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TEMA: "Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I).

"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 23 Dic 2015 11:32 #34580

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Introducción

Para iniciar esta reseña me serviré del prólogo de la propia Teresa Rocha Barco, que es también la traductora de este pequeño pero valiosísimo ensayo de Peter Sloterdijk.

Según Teresa Rocha, Heidegger no solo planteó la esencia de lo humano desde su origen animal sino que fue más allá, señalando la categoría del mismo como pastor del ser y guardián de su verdad (filosofía pastoral).
Sloterdijk pretenderá, a su vez, no solo superar el humanismo (como ya ensayara Heidegger), sino que intentará superar al propio Heidegger y su filosofía pastoral.

Sloterdijk proclamará, valientemente, que el humanismo ha fracasado; declarará el fracaso del amansamiento humanístico del hombre (domesticación) a través de la lectura obligada (pedagogía social) de textos canónicos tradicionales. Dicho fracaso se deberá, principalmente, a dos factores: la supremacía de la sociedad de la información vs la literaria y el cotidiano embrutecimiento de las masas. Y acabará sosteniendo que ya no valen las dobles valoraciones tradicionales de la moralizante candidez humanista: sujeto vs objeto o señor vs esclavo y que, por tanto, en la época presente cabe hablar de eugenesia y antropotécnicas.

Normas para el parque humano

Comienza Sloterdijk dándonos una definición de humanismo: telecomunicación fundadora de amistades (adeptos y afines) que se realiza por medio del lenguaje escrito.
El pensador alemán nos explica el origen y la evolución histórica del humanismo a partir de tres momentos que coincidirán con su génesis (antigüedad) expansión (entre 1789 y 1945) y su crisis y/o decadencia (a partir de 1945).

Orígenes del humanismo: Sloterdijk se retrotrae a Roma, donde en su parecer comenzó el deseo de un grupo selecto de alfabetizados por transmitir a través de la literatura un determinado saber (Occidental). El texto escrito constituyó un puente telecomunicativo cuya doble misión era seducir y difundir (valores). La seducción tenía como objetivo atraer fieles al círculo selecto de los alfabetizados, un club en cuya esencia ya se hallaba el fantasma comunitario, es decir, el deseo de universalizar una determinada verdad.
Ya entonces se puso de manifiesto la pugna entre dos formas de ser: el hombre-homo (embrutecido o bárbaro) y el hombre-humanitas (civilizado o amansado). El primero encontraba su lugar en el anfiteatro, en los juegos de lucha y los espectáculos de muerte, y el segundo tenía su hogar en los libros, en la literatura y la filosofía, es decir, en la humanitas.

El humanitas romano aprendió a controlar sus impulsos más embrutecedores y se convirtió, de hecho, en una antropodicea, es decir, se convirtió en un hombre que tenía en cuenta su apertura biológica y su ambivalencia moral.
La aspiración del humanitas sería, desde entonces y a lo largo de la historia, cómo convertir al hombre (homo) en un ser humano (humanitas) verdadero y real.

Período entre 1789 y 1945: se alcanza la madurez y máxima difusión del círculo selecto de los humanitas (humanistas) y el otrora club de amigos de la antigüedad dará lugar a los humanismos nacionales. Las elites alfabetizadas se sentían poderosas y autosatisfechas de su tarea de instruir a las nuevas generaciones para que también entraran en el círculo (para que fuesen domesticadas según unos determinados valores). Las masas entraron a formar parte del club de los alfabetizados.
El humanismo, supuestamente y a través de sucesivas revoluciones de liberación, había logrado que los hombres se desprendieran de sus componentes más embrutecedores y tuviesen una conciencia verdadera de su condición de humanitas.

A partir de 1945: el final de la II GM supuso un punto de inflexión, pues la barbarie acontecida en la última gran guerra mundial hizo que se cuestionase la literatura humanista portadora de espíritus nacionales. El retorno a la barbarie embrutecedora de la antigua Roma, que supuso la II GM, significó, de hecho, el fracaso del humanismo.

