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TEMA: Pin parental e hipocresía

Pin parental e hipocresía 23 Ene 2020 14:56 #52906

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Buenas,

Mi toque de atención sobre el estudio de la Filosofía no es una invitación a dejar el grado, ni mucho menos. Estudiar es un paso imprescindible que doy por asumido. El Grado permite un acercamiento magnífico a todas las ideas que han vertebrado el pensamiento filosófico a lo largo de la Historia.

Es decir, que no lo veo como un yugo. Lo veo como algo necesario pero no suficiente. El siguiente paso al conocer es el modificar la vida con ello, con lo aprendido.

Por otro lado, la Metafísica, la muerte de Dios es algo que he visto a través de Nietzsche. Después de él, ya no hay marcha atrás. Claro que, como he leído no solo en Elias sino también en libros, es muy legítimo seguir buscando la Verdad, la Moral, o los Principios Absolutos que nos rijan como seres humanos. La Filosofía es múltiple, hay diversidad de pensamiento y de creación.

Mi crítica no es ni al estudio -porque es una estupidez creer que se puede asumir las tareas filosóficas de nuestros tiempo sin haber estudiado a fondo todo lo anterior-, ni tampoco a la creencia o no en la Metafísica. Mi crítica ataca a ese asumir, por inercia del estudio, que la Metafísica o la Verdad no existen. Es decir, tomar posición sin haber sentido el pensamiento.

Sé lo que es creer en Dios y sé lo que es vivir en la Metafísica. Y por eso he tomado en serio y hasta el final otras muchas ideas y críticas. Y entiendo el esfuerzo de querer mantener viva “otros tipos de Dios, u otros tipos de Metafísica”. Lo sé porque comprendo que en ello va el espíritu, pero realmente, no como el que asume una simple posición teórica o erudita que presente ante un comité.

Por eso, no quiero desvirtuar mi propia crítica. No quiero entrar a si Metafísica no o Metafísica sí. Voy al quién dice qué. Y al cómo y en virtud de qué fuerzas internas se llega a afirmar o a asumir una determinada posición filosófica. Ahí mi crítica al mero estudiar y al mero tragar características propias de este siglo.

Unamuno es un ejemplo en todo esto. No comparto sus ideas, pero admiro su espíritu. Ese esfuerzo por querer creer. Porque ha llegado a conocerse a sí mismo y a saber lo que necesita. Él necesita creer en que no va a morir. Y a partir de ahí, escribe con su sangre cada idea. Eso es el ejemplo de su sentir el pensamiento, y pensar el sentimiento. Pero el suyo (no el espíritu de la época o de los eruditos) y en virtud de su vida, siempre con vistas a la eternidad.

Si la mayoría de los estudiantes de Humanidades llegásemos a acercarnos a esa potencia vital de Unamuno, no estaríamos en el estado actual de las cosas. Y no creo que sea el creer o no creer en Dios o en relativismo. El punto es que no se toma en serio ni lo uno ni lo otro. Los relativistas, si se tomasen en serio a sí mismos, deberían vivir conforme a ello. Eso es ser relativista hasta el final. Como el cristiano que daba todo y se iba al desierto. Igualmente: los cristianos actuales dan pena. No hacen nada.

Saludos.
Última Edición: 23 Ene 2020 15:09 por Silvanus.
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Pin parental e hipocresía 23 Ene 2020 21:07 #52907

  • elías
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Hola Silvanus

Personalmente no creo ni en valores absolutos ni en una moral dogmática. Ya he dicho que los valores no son ni absolutos ni objetivos (entendiendo por tal: eternos e inmutables) sino que se construyen en función de los intereses humanos ( lo cual no implica incurrir en el relativismo). No creo en la existencia de un principio absoluto que nos dicte qué debemos hacer y qué no debemos hacer.

