la relatividad general ya nos dice mucho en relación a dicha cuestión. Es que yo estoy precisamente negando a Kant. Verás, es que a mi tampoco me vale ningún tipo de revelación. Ni la del judeocristiano que considera que la vida posee un sentido apriori como la de aquellos que, y apriorísticamente también, consideran que la vida no tiene sentido alguno.

Sí, ya sé que me dirás que tú no es que hayas dicho que la vida no posee sentido alguno sino que el sentido que posee no es el que le gente espera o desea. ¿Y cuál es ese sentido que no es el que la gente desea o espera? Pues bien, cuando creíamos que lo ibas a desvelar nos dices que en realidad no sabes cuál es ese nuevo sentido. Pero eso sí, sigues afirmando reiteradamente que la vida posee un sentido aunque no nos digas cuál es, pero eso sí, no es el que la gente espera o desea, como tampoco nos dices cómo es posible acceder a dicho sentido. Y mi pregunta sería ¿qué valor filosófico posee la afirmación de que la vida posee un sentido para a continuación decirnos que no sabemos aún cual es, pero eso sí, no es el coincidente con el que la gente espera y desea, como que tampoco se nos diga cómo se puede acceder al mismo? Es decir, qué valor filosófico posee una mera afirmación sin fundamentar. Considero tu posición bastante cercana a una especie de revelación. Curiosamente aquello que precisamente denuncias.


Dices, Herrgoldmundo: “Yo no planteo la vida como un modo de ser. Plantearlo así sería retrotraernos a Kant y a la exigencia de presuponer conceptos puros a priori para conocer qué es la vida. Un microorganismo cualquiera es y tiene vida, no porque él lo desee, sino porque vida y Ser son coincidentes. Un microorganismo no necesita inventar, descubrir o crear imperativos vitales.”

Una piedra “es” y una vaca “es”. Pero uno de ellos tiene eso que llamamos vida y el otro no. Por tanto, eso que llamamos vida es un modo de ser. De hecho existen seres vivos como existen seres inanimados. Y lo que yo estoy diciendo es que eso que llamamos vida no es un ente o sustancia como creen los vitalistas o como creen algunos cristianos. No existe el alma, en el sentido tradicional judeo-cristiano, como no existe una fuerza vital que anima desde fuera a los organismos. Francamente, no sé que tiene esto que ver ni con Kant ni con conceptos puros a priori.
Y lo que te estaba preguntando es qué concepto posees tú de vida. Porque tal como te expresas estás dando a entender que es una especie de principio, ente o sustancia que adviene desde fuera para impulsarnos o darnos vida.
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Estética, ética y "True detective". 28 Dic 2015 21:47 #34607

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Hola Herrgoldmundo

Pues yo sigo considerando que el hombre posee una esencia. Lo que ocurre es que dicha esencia es una esencia abierta. A diferencia de los animales cuya esencia es una esencia cerrada. Trataré de explicarlo mediante un ejemplo.

El hombre es contitutivamente moral. Es decir, la moralidad forma parte de la esencia humana. Y aquí, y siguiendo a Aranguren, hablaré nuevamente de la moral como estructura y la moral como contenido.
En todo ser humano, y a diferencia de los animales, las acciones de respuesta frente a los estímulos reales no están determinadas o no son instintivas (por muy ricas y variadas que puedan ser éstas en los animales). No, el ser humano tiene que crear sus propias respuestas. Tiene que apropiarse unas posibilidades frente a otras o tiene que forjar nuevas posibilidades. Pero qué significa el tener que apropiarse unas posibilidades y no otras. Pues significa que para ello tiene que justificar su elección entre las múltiples posibilidades. Las respuestas de los animales están a-justadas al medio mientras que las respuestas de los seres humanos tienen que estar jus-tificadas. El animal se ajusta “al” medio mientras que el hombre ajusta “el” medio ( cultura). Esto es lo que constituye a un hombre como un ser moral. El tener que justificar sus acciones. Pues bien, a esto es a lo que Aranguren denomina moral como estructura. El hombre, y por su propia estructura psico-orgánica, es ya moral.
Otra cuestión son las diferentes razones o justificaciones que dé el ser humano para elegir entre unas u otras acciones. La razón elaborará diferentes códigos morales. A estos códigos morales es a lo que Aranguren denomina moral como contenido.