Además, el avance imparable de las ciencias y las técnicas de la comunicación dieron lugar a una nueva cultura de masas instaurando nuevos fundamentos que cabrían considerarse post-literarios y, por tanto, post-humanísticos. A partir de entonces, las sociedad modernas solo podrían marginalmente producir síntesis políticas y culturales sobre la base de instrumentos literarios y epistolares humanísticos. Si la casa del humanitas romano estuvo en el libro, ahora, en el nuevo humanismo, estará en la tecnología.
Así, el humanismo post-bélico quedará reducido, prácticamente, a un único compromiso: rescatar a los hombres de la barbarie.

El humanismo post-bélico, en el parecer de Sloterdijk, será un humanismo que se preguntará "contra qué" articularse por tal de evitar las tendencias asilvestradas del hombre; un humanismo que tendrá como objetivo principal seguir controlando y amansando la barbarie inherente al hombre.

Conclusión:

Sloterdijk concluye que el humanismo se asienta entre dos fuerzas: influencias inhibidoras (amansadoras) e influencias deshinhidoras (ambrutecedoras), es decir, el humanismo cree que el hombre es una animal sometido a la influencia o lucha entre ambas tendencias. Por ello, el tema latente del humanismo es la domesticación del hombre, y su tesis latente: una lectura adecuada amansa.
La cuestión será, por tanto, pensar cómo amansar al hombre de la post-modernidad que se ha desligado de la literatura; que ya no habita en la casa del libro y que corre el peligro de volver a embrutecerse (a través de una cultura de masas que le vuelve a "desalfabetizar").

PD: seguiré resumiendo y exponiendo los contenidos de "Normas para el parque humano" en sucesivas entregas. La siguiente entrada hará referencia a los comentarios de Sloterdijk sobre Heidegger y "Cartas sobre el humanismo".
Última Edición: 23 Dic 2015 11:43 por Herrgoldmundo.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 04 Ene 2016 14:47 #34626

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Como sabes, Herrgoldmundo, me he interesado bastante por esta conferencia de Sloterdijk. Pero, por un lado, me he tomado unas pequeñas vacaciones (también de Filosofía) y, por otro, prefiero esperar a que ultimes tus entregas, para no repetir comentarios, agrupando los asuntos a tratar. Te leo con atención y ya comentaremos.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 00:26 #34673

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Como es inevitable en los textos filosóficos de largo alcance, esta obra de Peter Sloterdijk, aunque breve, admite interpretaciones divergentes. No hay, posiblemente, una interpretación auténtica y otras falsas, así que expondré la mía que no coincide del todo con la de Herrgoldmundo.

En su origen se trata de una conferencia que Sloterdijk pronunció en julio de 1999 en el marco de un Simposio internacional de Filosofía celebrado en el Castillo de Elmau (Baviera), con el rótulo: Más allá del Ser. Éxodo de la Filosofía del Ser después de Heidegger. Posteriormente, con algunas correcciones y un breve epílogo aludiendo al virulento debate suscitado en Alemania acerca de la conferencia, ha sido publicado en forma de pequeño libro.

El marco es importante porque, debido a la circunstancia en que aparece la obra, se incide mucho, incluso en el título, en que se trata de una "respuesta" a Carta sobre el Humanismo, de Martin Heidegger. En realidad, la reflexión de Sloterdijk es de mucho más alcance, ocupándose no solo de Heidegger, sino, con tanta o más intensidad, tanto del "humanismo" clásico, como de Nietzsche y de Platón.

Hay dos fragmentos de la obra que comentamos que quisiera destacar, de momento, pues encuadran bien el sentido de lo que Sloterdijk quiere trasladarnos (según mi interpretación, repito). (Nota: utilizo el original alemán, que usaré para citar las páginas; la traducción es mía.)
Sloterdijk escribió:
En la interpretación de la Metafísica europea acerca de la esencia humana, sigue siendo entendido el hombre como una animalitas ampliada con añadidos espirituales. Contra eso se revuelve el análisis existencial-ontológico de Heidegger, pues la esencia del hombre no puede para él, nunca más, expresarse en perspectiva zoológica o biológica, incluso aunque le adicionásemos generalmente un factor espiritual o trascendente.
(...) Se deja (Heidegger) arrastrar, en su afecto antivitalista y antibiologista, a expresiones casi histéricas, como cuando explica que parece «como si la esencia de lo divino nos fuese más cercana que lo extraño de la esencia-vida». (pp. 24-25)

Ahí radica, para mí, el núcleo de la crítica de Sloterdijk hacia Heidegger: que este no toma en cuenta, e incluso desprecia, un hecho que no puede ser dejado de lado, que el hombre es, ante todo, un animal. El hombre es un ser vivo y, por tanto, sometido a su naturaleza biológica. Cualquier especulación que no tenga en cuenta ese hecho es estéril.