Creo en la Verdad (con mayúscula) pero no creo en la verdad (con minúscula). Es decir, creo en la Verdad en el sentido de que creo en la existencia de una Realidad que nos fundamenta (más allá de que considere que sea o no personal) pero no creo que la verdad en el sentido de que podamos conocerla definitivamente ( mi concepto de razón no es un concepto de razón absoluta sino de una razón limitada). O dicho de otra forma, considero que la verdad es histórica. La vamos desvelando a lo largo de la historia ( sin poder apresarla jamás). Nos vamos acercando a ella asintóticamente.

Entiendo que Nietzsche, y desde su metafísica, le haya dado muerte a Dios, o mejor dicho, a una determinada idea de Dios. ¿Cómo va a matar un simple mortal a una deidad salvo convirtiéndose él mismo en una deidad? Con lo que sí que estoy de acuerdo es que Nietzsche haya acabado con una determinada Idea de Dios ( y además, yo estoy de acuerdo en ese punto con Nietzsche). Como estoy de acuerdo con Heidegger, y por no haberse tenido en cuenta la diferencia ontológica, que a Dios se lo ha entificado, y por tanto, se lo ha convertido en un ídolo.

Weber consideraba que a lo largo de la historia se ha ido produciendo un desencantamiento mediante la racionalización. El desencantamiento conlleva desmitologización. Y ello es debido a que para la concepción de razón moderna los mitos no son suficientemente explicativos para el uso racional que se exige en la modernidad. La ilustración busca desembarazarse de todo mito. Y encuentra su herramienta desmitologizadora en la técnica. Al final el saber deviene en técnica, o mejor dicho, en tecnocracia.

En la dialéctica de la Ilustración de Horkheimer y Adorno hablan de una aparente contradicción en su doble tesis: “ El mito es ya Ilustración” y “ La Ilustración recae en mitología”.

En cuanto a la primera (el mito es ya ilustración) consideran que en el mito pueden verse ya indicios de un proceso de Ilustración. ¿Por qué? Porque en el estado originario no había distinción entre sujeto y objeto. Fue cuando el hombre “racional” entró en escena, y para poder sobrevivir, cuando empezó a distinguir cada cosa entre sí, y por tanto, empezó a separar las cosas de su Todo.

Mediante el mito el hombre narraba o daba cuenta, es decir, trataba de explicar y representar, los orígenes mediante la razón. Y precisamente porque trataba de explicar y representar los orígenes es por lo que cabe llamarla razón. Razón mítica. Sí, mítica, pero razón al fin y al cabo razón. En el origen todo se presenta como infinito y desconocido, y el hombre, por temor a lo desconocido, hace uso de una razón mítica para huir frente a lo desconocido y a lo que le atemoriza. Por eso cabe decir que “el mito es ya Ilustración”. El mito es ya un intento por parte de la razón de dar cuenta del origen.

En cuanto a la “Ilustración es ya un mito” decir que los autores consideran que la Ilustración es totalitaria y su falsedad radica en que para ella el proceso está decidido de antemano. Es decir, la ilustración se cree segura con la matemática y es por ello por lo que el pensamiento abandona toda pretensión de conocimiento. Todo deviene en cálculo y método. La promesa de la Ilustración acaba convirtiendo al hombre en “masa” en contra de sus pretensiones de librarlo de su minoría de edad. Horkheimer y Adorno consideran que la Ilustración deshumanizó al sujeto y que acabó con toda pretensión de verdad que posteriormente desembocó en todo tipo de relativismos y nihilismos. Y es aquí donde comienzan su crítica a las ideologías.

¿Y por qué digo todo esto?

Porque considero que hay que volver al “encantamiento”. Pero volver porque en todo ser humano, salvo que se lo extinga o se lo silencie, se da o alberga un sentimiento que se abre a lo desconocido, a lo infinito, a lo absoluto, a una realidad que nos sobrepuja. Mientras que el hombre siga albergando esos sentimientos se darán las mayores cotas del espíritu humano. Y todo ello independientemente de las respuestas o explicaciones que se puedan dar a eso desconocido, infinito, absoluto o realidad que nos sobrepuja. Creo que la filosofía debe de partir de la inmanencia, desde el mundo mismo, y remontarse hasta donde sea posible, dejando abierta, porque no puede no hacerlo, una puerta entreabierta ( porque la realidad está entreabierta). Y quien desee cruzarla, abandonando obviamente ya la filosofía, que lo haga

Hoy en día el hombre está encerrado sobre sí mismo y no mira hacia “arriba”, hacia el enigma, hacia lo absoluto, sino que camina encogido de hombres y cabizbajo mirando hacia “abajo”. Y de ahí no puede salir nada salvo la talla de sus pies o el color de sus zapatos.