Lo cual quiere decir que todo hombre, lo quiera o no, es un ser constitutivamente moral. Por el mero hecho de ser hombre, y desde su propia estructura psico-orgánica, y por ella, tendrá indefectiblemente que justificar sus acciones. Por tanto, y a ese nivel, todo hombre es un ser moral. Por tanto la moralidad forma parte de su esencia. Lo que ya no forma parte de su esencia es un determinado código moral. Esto último fue el error de la tradición filosófica. Es decir, el considerar que un determinado código moral se ajustaba a la esencia del hombre. Como otro error, en el caso del existencialismo, es considerar que el hombre no se apoya en sus estructuras psico-orgánicas, sino en una especie de libertad pura e incondicionada al margen del “cuerpo”, para desde ahí hacerse libremente.

Por eso digo, y siguiendo a Zubiri, que el hombre es una esencia abierta. Las estructuras psico-orgánicas del hombre determinan que el hombre sea hombre y no otra cosa. En este cado determina que tenga que ser moral en el sentido de que tenga que justificar sus respuestas. Pero así como está determinado a tener que dar justificar sus respuestas no está determinado a que su respuesta sea una concreta.

Por tanto, la esencia de la que hablo se mueve en el plano formal o estructural y no en el material o de contenidos. Y lo mismo que digo de la moral, mutatis mutandis, lo digo de la dimensión social. Un ser humano es un ser constitutivamente social. Todo ser humano, y por serlo, está constitutivamente abierto a los demás. Es un ser con-vivencial. Otra cuestión es la convivencia que asuma o la sociedad en la que viva. Pero en un grupo o en una sociedad tendrá que vivir con-vivencialmente.
Y es en este sentido en el que digo que por supuesto que el hombre tiene una esencia.

Dices, Herrgoldmundo: “Cuando digo que el hombre es arrojado desnudo al mundo quiero decir que se encuentra inmerso en la existencia (tras nacer) sin esencia alguna.
A mí ya no me vale presuponerle al hombre la esencia apriorística que le otorgara Platón y más tarde el judeocristianismo. Tampoco me vale el sujeto trascendental ideado (puro idealismo de nuevo) por Kant. Tampoco me vale la trampa sartriana de crear esencias según el gusto del consumidor, a través de consensos colectivos o creaciones individuales (cada cual cree lo que quiere creer).
Si no acepto ningún sentido, sea revelado y/o construido, solo queda la opción de Heidegger: meditar y esperar expectante para hallar el sentido a través del dictado del Ser.
Sin embargo, dicha opción se me antoja, de nuevo, una suerte de propuesta "tramposa" muy parecida a la de Sartre.”

Pues yo precisamente lo que hago es matizar tu postura. Por supuesto que el hombre parte de su esencia. Si no, desde dónde va a partir. Lo que ocurre es que esta esencia tiene que se concretada por tratarse de una esenia abierta. Por quién. Pues por cada hombre. Eso es lo fascinante de todo ser humano. Que el hombre tiene que darse forma a sí mismo, tiene que configurar-se. El hombre, lo quiera o no, tiene biografía como tiene historia. El hombre, lo quiera o no, es un ser social y convivencial. Y el hombre, lo quiera o no, es un ser moral.

Por cierto, la postura de Heidegger no es parecida a la de Sartre sino a la del judeo-cristianismo. Porque Heidegger propone estar a la escucha del Ser. Es decir, estar expectante a la revelación. De hecho, y viendo toda su escenografía, no cuesta mucho imaginarse de qué fuentes bebió.

Por tanto, y según yo lo veo:

1.- ¿El hombre tiene esencia a priori? Desde el punto de vista estructural sí. Desde el punto de vista de los contenidos no.

2.- ¿ El ser tiene esencia a posteriori? Desde el punto de vista de los contenidos sí pero desde el punto de vista estructural o formal no. Esa esencia a posteriori es una construcción (configuración) que todo hombre tendrá que realizar determinado por y desde sus estructuras psico-orgánicas.

Un Saludo
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Estética, ética y "True detective". 29 Dic 2015 12:56 #34608

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Hola Elías. Responderé primero tu penúltima entrada.

Dices:
Sí, ya sé que me dirás que tú no es que hayas dicho que la vida no posee sentido alguno sino que el sentido que posee no es el que le gente espera o desea. ¿Y cuál es ese sentido que no es el que la gente desea o espera? Pues bien, cuando creíamos que lo ibas a desvelar nos dices que en realidad no sabes cuál es ese nuevo sentido. Pero eso sí, sigues afirmando reiteradamente que la vida posee un sentido aunque no nos digas cuál es, pero eso sí, no es el que la gente espera o desea, como tampoco nos dices cómo es posible acceder a dicho sentido.