Tal como yo lo veo, si ponemos en el centro de nuestra reflexión sobre el hombre ese factum de la animalidad, y, por tanto, en principio, sometido a las leyes de la evolución biológica, se nos abre una fascinante perspectiva. Los seres vivos, como explica la Teoría de la Evolución, se enfrentan a un entorno que los obliga a adaptarse como especie a las circunstancias que impone ese entorno. Sin embargo, el hombre, al menos desde el Neolítico, si no antes, parece haber escapado a esa ley de hierro de la biología. El desarrollo tecnológico y cognitivo ha hecho que la dependencia que, para sobrevivir y reproducirse, el hombre pueda tener del entorno sea prácticamente irrelevante porque el hombre puede "obligar" a la naturaleza a dar sus frutos. Puede modificar profundamente el entorno natural y puede modificar a su gusto, o la ingeniería genética va a permitirlo de forma generalizada previsiblemente a no muy largo plazo, las especies. La situación del hombre, pues, es muy particular respecto de los demás seres vivos: estos están a merced del hombre, pero este no está a merced de ninguna especie viva. ¿Quiere eso decir que el hombre, como especie, no está sometido a las leyes de la influencia biológica? Nada de eso; se presenta aquí una de esas aporías o círculos viciosos a los que con tanta frecuencia se enfrenta el filósofo: el hombre, como especie, está sometido a la influencia y presión biológica de una especie, la del propio hombre. La presión evolutiva que unos seres vivos ejercen sobre otros (particularmente la del hombre sobre las demás especies) se transforma, en la especie homo sapiens, en una presión reflexiva, la del hombre sobre sí mismo.

Esa naturaleza biológica del hombre y esa capacidad (que debe ejercitarse ineludiblemente, por otro lado) para "pastorearse" a sí mismo, para decirlo con expresión de Heidegger, no es, desde luego, un descubrimiento de Sloterdijk. Él alude a los antecedentes clásicos grecorromanos. Pero, en lo que aquí más nos interesa, la Filosofía europea, yo señalaría como piedra angular la Oratio de hominis dignitate de Pico della Mirandola (a la que Sloterdijk no se refiere en ningún momento, dicho sea de paso) y el consiguiente "humanismo" renacentista. Pero cuando nos hallamos en el momento presente, en el que los recursos técnicos, mediante la manipulación genética, permiten a los hombres-pastores-de-hombres disponer de recursos poderosos para transformar a la especie humana, más allá de lo que el entorno físico biológico pueda pesar, la pregunta filosófica más acuciante es: ¿cómo hay que usar tales recursos de ingeniería genética? ¿Cómo hay que diseñar ese proceso que tenemos, como humanidad, en las manos?

Gran parte de la polémica generada por el texto de Sloterdijk giró sobre acusaciones a este de propugnar la eugenesia. Yo no he visto nada de eso en la obra de Sloterdijk. Realmente este se limita a plantear el problema y no a esconderlo: la biomanipulación está ahí, a nuestro alcance y hay que afrontar esa situación.