Para mi, y en lo tocante a este tema, me da igual que se sea creyente o que se sea ateo, que se siga a Nietzsche o a Zubiri, todo ello es desde mi punto de vista secundario. Lo primario, y como bien dices, Silvanus, es que se viva aquello en lo que se cree. Decía Ortega que hay unas creencias que tenemos y otras que somos. Y sí, hoy dan pena los cristianos. Los cristianos y los ateos. Todos damos pena. Todos somos lo mismo porque todos vivimos igual:Desencantados.

Un saludo
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Pin parental e hipocresía 24 Ene 2020 05:01 #52908

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Hola.

Así que empezaba el año con el suicidio y sigue con el desencanto. Será eso que llaman la cuesta de enero.

Hombre, y ¿qué es la filosofía sino desencanto? Cuando Tales centró su mirada en la physis, ¿no trataba precisamente de desencantar el mundo? Lo que pasa es que eso no sale gratis. Si la filosofía nació el día que se produjo el eclipse que predijo Tales, hay que constatar una fina ironía de los dioses: si queréis saber, bienvenidos a lo oculto. A lo que oculta el eclipse. La luz. Luego la filosofía nace con la apropiación racional de una génesis hacia lo oculto. Y acabará muriendo en lo oculto. Disuelta. De hecho ya se está disolviendo.

Pero es muy divertida. Lo siento por lo trivial, pero es el adjetivo más sincero del que dispongo para la filosofía. Si la dramatizo me mata, y no veo ni un solo motivo (que no razón) para hacerlo.

Saludos. Os deseo unos buenos exámenes.
A Flaubert que le den.
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Pin parental e hipocresía 24 Ene 2020 09:49 #52909

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Hola, y si solo se trata de una cuestión de proyectar ese “quiero”, “pienso”, “creo”, “siento” y hacerlo extensivo y abarcador de toda la realidad. De transformar el “yo” en “nosotros” incluso observándolo desde fuera con un “ellos”, eso me permite elevar “espiritualidad”, “dios”, “hombre”, “verdad”, “sentimiento”, “virtud” a mayúsculas “el Espíritu”, “la Verdad”, “la Emoción”, “el Hombre”, “Dios”, “la Filosofía”, “la Virtud”, “el Yugo”. ¿De todo estudiante de la rama del saber que sea se presume vocación? La vocación la siente quien la siente y su grado también, la pasión es propia o la emoción, no digo la espiritualidad y lo mismo el desencanto, la decepción, el hastío. ¿Cuando critico que esto no se está afrontando de tal o cual manera o que no existen ya tales valores qué es lo que estoy proyectando en mi entorno, en un conjunto de estudiantes, en mi sociedad, en la humanidad? ¿Mi búsqueda, mi deseo, mi dedicación debe proyectarse de forma oceánica a toda la realidad? ¿Busco lo universal o eso que hago, digo, pienso, encuentro adquirirá tal vez, remotamente, tintes universales? Para no perderme en preguntas sin respuestas o búsquedas ociosas y satisfechas de serlo diré que mi yugo es tener que sentarme a estudiar filosofía de la ciencia cuando quiero leer sobre los misterios de Eleusis o asistir a un combate por la diferencia ontológica entre Heidegger/Aristóteles, continuar mis lecturas sobre culturas matriarcales o leer ese comic de ciencia ficción que me llama, ay, me llama mucho y yo a vueltas con las puñeteras explicaciones, cálculos axiomáticos, reglas de correspondencia o relaciones de equivalencia, ánimo.
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Pin parental e hipocresía 24 Ene 2020 11:47 #52910

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elías escribió:
Hola Silvanus

Creo en la Verdad (con mayúscula) pero no creo en la verdad (con minúscula). Es decir, creo en la Verdad en el sentido de que creo en la existencia de una Realidad que nos fundamenta (más allá de que considere que sea o no personal) pero no creo que la verdad en el sentido de que podamos conocerla definitivamente ( mi concepto de razón no es un concepto de razón absoluta sino de una razón limitada). O dicho de otra forma, considero que la verdad es histórica. La vamos desvelando a lo largo de la historia ( sin poder apresarla jamás). Nos vamos acercando a ella asintóticamente.