Creo que sí que he explicado cuál es el único sentido de la vida, existencia o Ser: perdurar en el tiempo. Lo que pasa, y eso también lo apunté, es que a la gente no le sirve ese sentido, sino que va más allá y se pregunta: ¿Por qué y para qué he de perdurar en el tiempo?
Me haces una buena pregunta: ¿Cómo es posible acceder al sentido del Ser?, un sentido que para mí, como ya he señalado, es el de perdurar en el tiempo. Sin más.

Yo he intentado buscar el sentido del Ser por dos vías: negando la esencia y afirmándola.

1) Negando una esencia a priori (judeocristianismo) y/o construida (existencialismo humanista) o hallada (existencialismo pastoral).

Creo que estamos de acuerdo en que, como mínimo, no es posible probar que exista una esencia a priori. También hemos estado de acuerdo en que no nos sirven las esencias construidas a lo largo del devenir vital. ¿Para qué he de construir esencias si al final, igualmente, dejaré de existir? Pues tan solo para rehuir de la angustia existencial y rehuir de la autoinmolación vital (vacío existencial). Así, rehuyendo del suicidio lo único que consigo es perdurar más tiempo en la vida (ganar tiempo), pero al final, igualmente, haya o no construido esencias para dar sentido a mi vida,, moriré.

Ahora bien, como bien señalas, el Das-ein posee una esencia abierta que debe hacerse a lo largo del devenir vital; una esencia que será la suma de la historia que comparte en común con todo el género humano más sus propias acciones (justificadas moralmente).
Tú señalas que dicha manera de hacerse a sí mismo del hombre está determinada por la moralidad del propio hombre. De acuerdo. Pero, permítame que insista: ¿Y para qué o por qué debe el hombre hacerse a sí mismo si al final, igualmente, morirá?
Ante esta última pregunta, crucial, es cuando surgen los diferentes autoengaños, necesarios para soportar el sinsentido de la existencia. Veamos los autoengaños más comunes:

Biológicos: el sentido de la vida es tener hijos y trascendernos a través de ellos. Así justificamos (damos sentido) a tantos sacrificios, trabajos y esfuerzos en vida. Pero, insisto, podremos autoengañarnos pensando que así nos trascenderemos pero al final, igualmente, moriremos.

Culturales: ¡Qué gran autoengaño! Muchos creen que se trascendentalizarán si dejan su impronta en la historia a través de originales e imperecederas creaciones (literarias, científicas, artísticas...). Cervantes, ciertamente, es inmortal para nosotros, pero bien muerto que está desde hace siglos. ¿Hubiese cambiado su inmortalidad en la memoria histórica a cambio, por ejemplo, de 30 años más de vida?

Conclusión: no hay más sentido que el de perdurar en el tiempo. Pero necesitamos saber para qué y por qué perdurar, y por eso nos autoengañamos creando sentidos al gusto del consumidor: tener hijos, crear arte, aportar nuestro trabajo para el progreso de la humanidad... Elige el que quieras.
Por tanto, la esencia abierta a la que se refiriera Zubiri tampoco me vale.

2) Afirmando la existencia de una esencia a priori. Soy tan perverso que "fantaseé" diferentes suposiciones (partiendo de la existencia de una esencia), y todas estas vías, por desgracia, me llevan a la misma conclusión: el único sentido del Ser es perdurar en el tiempo.

Primer supuesto: Dios existe. Sí, la humanidad por fin logra probar la existencia de Dios, pero todavía no tiene certeza de que por el mero hecho de que exista Dios el hombre, por fuer, haya de ser inmortal. ¿Y si Dios fuese, tan solo, ese Ser arquitecto o relojero preocupado por crear, sin importarle que sus criaturas dejaran de existir? Pues dicho Dios arquitecto (esencia a priori) tampoco nos serviría; igualmente moriríamos.