Para encuadrar el problema (y no para darle solución; en esto Sloterdijk es como todos los filósofos: plantea preguntas pero no da respuestas) acude al diálogo platónico El político, que, con sorprendente anticipación, ya discute ese problema de cómo regir el rebaño humano. En realidad, el problema político, desde mucho antes de Platón y de Grecia no consiste sino en decidir quién y cómo ha de pastorear el rebaño humano. En términos más modernos, quién va a ser el gerente del parque zoológico humano: cómo determinar las reglas del Parque Antropológico. Y por eso, casi al final de su texto, escribe Sloterdijk (y esta es la segunda cita que quiero recoger, cerrando esta primera intervención mía en el debate):
Sloterdijk escribió:
En lo que atañe al zoológico platónico y su organización, lo que hay que saber sobre todo es si entre la población y la dirección se da una diferencia solo de grado o una diferencia específica. Porque bajo el primer presupuesto habría entonces entre los cuidadores de hombres y aquellos a quienes cuidan una diferencia solo casual y pragmática, pudiéndose en tal caso atribuir al rebaño la capacidad de elegir de forma rotatoria a sus cuidadores. Pero si prevaleciese entre los dirigentes del zoológico y sus habitantes una diferencia específica, entonces se diferenciarían unos de otros de forma tan fundamental que no sería aconsejable una dirección electiva, sino solo una basada en el discernimiento. Solo los falsos directores de zoológico, los pseudo hombres de Estado, y políticos sofistas harían campaña con el argumento de que son de la misma pasta que el rebaño, mientras el auténtico pastor marca la diferencia y daría a entender discretamente que, puesto que actúa desde el discernimiento, está más cerca de los dioses que las confusas criaturas que cuida. (p. 49)

Desde el humanismo renacentista (aludir a Roma parece fuera de lugar, pese a Sloterdijk, pues la Edad Media nos separa demasiado de esa época), los filósofos se han considerado esa clase de hombres en posesión de una diferencia específica que los destina a ser pastores de hombres. Ese humanismo, o ciencia del pastoreo humano, se ha ido transmitiendo a través de los siglos, haciendo de las obras filosóficas cartas que esos privilegiados dotados de discernimiento, se dirigen unos a otros, en su círculo elitista de conocimiento que los capacita para pastorear al rebaño humano. Pero en estos tiempos de oclocracia, de gobierno de los peores, en palabras de Perniola, cualquiera puede aspirar a ocupar el puesto de pastor. El humanismo, como la cultura de los libros, ha pasado a ser una antigualla, materializada en obsoletas bibliotecas que ya nadie visita. Precisamente en el momento en que la capacidad del hombre para la manipulación genética (y no solo, sino también social) ha alcanzado cotas desconocidas hasta hoy y con un potencial manipulador casi ilimitado.

Ese es, para mí, el debate que suscita la obra de Sloterdijk que comentamos.
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Última Edición: 18 Ene 2016 09:23 por Nolano.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 14:36 #34676

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Hola Nolano.

Efectivamente, Sloterdijk critica a Heidegger y a la generalidad de su análisis existencial-ontológico, porque considera que el autor de "Ser y tiempo" obvió en dicho análisis el peso de la historia social del ser humano.
El hombre, como bien señala Sloterdijk, es biología y cultura. Por ello, el hombre debe ser considerado, a un tiempo, un ser con historia natural (producto de una revolución antropogenética) y, también, un ser con historia cultural (desarrollador de antropotécnicas).

Tú mismo lo explicas muy bien:
Los seres vivos, como explica la Teoría de la Evolución, se enfrentan a un entorno que los obliga a adaptarse como especie a las circunstancias que impone ese entorno. Sin embargo, el hombre, al menos desde el Neolítico, si no antes, parece haber escapado a esa ley de hierro de la biología. El desarrollo tecnológico y cognitivo ha hecho que la dependencia que, para sobrevivir y reproducirse, el hombre pueda tener del entorno sea prácticamente irrelevante porque el hombre puede "obligar" a la naturaleza a dar sus frutos.

La Evolución, a través del proceso de hominización, comenzó a distanciar a los hombres de su primigenio origen animal (revolución antropogenética). Y al mismo tiempo que se producían dichos cambios antropogenéticos, el hombre también desarrolló culturalmente antropotécnicas, es decir, desarrolló técnicas para la crianza y domesticación de sí mismo. De hecho, en el parecer de Sloterdijk, la definición de humanismo sería: desarrollo de antropotécnicas para la selección, crianza y amansamiento (domesticación) del ser humano.