Weber consideraba que a lo largo de la historia se ha ido produciendo un desencantamiento mediante la racionalización. El desencantamiento conlleva desmitologización. Y ello es debido a que para la concepción de razón moderna los mitos no son suficientemente explicativos para el uso racional que se exige en la modernidad. La ilustración busca desembarazarse de todo mito. Y encuentra su herramienta desmitologizadora en la técnica. Al final el saber deviene en técnica, o mejor dicho, en tecnocracia.

En la dialéctica de la Ilustración de Horkheimer y Adorno hablan de una aparente contradicción en su doble tesis: “ El mito es ya Ilustración” y “ La Ilustración recae en mitología”.

En cuanto a la “Ilustración es ya un mito” decir que los autores consideran que la Ilustración es totalitaria y su falsedad radica en que para ella el proceso está decidido de antemano. Es decir, la ilustración se cree segura con la matemática y es por ello por lo que el pensamiento abandona toda pretensión de conocimiento. Todo deviene en cálculo y método. La promesa de la Ilustración acaba convirtiendo al hombre en “masa” en contra de sus pretensiones de librarlo de su minoría de edad. Horkheimer y Adorno consideran que la Ilustración deshumanizó al sujeto y que acabó con toda pretensión de verdad que posteriormente desembocó en todo tipo de relativismos y nihilismos. Y es aquí donde comienzan su crítica a las ideologías.

¿Y por qué digo todo esto?

Porque considero que hay que volver al “encantamiento”. Pero volver porque en todo ser humano, salvo que se lo extinga o se lo silencie, se da o alberga un sentimiento que se abre a lo desconocido, a lo infinito, a lo absoluto, a una realidad que nos sobrepuja. Mientras que el hombre siga albergando esos sentimientos se darán las mayores cotas del espíritu humano. Y todo ello independientemente de las respuestas o explicaciones que se puedan dar a eso desconocido, infinito, absoluto o realidad que nos sobrepuja. Creo que la filosofía debe de partir de la inmanencia, desde el mundo mismo, y remontarse hasta donde sea posible, dejando abierta, porque no puede no hacerlo, una puerta entreabierta ( porque la realidad está entreabierta). Y quien desee cruzarla, abandonando obviamente ya la filosofía, que lo haga

Hoy en día el hombre está encerrado sobre sí mismo y no mira hacia “arriba”, hacia el enigma, hacia lo absoluto, sino que camina encogido de hombres y cabizbajo mirando hacia “abajo”. Y de ahí no puede salir nada salvo la talla de sus pies o el color de sus zapatos.

Para mi, y en lo tocante a este tema, me da igual que se sea creyente o que se sea ateo, que se siga a Nietzsche o a Zubiri, todo ello es desde mi punto de vista secundario. Lo primario, y como bien dices, Silvanus, es que se viva aquello en lo que se cree. Decía Ortega que hay unas creencias que tenemos y otras que somos. Y sí, hoy dan pena los cristianos. Los cristianos y los ateos. Todos damos pena. Todos somos lo mismo porque todos vivimos igual:Desencantados.

Un saludo

Estoy totalmente de acuerdo en intentar alcanzar las grandes cimas del espíritu humano, esforzarnos en ello. La única diferencia entre tú y yo es de camino, no de anhelo: yo he asumido que la verdad se crea, que los valores son una creación del espíritu más fuerte, estético y filosófico a la vez; tú crees en una "Verdad que nos fundamenta", es decir, que nos desborda y nos sustenta. Mi idea es plantear el crecimiento espiritual, precisamente, mediante la creación de valores y de metas dignas de vivir por ellas: crear el objetivo, la razón de vivir y de hacer más pujante y poderosa la vida. Tu idea es la de acercarse lo más posible a esa Verdad, y vivir conforme a ello.