Segundo supuesto: la humanidad avanza, y además de la existencia de Dios consigue probar la inmortalidad de los hombres tras la muerte. Pero otra duda nos asaltaría: nuestra inmortalidad nos permitiría seguir siendo nosotros mismos, es decir, ¿perduraría nuestro yo consciente en "la otra vida? Queremos perdurar, pero no como energía cósmica o alma que, aunque nuestra, ya no fuera portadora de toda nuestra memoria y consciencia. Queremos seguir siendo nosotros mismos después de la muerte; deseamos seguir perdurando en el tiempo con nuestro yo intacto.

Tercer supuesto: por fin la humanidad tiene las tres certezas que necesita para saciar su apetito de inmortalidad: la certeza de la existencia de Dios, de nuestra inmortalidad después de la muerte y la certeza de que seguiremos siendo nosotros mismos (yo consciente). ¿Y ahora qué? de nuevo la pregunta; ¿qué sentido tendría perdurar eternamente en el tiempo? ¿Por qué y para qué tendríamos que perdurar a través de una existencia eterna?
Se me ocurren dos respuestas.

Primera respuesta: tenemos que perdurar eternamente en el tiempo porque así lo decidió el Ser supremo (Dios) que nos creó. ¿Y qué tendríamos que hacer con nuestra eternidad? ¿Simplemente seguir siendo, sin opciones para seguir haciendo (construyendo) nuestra propia esencia? No, no hay sentido alguno ante tal posibilidad. Lo único que queda, una vez más, es seguir perdurando en el tiempo como imperativo ineludible de nuestra inmortalidad.

Segunda respuesta: Dios no solo nos garantiza la inmortalidad sino que, a su vez, nos convierte en dioses creadores, es decir, nos da la oportunidad de seguir haciéndonos a nosotros mismos pudiendo crear nuevos mundos y nuevos seres que los habiten. Pero de nuevo surge la maldita pregunta: ¿Y tendríamos que estar toda la eternidad creando y preocupándonos de nuestras criaturas? ¿Ese sería el sentido de una existencia inmortal? ¿Por qué y para qué debería preocuparme de crear nuevos mundos y nuevas criaturas siendo inmortal? ¿Quizás para mantenerme eternamente activo y así, rehuir del deseo de autoinmolarme? ¿Los dioses también se suicidarían? ¿Qué sentido tendría ser un Dios sino el de perdurar eternamente en el tiempo?

Conclusión: de nuevo el absurdo de la existencia (finita o eterna) nos lleva a un único sentido del Ser: perdurar en el tiempo.
Este es el único sentido del Ser, por más que no nos satisfaga ni como seres humanos, ni en el hipotético caso de que nos convirtiésemos en dioses, porque siempre habrá un por qué y un para qué que queden sin respuesta.

Un saludo.
Última Edición: 29 Dic 2015 18:45 por Herrgoldmundo.
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Estética, ética y "True detective". 29 Dic 2015 14:18 #34609

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Hola Herrgoldmundo

Dices, Herrgoldmundo: “Creo que sí que he explicado cuál es el único sentido de la vida, existencia o Ser: perdurar en el tiempo. Lo que pasa, y eso también lo apunté, es que a la gente no le sirve ese sentido, sino que va más allá y se pregunta: ¿Por qué y para qué he de perdurar en el tiempo?
Me haces una buena pregunta: ¿Cómo es posible acceder al sentido del Ser?, un sentido que para mí, como ya he señalado, es el de perdurar en el tiempo. Sin más.


Todo ser vivo, y por serlo, tiende a la autoconservación, es decir, a perdurar en el tiempo. Aunque este análisis no obedece al estudio de una causalidad eficiente sino de una causalidad final, y por tanto, no es un hecho. No hay ni un solo hecho en la naturaleza que nos diga que la finalidad sea la autoconservación o el perdurar en el tiempo. El hecho es que los seres vivos perduran un tiempo limitado pero que la finalidad sea el tener que perdurar en el tiempo es una cuestión bien distinta y por supuesto no es un hecho.
Bien, tú nos dices, pero no porque sea un hecho de la naturaleza, que la finalidad de todo ser vivo es la de meramente perdurar. Es por ello por lo que te dije en una ocasión que tú reduces el animal humano a la pura animalidad. El animal humano, al igual que el resto de animales, tiene como único fin el de perdurar en el tiempo. De esta consideración a deslizarnos por la pendiente del darwinismo social va un tramo casi imperceptible. Porque si el único fin es perdurar en el tiempo habrá y se deberá hacer cualquier cosa (todo vale) para alcanzar dicho fin.