Hasta aquí, Sloterdijk asimila la filosofía pastoral de Heidegger, porque ¿qué significa que el Dasein sea el pastor del Ser, sino que el mismo hombre sea el cuidador, criador y domesticador de sí mismo?
Esta tesis, que fue inmediatamente vista con recelo por los herederos del humanismo más tradicional (Habermas), ya fue expuesta por Platón en "El político". Y el problema de fondo que subyace en dicha tesis, clave y meollo de la cuestión, es : ¿Qué tipo de humano debería ser criado y domesticado por los pastores del Ser? (Sloterdijk alude a Nietzsche como uno de los primeros pensadores en plantear esta pregunta).

El debate, por tanto, es el de siempre, el que hace referencia al enfrentamiento entre diferentes domesticadores o pastores del Ser, es decir, el debate a través del cual se debe dirimir:
si entre la población y la dirección se da una diferencia solo de grado o una diferencia específica
Sloterdijk plantea el eterno debate entre domesticadores orientados a la verticalidad vs domesticadores orientados a la horizontalidad, pero lo hace incluyendo una nueva posibilidad o propuesta: una nueva antropotécnica basada, no tan solo en la pedagogía social (tradicional humanismo), sino también, por ejemplo, en el planificación prenatal.

Seguiré...
Última Edición: 17 Ene 2016 18:35 por Herrgoldmundo.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 18:33 #34678

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Sigo explicando los que, en mi parecer, son los dos grandes temas o cuestiones que plantea Sloterdijk en "Normas para el parque humano":

1) Hacia dónde se dirige la humanidad.
2) Qué tipo (prototipo humano) debería ser criado y domesticado en las futuras sociedades humanas.

1)Hacia dónde se dirige la humanidad. Creo que Sloterdijk nos alerta, sutilmente, sobre el peligro de autoinmolación vital que conllevaría el seguir "creyendo" en la tradicional candidez humanista. Así, con este temor, finaliza su pequeño ensayo de "Normas para el parque humano". En "Celo de Dios" y "El desprecio de las masas" Sloterdijk deja bien claro quiénes son los enemigos del democrático humanismo civilizado: los suprematismos comunistas e islámicos.

2) Un nuevo tipo humano.
En "Normas para el parque humano" Sloterdijk señala, como Heidegger, el fracaso del humanismo tradicional, y se pregunta cuál debería ser el tipo humano que tendría que salvaguardar a la civilización Occidental de las amenazas suprematistas. Nos alerta de las amenazas suprematistas más visibles (comunismo e islamismo), pero también del error que supondría retornar a la salvaje provincia heideggeriana sin, primero, civilizarla.

Sloterdijk, ciertamente, alerta y diagnostica, pero no propone soluciones. Sin embargo, deja caer algunas propuestas novedosas, sobre las que sí cabría hablar, reflexionar y discutir: las nuevas antropotécnicas biogenéticas y de planificación prenatal. Al cabo, y en su parecer, dichas técnicas son también métodos de crianza y domesticación para el ganado humano, solo que "diferentes" a los métodos (círculos de alfabetización)ensayados hasta ahora por el humanismo más tradicional.

¿Qué le ha pasado a Sloterdijk? Pues que celosos guardianes y custodios del humanismo más tradicional (Habermas al frente de ellos) se le han echado a la yugular. Lo mismo le ha sucedido no ha mucho al filósofo español Javier Gomá al atreverse a decir que la falta de altura de miras y de aspiración a lo sublime es culpa del igualitarismo democrático.
También a mí mismo, sin ir más lejos, se me afeó en este foro que mi discurso estuviera exento de humildad horizontal.

Sloterdijk, como Gomá, y antes Ortega y Gasset o el propio Heidegger, es consciente de que toda sociedad, para perpetuarse y salvaguardarse de la inmolación, debe proponer programas de vida sugestivos y ejemplares a sus ciudadanos.
Dice Gomá, y yo lo suscribo, que la ejemplaridad no es de derechas ni de izquierdas, y propone una pedagogía de la ejemplaridad para articular sociedades justas y virtuosas. Lo contrario de una sociedad ejemplar sería una oclocracia.
El problema llega, sin embargo, cuando los diferentes domesticadores en lid (verticales vs horizontales) deben acotar y definir el sentido de lo que significa ejemplar.
El mismo Gomá, de hecho, ha intentado reformular el sentido del concepto de ejemplaridad, superando la idea de minoría selecta, propuesta por Ortega, y acuñando el nuevo término de mayoría selecta.
Gomá, recogiendo el testigo de Ortega, está adaptándolo a los nuevos tiempos del igualitarismo democrático, pero sin perder de vista la necesidad de articular una filosofía que aspire a lo grande y sublime (Ortega). Del mismo modo, Sloterdijk sigue creyendo en Heidegger (como yo mismo) aunque se ve obligado, por imperativo de las circunstancias y para poder defenderse de los celosos guardianes del igualitarismo horizontal, a superar al autor de "Ser y tiempo".