Tanto tú como yo hemos dicho en este hilo que la posición actual del ser humano es pobre. Yo creo que es por la falta de fuerzas para crear y perseguir un objetivo nuevo, tú dices que se debe a ese "desencanto", a esa pérdida de sentimiento de infinito.

Creo que se insiste demasiado en una parte mínima (y fácil) de Nietzsche, esa que dice aquello de volver a jugar como cuando éramos niños, es decir, volver a jugar olvidándonos de que es un juego. Pero se olvida lo más importante, que dice que el yugo es condición indispensable para la vida:

"Lo esencial es la obediencia durante un largo período y en una sola dirección: dado que así es como prospera y ha prosperado siempre algo por lo que vale la pena vivir en esta tierra, por ejemplo la virtud, el arte, la música, la danza, la razón y la espiritualidad". (MBM)

Es más, la tarea por antonomasia sería, según él, la creación del yugo:

El "gran estilo" es la fuerza por "convertirse en señor del caos que uno es: obligar al caos propio a convertirse en forma: a convertirse en ley lógica, simple, directa y matemática" (VP, 842).

Tú parece, Elías, que te lamentas por la pérdida de ciertos aspectos metafísicos de otras épocas. En mi caso, si bien también lo lamento, sin embargo me quedo con esta respuesta: "Si un templo debe ser levantado, un templo debe ser destruido". (Cambia templo por verdad).

Sin embargo, no se me escapa algo, que es la suma diferencia -no ontológica, sino espiritual-. Y es que conquistar es sumamente difícil, como decía Simónides:

"Hay un cuento: que la virtud habita un peñasco escarpado donde un coro de ninfas ágiles
la sirve. En cuanto a los mortales, no pueden todos verla, y sólo
el que de dentro echa un sudor que le devora el alma, y llega de su coraje hasta la cumbre."

Un sudor que le devora el alma. Ese es el punto. Querer arder por algo que se plantea superior a uno mismo. Cada uno lo planteará o no, eso es cosa suya, y luego está el esfuerzo y la capacidad para alcanzar esa cumbre.

Abrazo.
Última Edición: 24 Ene 2020 11:51 por Silvanus.
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Pin parental e hipocresía 24 Ene 2020 19:55 #52911

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Hola, Silvanus

Dices: “Tú parece, Elías, que te lamentas por la pérdida de ciertos aspectos metafísicos de otras épocas. En mi caso, si bien también lo lamento, sin embargo me quedo con esta respuesta: "Si un templo debe ser levantado, un templo debe ser destruido". (Cambia templo por verdad).”

En realidad no es un lamento por la pérdida de ciertos aspectos metafísicos sino por la pérdida de una forma de abrirse a la realidad; a lo enigmático de la misma. Se defienda las creencias que se defiendan la realidad es enigmática. Y en su radicalidad última: insondable e inefable. Y considero que es así como deberíamos de enfrentarnos a ella. Es decir, con una actitud religiosa.

Y cuando digo religiosa me refiero a la concepción griega de la misma. Para la Grecia Clásica un hijo que no honrara a sus padres era impío. ¿Por qué? Pues porque atentaba en contra del valor religioso. ¿ Y qué entendían los griegos por valor religioso? El valor religioso era aquel por el cual una persona reconocía que poseía un don o una dadiva inmerecida. Dádiva o don que le eran concedidos sin merecimiento alguno y por ello debían agradecimiento. Como el agradecimiento que debe un hijo a sus padres por darles la vida. Por eso, la falta de agradecimiento de un hijo hacia sus padres, que le dieron un don inmerecido como era el de la vida, era considerado como algo que atentaba contra lo religioso y de ahí el calificativo de impío. Es decir, el valor religioso no era en su origen un valor asociado a una deidad. Pues bien, así entiendo yo el valor religioso en su radicalidad última.