El problema, tal como yo lo veo, es que tú intentas buscar un sentido que satisfaga a todos y cada uno de los seres humanos. O dicho de otra forma, que consideras que si a ti no te satisface un sentido de la vida pues entonces no le puede satisfacer a los demás.

Por ejemplo nos dices:

“Biológicos: el sentido de la vida es tener hijos y trascendernos a través de ellos. Así justificamos (damos sentido) a tantos sacrificios, trabajos y esfuerzos en vida. Pero, insisto, podremos autoengañarnos pensando que así nos trascenderemos pero al final, igualmente, moriremos.”

Y qué si igualmente moriremos. Es que para algunas personas el hecho de dar vida y cuidarla proporciona el suficiente sentido a sus vidas aunque sepan que al final van a morir. Muchas personas se sienten agradecidas a la vida por poder dar vida aunque finalmente mueran. El hecho de que para ti no sea suficiente no significa que para ellos no lo sea.

“Culturales: ¡Qué gran autoengaño! Muchos creen que se trascendentalizarán si dejan su impronta en la historia a través de originales e imperecederas creaciones (literarias, científicas, artísticas...). Cervantes, ciertamente, es inmortal para nosotros, pero bien muerto que está desde hace siglos. ¿Hubiese cambiado su inmortalidad en la memoria histórica a cambio, por ejemplo, de 30 años más de vida?”

Pues a lo mejor no. Posiblemente Cervantes no cambiara 30 años más de vida por toda su labor y obra creadora. Es que a lo mejor, y para él, eso era precisamente lo que colmaba de sentido su vida. El hecho de que para ti no sea suficiente no significa que para él no lo fuera.


Y esa concepción tuya en torno al sentido del Ser es la que no comparto. Quizá me equivoque pero es que da la sensación de que buscas un sentido único del Ser al margen de todos y cada uno de los seres humanos. Das por sentado o que no existe un sentido del ser o si lo hay, hay que permanecer a la escucha, para que todos los seres humanos escuchen cuál es ese sentido uno y único. Y esto último es lo que yo no comparto. Considero que el sentido de la vida es algo que cada ser humano tiene que “construir” y “experienciar”. Es que tiene que ser cada persona la que otorgue o no sentido a su vida. Y da la sensación de que tú te colocas en una posición arbitral que dictamina qué cosas tienen o no sentido para los demás en función de si la tienen o no para ti. Aquello que no tiene sentido para ti, al parecer, tampoco lo puede tener para los demás. Y en caso de que esto último se dé entonces tú lo tildas de autoengaño ¿Pero autoengaño por qué?

Un Cordial Saludo
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Estética, ética y "True detective". 29 Dic 2015 18:22 #34610

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Hola Elías.

Creo que, por fin, me hice entender. O así, al menos, me lo parece después de leer tu última entrada.

Sin embargo, tras tu interpretación bastante acertada, concluyes:
Porque si el único fin es perdurar en el tiempo habrá y se deberá hacer cualquier cosa (todo vale) para alcanzar dicho fin.

Sí y no. Efectivamente, si toda la humanidad llegase a mis conclusiones (Camus lo hizo, por lo menos en lo referente al absurdo que es la existencia) cualquier medio sería válido (al margen de valoraciones morales) por tal de alcanzar un único e imperioso fin: perdurar en el tiempo. Pero también, y a la vez, la humanidad entera se sumiría en un pozo de desesperanza (vacío existencial) que la empujaría a los brazos de la desidia, el hastío y la apatía vital: la depresión y su posterior autoinmolación.

Sigues:
El problema, tal como yo lo veo, es que tú intentas buscar un sentido que satisfaga a todos y cada uno de los seres humanos. O dicho de otra forma, que consideras que si a ti no te satisface un sentido de la vida pues entonces no le puede satisfacer a los demás.

Bueno, pues no es así. Au contraire!, desde mi talante liberal defiendo la libertad individual para que cada hombre pueda darle el sentido que desee a su existencia. No sé de dónde sacas que si a mí no me satisface un determinado sentido tampoco habría de satisfacerle a los demás...

Sobre los autoengaños, y en concreto el referido al caso de Cervantes (alcanzar la inmortalidad o trascendencia a través de obras que perduren en la memoria de la historia), dices:
Pues a lo mejor no. Posiblemente Cervantes no cambiara 30 años más de vida por toda su labor y obra creadora. Es que a lo mejor, y para él, eso era precisamente lo que colmaba de sentido su vida. El hecho de que para ti no sea suficiente no significa que para él no lo fuera.

