cuervo ingenuo escribió:
Ovidio escribió:
Mientras con tal canto el vate tracio se lleva tras de sí
selvas, animales salvajes y rocas, he aquí que desde la cima
de una colina unas enloquecidas muchachas cíconas,
con los pechos cubiertos de pieles de fieras, ve a Orfeo
que acompañaba su canto pulsando las cuerdas de su lira.
Una de ellas, sacudiéndose los cabellos en la brisa ligera,
dice: <<¡Ahí, ahí tenéis al hombre que nos desprecia!>>
(
Metamorfosis, Libro XI)
El desprecio era el de Orfeo ya que, según la tradición, después de la muerte de Eurídice las tracias fueron ignoradas por el dios.
Por cierto, ¿no es Eurídice la que está siendo mordida por una serpiente junto al cadáver de Orfeo? Seguramente siguen paseando por los Campos Elíseos... o eso le hubiera gustado a Ovidio.
Orfeo no es ningún dios. Es un onomaturgo. El primer hombre al que le permiten descender al Hades sin estar muerto.
El desprecio por su parte era hacia todo contacto sexual con mujeres, no hacia las seguidoras de Dionisio. Por esta razón, algunos académicos han buscado en él comportamientos homoeróticos. Descendiente de Apolo y seguidor de Dionisio, así, una vez muerto a manos de las Ménades, el mismo Dioniso las castiga por esa muerte.
En ese cortejo de Ménades hay quien ha visto simbolizado la personificación de las pulsiones erótico-vitales del mismo Orfeo, devorado de tal modo por sus mismas pasiones negadas. Algo bastante común en la tradición griega esto de castigar la frialdad y la abstinencia.
La religión órfica es dionisiaca en su metafísica (creencia en un principio divino en el hombre) y apolínea en su moral (búsqueda de la armonía y el apaciguamiento).
Mi trabajo de estética trata algunos aspectos sobre el Bíos Orphikós, la vida órfica.
Un saludo.