Y esa es mi crítica. Desde la modernidad, desde su concepción del sujeto (subjetivista e individualista) y desde su concepción de la razón (razón instrumental) nos hemos cerrado a lo enigmático de lo real. Al parecer la realidad ya ha dejado de ser enigmática y se puede diseccionar en una mesa de operaciones mezclando sus componentes en un matraz para obtener lo que deseemos y venderlo según la ley de la oferta y la demanda. Ya nada no es un don o una dádiva, y por tanto, no debemos agradecimiento o gratitud a nada ni a nadie.

Sí, sé que se me dirá que qué agradecimiento debemos y a qué o a quién cuando vivimos en un mundo de dolor, sufrimiento, guerras e injusticias. Pues lo primero que habría que responder es que en toda la historia de la humanidad ha existido dolor, sufrimiento, guerras e injusticias, y por ello no se han abandonado los valores religiosos.

Vivimos en una sociedad que considera que todo lo tiene controlado, que todo lo tiene bien medido y bien pesado, que es dueño y señor de la naturaleza, pero sin embargo no sabe qué hacer ni para qué. Y no sabe qué hacer ni para qué por la sencilla razón de que no hay más realidad que aquella que mide, pesa y controla. Es decir, el hombre de hoy en día es el hombre más asustadizo que ha existido en la historia de la humanidad. Crea la ficción, ante el terror de lo enigmático de lo real, de que lo controla absolutamente todo. Y ante cualquier “fisura”, por pequeña que ésta sea, recurre a cualquier tipo de fármacos o envía a los moribundo lejos de su vista para que no se derrumbe su ficción.

Silvanus, no conocía esa frase que me parece maravillosa, y con la que estoy de acuerdo, que dice: “Si un templo debe de ser levantado, un templo debe de ser destruido”. Eso sí, el problema se da, como se da en la actualidad, cuando se considera que ya no hay ningún templo que levantar porque ya no a quien o a qué erigírselo en señal de agradecimiento. Y en esos casos los templos devienen en establos.

Un abrazo


PD: Por cierto, creo que últimamente has citado en varias ocasiones a Unamuno. Creo que algunos autores, pero no sé mucho sobre el tema, intentan establecer un paralelismo, acercamiento o aproximación entre el deseo de inmortalidad de Unamuno y la voluntad de poder de Nietzsche
Última Edición: 25 Ene 2020 15:04 por elías.
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Pin parental e hipocresía 24 Ene 2020 23:48 #52912

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Me he quedado asombrado con este hilo y con vuestros inspiradísimos comentarios. Realmente, sois filósofos encantados, y es maravilloso.
Coincido con vosotros en la idea subyacente que apuntáis. La filosofía se ha convertido en un objeto más, en vez de ser aquel conocimiento que trasciende, precisamente, los objetos. Ha perdido su corazón místico, al servicio de una vida plena, y se ha convertido en un mero conocimiento con el que demostrar una vana erudición.
Creo que el ser humano, para vivir con sentido, necesita creer en algo más grande que él mismo. Si esto se pierde, deviene una vulgar criatura, volcada sobre su propia megalomanía, un ser evolucionado tecnológicamente pero más miserable que cualquier animal.
Antes, este sentido lo daba la religión a la gran masa, y la filosofía a las élites intelectuales, capaces de interpretar la religión desde la razón, con un sentido más profundo. Pero ahora mismo, la ideología dominante nos impone la exaltación de lo mediocre, incluso el orgullo.
No sé si es el precio del desarrollo científico, o si ambas cosas podrían evolucionar de la mano.
Personalmente, no conozco la respuesta, y mi opción, como la que habéis apuntado, es un parcial aislamiento, una retirada pacífica a mi propio mundo, que comparto con los sabios de todo tiempo y lugar. Un saludo y mil gracias.
Última Edición: 24 Ene 2020 23:49 por Shankara.
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Pin parental e hipocresía 25 Ene 2020 19:37 #52915

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Hola, Shankara

Dices: “Creo que el ser humano, para vivir con sentido, necesita creer en algo más grande que él mismo. Si esto se pierde, deviene una vulgar criatura, volcada sobre su propia megalomanía, un ser evolucionado tecnológicamente pero más miserable que cualquier animal.”