Cierto, a lo mejor no. Pero en toda regla hay excepciones. Si hiciéramos un estudio estadístico con una muestra suficientemente representativa de la población, preguntando a los sujetos si preferirían perdurar en la memoria de la historia o disponer de 30 años más de vida, estoy seguro de que la mayoría elegiría vivir 30 años más. Somos hijos de nuestro tiempo, y el nuestro es un tiempo nihilista y de materialismo relativista: más valen 30 años en mano que peregrinas Glorias volando.
Pero aún estoy más seguro de que se daría otro resultado: cuanto mayor fuese la edad del sujeto experimental mayor probabilidad habría de que optase por 30 años más de vida.

Concluyes:
Y esa concepción tuya en torno al sentido del Ser es la que no comparto. Quizá me equivoque pero es que da la sensación de que buscas un sentido único del Ser al margen de todos y cada uno de los seres humanos. Das por sentado o que no existe un sentido del ser o si lo hay, hay que permanecer a la escucha, para que todos los seres humanos escuchen cuál es ese sentido uno y único. Y esto último es lo que yo no comparto. Considero que el sentido de la vida es algo que cada ser humano tiene que “construir” y “experienciar”. Es que tiene que ser cada persona la que otorgue o no sentido a su vida. Y da la sensación de que tú te colocas en una posición arbitral que dictamina qué cosas tienen o no sentido para los demás en función de si la tienen o no para ti. Aquello que no tiene sentido para ti, al parecer, tampoco lo puede tener para los demás. Y en caso de que esto último se dé entonces tú lo tildas de autoengaño ¿Pero autoengaño por qué?

Y haces muy bien en no compartir mi concepción sobre el sentido del Ser. Así tendrás una menor probabilidad de caer en la depresión y/o de generar tendencias suicidas.
Como bien señalas, del hecho de que no compartas mi visión sobre el sentido del Ser, solo cabe concluir (según mi tesis expuesta) que tu autoengaño es muy eficiente y válido para permitirte trascender tu existencia. ¡Olé tú! :)
Pero sigues cometiendo el error de creer que yo me coloco en una posición arbitral para decidir lo que tiene o no tiene sentido . No podría hacer tal cosa, pues yo también soy un gran embaucador que recurre a autoengaños. La prueba de ello es que todavía no me he suicidado; y, es más, soy un titiritero tan hábil que me gano la vida haciendo que individuos desesperados y sumidos en la depresión puedan crear sus propios autoengaños, necesarios para salvarles de la autoinmolación vital.

Preguntas finalmente:
¿Pero autoengaño por qué?

A todas las estrategias, ardides y creencias necesarias para burlar la angustia existencial podría haberlas denominado mecanismos de defensa, pero al optar por el concepto de autoengaño (acuñado por Unamuno) consigo dos cosas: rehuir de connotaciones psicológicas (y sobre todo psicoanalíticas) y, además, hago referencia directa al arte: un autoengaño es, ante todo, creación artística, en la forma que queramos o en la que seamos más capaces de trascender nuestra existencia. Creer en Dios es un autoengaño, como lo es creer en la filosofía existencialista, ya sea la de Sartre, la de Heidegger, o creer en la esencia abierta de Zubiri. Cada cual elige su credo, su filosofía o ideología, dependiendo de la clase de persona que es; dependiendo, como bien señalas, de sus notas psico-orgánicas que, además (añado yo), están predeterminadas neurobiológicamente.

Un saludo cordial.
Última Edición: 29 Dic 2015 21:00 por Herrgoldmundo.
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Estética, ética y "True detective". 29 Dic 2015 20:45 #34611

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Hola Herrgoldmundo

Francamente, después de leerte no sé que más decir. Al menos con mi autoengaño me ahorro el dinero que me costaría el tener que ir a tu consulta. Y digo que no sé que más decir, y ahora lo digo en serio, porque si tu posición de partida es que toda creencia, sea ésta cual sea, es un autoengaño pues nada más se puede decir ni añadir.

Si una persona cree en otra vida se autoengaña pero si sólo cree en ésta, y a pesar de ello, y podría muy bien el creerlo así, considera que su vida sí puede tener sentido pues también, e igualmente, se autoengaña.