Al final, Javier Gomá, como Sloterdijk, tiene razón:
Toda educación consiste en transmitir un modelo de lo humano, un prototipo de excelencia.
Última Edición: 17 Ene 2016 18:59 por Herrgoldmundo.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 19:06 #34679

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Herrgoldmundo escribió:
Nos alerta de las amenazas suprematistas más visibles (comunismo e islamismo), pero también del error que supondría retornar a la salvaje provincia heideggeriana sin, primero, civilizarla.

Esta afirmación es muy subjetiva. No me parece que haya en el libro de Sloterdijk ninguna afirmación que la sustente.

Por otro lado, me parece que el pensador alemán deja la cuestión totalmente abierta, sin decantarse por ningún tipo de ejemplaridad (ese término con, para mí, desagradable regusto platónico-agustiniano). Como expuse en mi anterior mensaje, citando un fragmento de la obra de Sloterdijk, se abren dos posibilidades a la hora de asignar a ciertas personas el papel de "criadores de hombres" y el autor alaba a Platón la agudeza de su planteamiento, pero no se decanta por ningún "prototipo de excelencia". De hecho el modelo del "prototipo de excelencia", el designar como pastores del rebaño humano a los capaces de discernimiento, y no a cualquiera, sería volver al "humanismo" tradicional. Sin embargo, Sloterdijk constata en los párrafos finales (no sin cierta velada melancolía, pero muy alejada de una soflama o llamada a regresar a él), que el humanismo ya solo yace en los sótanos, con libros polvorientos amontonados en silenciosos estantes, que ya nadie lee y, lo que es más, nadie sabe ya por qué habría de leer.

Precisamente lo único que salva Sloterdijk de la "Carta sobre el humanismo" de Heidegger es la ausencia de "ejemplaridad", pienso yo (concepto que, dicho se de paso, me parece totalmente ajeno a Ortega: no veo yo que a este le cupiera en la cabeza que nadie pudiera servir de ejemplo para el hombre-masa, salvo otro hombre-masa). Pero si te parece, Herrgoldmundo, discutiré el análisis que hace Sloterdijk de esta obra de Heidegger en el segundo de los hilos que has abierto, en el que haces un muy buen resumen de esta cuestión, que servirá para ahondar en el debate.
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Última Edición: 17 Ene 2016 19:11 por Nolano.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 20:10 #34680

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Efectivamente, Nolano, la segunda parte de mi comentario es totalmente subjetiva.

"Normas para el parque humano" se limita a certificar el fracaso del humanismo tradicional como sistema de crianza y domesticación del ser humano. Sloterdijk recoge la crítica de Heidegger al mismo, en "Carta sobre el humanismo", la supera y va más allá, proponiendo considerar nuevas técnicas más acordes con un posthumanismo potliterario, ya alejado de los tradicionales círculos de alfabetización.
Sloterdijk se limita a criticar, y propone hablar y reflexionar, pero, efectivamente, no da soluciones.

Cierto, el hecho de reconocer la necesidad de designar pastores capaces de discernimiento supondría retornar al humanismo más tradicional, es decir, supondría recuperar los valores propios de la civilización Occidental (Grecia, Roma, Renacimiento, Ilustración...); un humanismo que era ejemplar, en el sentido de que los pastores del rebaño todavía transmitían determinados modelos o programas de vida (cría y domesticación) a seguir como ejemplos de vida. Esta ejemplaridad fue, precisamente, la que criticó Heidegger, pues se olvidaba de preguntarse por el sentido del ser.