Lo que deseo hacer a continuación es aprovechar tus palabras para dejar más clara mi postura. Por tanto, no lo entiendas como una crítica a las mismas.

Estoy totalmente de acuerdo en que el ser humano necesita creer en algo más grande que él mismo. Pero algunos podrían interpretar esas palabras únicamente desde el punto de vista psicológico. Yo, en cambio, considero que en primer término, es decir, en su radicalidad última es una cuestión puramente ontológica. La dimensión psicológica se apoya en la dimensión ontológica.

La realidad humana es desde un punto de vista ontológico una realidad abierta. Es constitutiva apertura. Necesita más y más realidad para poder ser. El psiquismo animal, y por no ser éste desde el punto de vista ontológico una realidad abierta, no necesita creer en algo más grande que él. Es decir, es su condición ontológica la que hace que desde el punto de vista psicológico necesite creer en “algo” más grande que él. Ahora bien, no es sólo una cuestión de la constitución ontológica del ser humano sino que es la propia realidad la que es de suyo enigmática.

Por tanto, y desde mi punto de vista, no es que el ser humano necesite creer en algo más grande que él sino que hay algo más grande que él. Existe por “encima” de él una realidad que en último término es enigmática y que debido a la condición ontológica del ser humano (ser en apertura) se abre a dicho enigma tratando de dar cuenta del mismo. Ello es precisamente, y desde mi punto de vista, la raíz última del fenómeno religioso. Es decir, el fenómeno religioso tiene como base última una realidad ontológica.

Estoy de acuerdo con la crítica que realizan Freud, Nietzsche o Feuerbach a las religiones. Pero desde mi punto de vista se equivocan cuando reducen el fenómeno religioso a las explicaciones dadas por los mismos. Y considero que se equivocan por no tener en cuenta la dimensión ontológica. Es decir, critican las religiones pero dejan en pie la religiosodad.

Para acabar me gustaría distinguir entre la religiosidad y las religiones. La religiosidad sería, y según he explicado someramente con anterioridad, una cuestión meramente ontológica mientras que las religiones es la plasmación que se han dado a lo largo de la historia, según sus creencias y sus culturas, para dar cuenta de la religiosidad. Es por ello que considero que la religiosidad es un universal mientras que las religiones, obviamente, no lo son.

Por cierto, que la religiosidad no tiene que devenir en religión (según la terminología corriente). El que alguien acepte lo enigmático de la realidad y la aperturalidad del ser humano no significa que llegue, ni que tenga que llegar, a ninguna religión ni a la defensa de ningún dios. El teísmo y el ateísmo son dos respuestas diferentes a ese fondo enigmático y son igualmente razonables.

Un saludo y discúlpame si me he salido del tema
Última Edición: 25 Ene 2020 19:41 por elías.
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Pin parental e hipocresía 25 Ene 2020 19:59 #52917

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Visto el tema que abría la conversación, que acabe siendo una deriva sobre distintos tipos de filosofía existencial sí que me parece divertido. Supongo que uno de los peligros de la filosofía es esa deriva hacia lo oculto, el misticismo, que no es otra cosa que intentar hacer ciencia del mundo nouménico -y por lo que he leído aquí hacia el infinito y más allá- realmente imposible de conocer. Os recomiendo a los que podáis divertiros con las paradojas que lo hagáis pero no os las toméis demasiado en serio: cuando no hay nadie cerca para escucharlo ¿hace ruido el árbol que cae en el bosque?. A mi me entretienen pero no creo que ni por asomo esa sea la labor principal ni la más importante de la filosofía. Creo que una cosa es ser consciente de que ignoramos mucho pero conviene no dejarse llevar y no abandonarse a la primera tesis existencial que nos haga sentir mejor, la tarea filosófica es ardua y dura pero gratificante a la larga.
Comento por si alguien se ha sentido tan desalentado como yo, simplemente que sepas que no todos queremos ir junto a Buzz Lighyear.
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Pin parental e hipocresía 25 Ene 2020 23:11 #52919

