Luis12 escribió:
Y, a lo mejor estoy equivocado, pero me da la impresión de que si a mi no me pagan mas por mi trabajo, no es porque España sea cada vez más pobre. ¿Quien es el bueno y quien el malo?
Las condiciones de tu empleo no tienen por qué depender de la evolución de la economía nacional (a propósito, cada día más endeudada; su aspecto se está "argentinizando"). En general, el ciudadano español tiende a incurrir en ese sesgo cognitivo, quizá porque nuestro modo de entender la vida pública, un tanto gregariamente, nos inclina a dar por sentado que los efectos en uno mismo están correlacionados con los efectos que afecten al conjunto. La modo económico no colectivista que practicamos funciona de otro modo.
Nosotros conocemos dos formás básicas de organizarnos socio-económicamente: el modo colectivista y el modo liberal, totalmente inconciliables. El problema surge cuando empleamos categorías privativas de uno de ellos para intentar argumentar en el marco conceptual del otro. Esto ocurre en nuestros días con el engendro que han llamado "socialdemocracia" y su correlato, el "estado del bienestar", que es básicamente una forma de hacer liberal coartada por el poder político de turno. Y en ese toma y daca se abona el campo para una discusión bizantina, porque el uno constituye un estorbo para el otro.
A mí me trae sin cuidado este o aquel modo, pues ello dependerá de lo que nos propongamos como sociedad. Si se busca pasar del telar artesanal a los nanochips en 200 años, elija el modo liberal de hacer, a costa de crear crecientes brechas en la igualdad de todos (lo cual no tiene por qué ir en detrimento del mayor bienestar general). Si se prefiere un ritmo menos frenético, y más acomodaticio y considerado con el prójimo, abrace el colectivismo.
Me gustaría aclarar un último punto. Ningún banco fue "rescatado" a raiz de la crisis de 2007, al menos oficialmente, salvo el Banco de Valencia. Sí lo fueron las cajas de ahorro, politizados hasta el tuétano, algunas de los cuales mantenían en sus consejos de administración a individuos legos en finanzas y en economía bancaria. Algo parecido a lo que ocurre con ciertos ministros y sus respectivas carteras.