Heidegger abogó, entonces, por un nuevo humanismo pastoral, que él mismo, sin embargo, reconoció inviable:
No cabe preguntarse cómo las masas podrían llegar a convertirse en ciudadanos ascetas y meditabundos, porque no hay ningún camino que pueda conducir del tradicional humanismo a este nuevo humanismo, que supondría un ejercicio intensivo de humildad ontológica

Y Sloterdijk deja la pregunta en el aire: ¿Qué amansará al hombre tras el fracaso del humanismo tradicional como escuela de domesticación, y tras reconocer el propio Heidegger que sería imposible un humanismo pastoral, a través de la reflexión y la meditación?

¿Qué nos queda, entonces, para salvarnos de la barbarie y la autodestrucción?

Seguiremos comentando la segunda parte, como aconsejas.

Un saludo.
Última Edición: 17 Ene 2016 20:13 por Herrgoldmundo.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 17 Ene 2016 20:30 #34681

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Decía, Heidegger, en su primera etapa, en decir, en ser y tiempo, que la esencia del ser-ahí consiste en su existencia; es, por eso, también su posibilidad, el conjunto de su posibilidades. Según yo lo entiendo Heidegger no está negando la animalidad del Dasein sino que la animalidad tal cual la describe la ciencia no da verdadera cuenta del ser humano. Y así piensa por su crítica a la tradición filosófica que se olvida de la cuestión del ser. No es que Heidegger no considere importantes, hasta cierto punto, las propiedades que la ciencia nos dé en torno a ese ente sino que lo verdaderamente importante es el ser de ese ente. Y el ser de ese ente es su existencia ( entendida ésta como un ir-se apropiando posibilidades). El ser no puede ser desvelado por la ciencia.

Para Heidegger el Da-sein no es principal o esencialmente un ente o cosa, y por tanto, no es algo que puede ser descrito adecuadamente por la ciencia cuya finalidad es objetivar o cosificar todo aquello que toca ( al igual que la metafísica). No es tanto, y según yo lo veo, que Heidegger se olvide de la animalidad del Da-sein sino que no tiene en cuenta la descripción de la animalidad que nos da la ciencia por cosificadora.

Aunque bien es verdad que Heidegger, y al volcarse sobre la hermenéutica, se decanta por las denominadas ciencias del espíritu dejando a un lado o totalmente al margen las ciencias de la naturaleza. Y efectivamente, creo que ello constituye un craso error. Y así lo considero porque el ser del ente no se da al margen del propio ente como muy bien conocía Heidegger. Es más, el orden talitativo o entidad del ente determina en función trascendental esa forma de ser del Dasein. La forma de ser del Dasein no se da al margen de su animalidad sino que viene determinada por ella. Quizá Heidegger pensase que se puede acceder a la estructura trascendental del Dasein sin para ello tener que saber nada de ciencia. O dicho de otra forma, ¿puede avalar o refutar la ciencia actual el análisis ontológico-existencial llevado a cabo por Heidegger? ¿ El análisis ontológico-existencia en torno al Dasein depende de las teorías científicas vigentes?
¿No quiso Heidegger partir, como toda fenomenología, de un ámbito anterior a toda teoría filosófica y/o teoría científica? ¿ Para realizar un análisis en torno al ser hay que partir de las teorías científicas vigentes?

Personalmente, Herrgoldmundo, no creo que la crítica de Sloterdijk hacia Heidegger esté plenamente justificada. No es que Heidegger se olvide de que el Dasein sea un ente con historia cultural sino que la historia cultural es algo ya derivado o secundario y que se apoya para poder ser en la estructura ontológico-existencial del Dasein. Es porque el Dasein es temporeidad, y por tanto, un ente que constitutivamente, lo quiera o no, y lo sepa o no, tiene que ir-se haciendo a sí mismo por lo que posee una biografía y está inmerso en una determinada cultura, en una determinada sociedad y en una determinado acontecer histórico. No es que Heidegger, y según yo lo entiendo, se olvide de la historia cultural del ser humano sino que trata de darnos, a través de su análisis ontológico-existencial, las condiciones de posibilidad de toda posible historia cultural.

Un saludo
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 18 Ene 2016 11:17 #34688

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Hola Elías.