Lo único que me queda por dirimir de tu postura, acertada o no, es si se trata de una creencia o de una cuestión de fe. Porque la fe no es lo mismo que las creencias. De las creencias hay que dar razones razonables mientras que de la fe, no. Por tanto, esta cuestión está muy relacionada con el concepto de razón que cada uno posea. Hoy, y afortunadamente, ese concepto de razón absoluta ya está periclitado. La razón es mucho más limitada de lo que se pensaba antaño. Por tanto, certezas podremos tener muchas pero cuántas verdades poseemos. Quién puede decir que posee verdades. Pero es que ya ni el campo de la ciencia podemos hablar de que poseemos verdades. ¿Es verdad la teoría de la relatividad? ¿ Y la mecánica cuántica? ¿ Y la teoría de la evolución de las especies?.

Esto no implica caer en un relativismo. Por supuesto que no todas las teorías y no todas las creencias poseen igual valor. Las teorías o las creencias hay que fundamentarlas, es decir, hay que dar razón de ellas. Pero no mediante una razón apodíctica sino mediante una razón dialéctica en el caso de las creencias.

Una persona podrá decir que cree que Dios existe como otra persona podrá decir que cree que Dios no existe ( esto último consiste en la afirmación de asegurar que el Universo se basta a sí mismo para poder ser). Y ambos, porque de creencias se trata, y tanta creencia es la una como la otra, tendrán que dar las razones o fundamentos en los que se sustentan sus creencias.
Muy diferente es decir que Dios existe o que Dios no existe. Es decir, eliminar la palabra creencia de esa afirmación. Cuando dicha operación se realiza se está pasando del terreno de las creencias al terreno de la fe. Para poder afirmar tanto lo uno como lo otro se tendría que defender la existencia de una razón absoluta ¿ Hay alguien que defienda la existencia de una razón absoluta?

Por eso dije con anterioridad que no sé como se pueda dar un sí o un no rotundo a las cuestiones últimas. Decía D. Pedro Laín Entralgo : “sobre las cuestiones que cabe tener un conocimiento cierto no podrán ser más que cuestiones penúltimas; sobre las cuestiones últimas sólo será posible tener un conocimiento incierto, probable.”
Creo que el autoengaño consiste en abandonar el terreno de las creencias para abrazar el de la fe. En el terreno de las creencias no se abandona la incertidumbre, es decir, el terreno de lo probable.
Por eso cuando a Aranguren se le preguntaba por la vida después de la muerte contestaba con un “mejor dejarlo en puntos suspensivos…..”

Por tanto, y para ir finalizando, decir que ya se crea en lo que se crea dicha creencia tiene que ser vivida con incertidumbre. Y ahora para finalizar, y ya termino, decir que las creencias no solo tienen que ser postuladas mediante la razón sino que tienen, e ineludiblemente, que ser “experienciadas”. ¿Cuantas personas no abandonan su fe? ¿Por qué? Porque su experiencia de vida no da testimonio de aquello en lo que dicen creer. Podrán no hacerlo explícito pero en el fondo de sí mismo, en ese fondo insobornable del que nos hablaba Ortega, han abandonado su fe. Y esto que he dicho vale tanto para los llamados creyentes como para los mal llamados increyentes.
Únicamente, y al final de nuestra biografía personal, cuando ya la vida ha sido vivida, es cuando verdaderamente una persona podrá decir si su vida ha tenido o no sentido. Y en ese momento ya nos encontraremos y quizá veamos muchas sorpresas. Estarán aquellos que habrán dicho creer en tal o cual Dios, y que por tanto la vida posee un sentido asegurado, pero sin embargo tendrán que aceptar que todo ha sido un equívoco o un autoengaño y que la vida no merece ser vivida o que su vida, y diga lo que haya dicho, no posee sentido alguno como nos encontraremos con aquellos que se han cansado de repetir que la vida no tiene sentido alguno para al final de sus vidas agradecerle a la vida la posibilidad de haber existido y haber disfrutado de la misma ( con sus alegrías y tristezas). ¿En qué grupo nos encontraremos? Pues vaya uno a saber.