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Hola Elías, estoy de acuerdo con todo lo que dices. Realmente, la forma en que he expresado que "el ser humano necesita creer en algo más grande que él mismo para vivir con sentido", da pie a una interpretación psicológica. Sin embargo, responde a una realidad ontológica. No hace falta creer, sino ver. Para mí, eso más grande es un enigma que nos sobrepasa, y que al percibir aunque sea por instantes, durante la meditación, durante un instante de claridad, durante la contemplación de algo demasiado hermoso, sea una obra de arte, sea una idea... entonces, ese misterio se revela. Entonces eso más grande es percibido como una realidad que existe, aunque no sepamos cómo describirla. Las religiones lo intentan, creando un sinfín de fantasías alrededor de un misterio y obligando a sus acólitos a creérselas y a venerarlo de mil formas.
Por lo tanto, no hace falta creer en algo más grande, tienes razón, hace falta darse cuenta de ello, tal como se han dado cuenta todos y cada uno de los grandes filósofos que por ahora he estudidado (lo llamen Dios, Uno, Bien, Nounúmeno, Ser, Espíritu, etc, etc.) Entonces, esto hace que nuestra mente sea un poco más abierta, y nuestra vida tenga un poco más de sentido, porque somos capaces de ver que somos parte de algo más grande que no es una ficción como la nación, la patria, la clase social o el equipo de fútbol (pobres sustitutos). Sino que formamos parte de algo que es real.
Y soy completamente consciente de que todo esto suena extraño hoy en día. Vamos a contracorriente.
Respecto a Nietzsche, Freud, Feuerbach, etc., creo muy acertado tu comentario. Sin embargo, creo que Nietzsche era un hombre que sí vivía en él esa religiosidad profana, y que precisamente por eso buscó destruir la religión hipócrita. Creo que precisamente por ser tan espiritual, buscó expulsar a los mercaderes del templo, destruyendo su dios-ídolo, y sustituyéndolo por el superhombre, que no deja de ser un concepto sobrenatural.

MateoGF dijo:
Visto el tema que abría la conversación, que acabe siendo una deriva sobre distintos tipos de filosofía existencial sí que me parece divertido. Supongo que uno de los peligros de la filosofía es esa deriva hacia lo oculto, el misticismo, que no es otra cosa que intentar hacer ciencia del mundo nouménico -y por lo que he leído aquí hacia el infinito y más allá- realmente imposible de conocer. Os recomiendo a los que podáis divertiros con las paradojas que lo hagáis pero no os las toméis demasiado en serio: cuando no hay nadie cerca para escucharlo ¿hace ruido el árbol que cae en el bosque?. A mi me entretienen pero no creo que ni por asomo esa sea la labor principal ni la más importante de la filosofía. Creo que una cosa es ser consciente de que ignoramos mucho pero conviene no dejarse llevar y no abandonarse a la primera tesis existencial que nos haga sentir mejor, la tarea filosófica es ardua y dura pero gratificante a la larga.
Comento por si alguien se ha sentido tan desalentado como yo, simplemente que sepas que no todos queremos ir junto a Buzz Lighyear.

Decir que uno de los peligros de la filosofía es que deriva hacia lo oculto... Si algo intenta la filosofía es precisamente desvelar lo oculto. Y aunque Kant ya calificó este intento de ilusión trascendental, recuerda que no por ello dejó de percibir la nobleza de esta búsqueda, intrínseca al ser humano. Y que, aunque esta búsqueda no llegue nunca a su fin, es por el camino, realizándola, como la vida humana tiene cierto sentido. Pues si desde el principio renunciamos a la verdad, ¿de qué clase de filosofía estamos hablando? Te lo diré: de la que se hace hoy en día, que consiste en una sucesión infinita de enunciados tautológicos, que son arduos, como dices, y a la larga lo siguen siendo, porque no aportan nada, porque en nombre de la lógica y la razón, se olvidan de la poesía y de la mística.
Y la filosofía sin eso, para mí son solo palabras. Un saludo.
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