Escribes:
Decía, Heidegger, en su primera etapa, en decir, en ser y tiempo, que la esencia del ser-ahí consiste en su existencia; es, por eso, también su posibilidad, el conjunto de su posibilidades. Según yo lo entiendo Heidegger no está negando la animalidad del Dasein sino que la animalidad tal cual la describe la ciencia no da verdadera cuenta del ser humano

Yo también creo que Heidegger no niega la animalidad inherente al ser humano. De hecho, la propia Teresa Rocha (autora del prólogo del libro) dice textualmente que la filosofía pastoral de Heidegger pensó la esencia de lo humano desde su origen animal, y más allá de dicho origen animal: como pastor o custodio del Ser.

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No es tanto, y según yo lo veo, que Heidegger se olvide de la animalidad del Da-sein sino que no tiene en cuenta la descripción de la animalidad que nos da la ciencia por cosificadora.

Estoy de acuerdo contigo. Creo que lo que Sloterdijk critica en Heidegger es precisamente eso, que este obviara aspectos de la biología evolutiva en aras de enfatizar más una suerte de ciencias del espíritu, como tú mismo señalas.

A mí, pero, lo que me interesa de Sloterdijk, y de este pequeño ensayo en particular, no es si la crítica a Heidegger está o no justificada. Yo destacaría que lo importante que subyace en este ensayo, tras certificarse el fracaso del humanismo tradicional (a través de la alfabetización) y el del humanismo pastoral de Heidegger (a través de la humildad ontológica contemplativa), sería el planteamiento de una crucial pregunta:

¿Cómo evitar la autodestrucción del hombre por el hombre?

Si, como concluye Sloterdijk, los libros han sido olvidados y las masas están inmersas en un imparable proceso de embrutecimiento (espectáculos de masas), y en el parecer de Heidegger, las masas son incapaces de mostrar humildad ontológica (preocupación por el sentido del Ser)... ¿cómo se podría domesticar el hombre a sí mismo para no embrutecerse y acabar autoinmolándose?

Yo, a diferencia de Nolano, sí percibo una respuesta por parte de Sloterdijk a dicha cuestión. Desde luego, Sloterdijk no se moja ni da una respuesta explícita clara y abierta, sino que nos induce a considerarla a través de una reflexión dialéctica.
Según lo veo, Sloterdijk responde a la cuestión, en cierta manera, cuando matiza y amplía el significado del claro del bosque heideggeriano: un campo de batalla.
El claro del bosque no es solo el espacio de apertura en el que el Dasein recibe los dictados del Ser, a través de atención expectante, sino que también es un espacio de acción y de toma de decisiones.

Lo que nos dice Sloterdijk es que sería un grave error no tomar decisiones, y resignarnos a permanecer pasivos e inactivos, irresolutos, ante el fracaso del humanismo.

Un saludo.
Última Edición: 18 Ene 2016 11:20 por Herrgoldmundo.
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"Normas para el parque humano", de Peter Sloterdijk (parte I). 18 Ene 2016 13:47 #34689

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Hola Herrgoldmundo

El problema de todas las analíticas de la facticidad es si puede seguirse un carácter normativa a partir de las mismas. Es decir, cómo, y a partir de la facticidad, puede seguirse un carácter normativo que nos ilumine sobre aquello que deberíamos de hacer. Sí, efectivamente, sería un grave error no tomar decisiones y resignarnos a permanecer pasivos e inactivos pero el problema es qué decisiones tomamos una vez que hemos decidido no permanecer inactivos.
Desde un análisis de la facticidad no se siguen ilimitadas posibilidades de actuar. Pero sí, varias. Ahora bien, de entre esas varias cuáles preferir. El profesor Conill nos habla en sus concepciones de la experiencia de “Se plantea la necesidad de un nuevo pensar experiencial como respuesta al logicismo y metodologismo imperantes, que de modo creciente han secuestrado los usos de la razón. Por eso se propone como tarea filosófica ineludible desarrollar análisis hermenéuticos, genealógicos y noológicos de la experiencia, y desde ahí reconstruir una nueva concepción de la razón experiencial (histórica, corporal y sentiente).”

Un Saludo
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