Una persona puede tener 60 años y llevar diciendo todo la vida que la vida tiene sentido hasta que sueña el teléfono y escuchar: “ Lamentamos comunicarle que su mujer y sus hijos han muerto en un accidente de tráfico”. Esa persona, y a raíz de ese episodio, puede acabar con su vida pues ya no le encuentra sentido alguno a su vida y al Dios en el que decía creer. Mientras que otros, que han dicho no creer en Dios ni en el sentido de la vida, y pese haber estado años en un campo de exterminio, estar agradecidos a la vida el poder haber existido y el haberle encontrado un sentido a la misma. Sí lo sé, para ti todo es autoengaño. Maldita sea, sabía que no tenía que haberte dado respuesta porque tu respuesta va a ser siempre la misma, a saber: "Todo es un autoengaño".

Herrgoldmundo, creo que sobre esta cuestión del sentido ya poco más tengo que decir. Lo digo para no aburrir al público. Si no es que ya lo he aburrido bastante.

Un cordial saludo.
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Estética, ética y "True detective". 29 Dic 2015 21:19 #34612

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Hola Elías.

Sí, poco más podemos añadir.
No obstante, me gustaría señalar que tu última intervención (en verdad hermosa y, por tanto, poética) es de "libro", la que utilizamos en terapia para dar esperanzas a las almas más atormentadas y angustiadas. Siempre hay que apelar de alguna manera a la maravillosa apuesta de Pascal: es.wikipedia.org/wiki/Apuesta_de_Pascal, que es, ya sea con argumentos de fe o de razón, lo que todos hacemos. Y quizás sea lo único que tengamos.

Dices que hay que argumentar desde la razón, y creo haberlo hecho al considerar diferentes supuestos o especulaciones (¿filosofar no es especular?) en torno a la existencia o no existencia de una esencia; llámesele Dios, esencia construida, hallada o esencia abierta.

Tus últimos apuntes, referentes al modo en que cada persona afronta una terrible adversidad, vienen a confirmar, de hecho, lo que vengo sosteniendo: no es cuestión de argumentar razonadamente, sino de saber cuáles son las notas psico-orgánicas de cada uno; cuál es su predeterminación neurobiológica, primero, y su entorno o influencias socio-culturales.

Yo creo que sí, que el gran público se ha aburrido, pero, por si te sirve de consuelo, yo he disfrutado mucho con este intercambio dialéctico contigo, gracias al cual he podido también matizar y expresar mejor mis argumentos.
Supongo que a través de este intercambio epistolar humanista, que diría Sloterdijk, hemos burlado por unos días el hastío o vacío existencial y, en cierta manera, hemos consolidado un poco más los andamiajes desde los cuales se habrán de construir nuestras respectivas esencias abiertas. Al cabo, ya no se trata de tener o no tener razón, ni de hallar verdades imposibles, sino del noble y desinteresado deporte de filosofar (Ortega).

Un saludo.
Última Edición: 29 Dic 2015 21:27 por Herrgoldmundo.
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Estética, ética y "True detective". 30 Dic 2015 13:53 #34615

Felicitaros a los dos por el debate tan sosegado y creo fructífero que habéis sostenido.

Leyéndoos me ha venido a la mente Miguel de Unamuno y su "Del sentimiento trágico de la vida", cuando buscando sentido a la existencia la encontraba en el anhelo de inmortalidad de su yo, pero un yo tal cual era él (Unamuno), con su dolor y tragedia incluidos. Como no podía argumentar desde el pensamiento racional (escepticismo racional lo llamaba) recurrió al irracionalismo (el sentimiento y la vida, decía) y "creó" un Dios que le serviese de medio a su fin (la inmortalidad).

Por cierto, el nihilista Rust Cohle también terminó encontrando sentido a su existencia (el amor de sus seres queridos muertos).

Pero a mí la frase que más me hace pensar últimamente es esta de Schopenhauer:
“Semejantes a los carneros que triscan en la pradera mientras el matarife hace su elección con la mirada, no sabemos en nuestros días felices que desastre nos prepara el destino precisamente en aquella hora: la enfermedad, persecución, ruina, mutilación, ceguera, locura,... muerte”.

Saludos
Miguel González
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Estética, ética y "True detective". 31 Dic 2015 10:43 #34618

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Hola Miguel.

Sí, gran parte de mi reflexión se apoyó en temas tratados en "Del sentimiento trágico de la vida", de Unamuno.

Rust Cohle, hasta donde sabemos, evitó el suicidio encontrando un sentido; pero no podemos estar seguros de que en un futuro, a lo largo del devenir de su vida, vuelva a caer en el pozo de la desesperanza. Los sentidos, como las creencias, de la misma manera que pueden ser adoptados y/o creados pueden ser negados.

Un saludo.
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