Xna escribió:
Pero, esas grandes constructoras sanean sus cuentas, la SAREB engulle su deuda y sus promociones, aun por acabar o terminadas, incluso algunas ocupadas por los planes de alquileres a rentas jovenes.
Entiendo, pero conviene precisar lo que comentas. En el caso de la crisis del mercado hipotecario, la SAREB (los ciudadanos) compra una deuda cuyo deudor, resumidamente, puede ser:
a) Una promotora (la deudora inicial del préstamo promotor) cuando la construcción no ha finalizado porque no ha encontrado suficientes compradores de las viviendas proyectadas, o porque la constructora/contratista (que no está necesariamente relacionada societariamente con la promotora) quiebra, o porque su propia situación financiera es frágil. En este caso, el préstamo promotor resulta impagado por parte de la promotora.
b) Los compradores de las viviendas, cuando la obra ha finalizado y la promotora se subroga en el préstamo promotor. Ahora el préstamo promotor se convierte en múltiples préstamos hipotecarios convencionales, cuyos deudores son los compradores.
Xna escribió:
Estos activos que dices "carecen de atractivo" entran de vuelta en el mercado, tras su adjudicación a fondos y a inmobiliarias del los propios bancos, sí, son enormes sumas de dinero con las que pagan promociones enteras pero muy por debajo de su valor y las ponen en el mercado, incluso elevan esas rentas a los inquilinos que o bien las asumen o deben dejar las viviendas para su posterior venta, la rueda sigue funcionando. Es decir, se depura la deuda, se devuelven los inmuebles a los mismos actores, sin coste impositivo, solo para el Estado.
Llega la crisis y los préstamos hipotecarios resultan impagados. Toca ejecutar la garantía, es decir, apropiarse de las viviendas, que ahora poseen un valor de mercado muy inferior al que tenían cuando se contempló el valor de la promoción y, por consiguiente, el volumen del préstamo. El valor del préstamo es próximo a cero, por tanto el banco incurre en una pérdida igual a (Valor inicial del préstamo – Valor actual del préstamo + Valor actual de la vivienda). El banco, además de obtener una pérdida, se encuentra con el hecho de que no puede liquidar su garantía, la vivienda, porque nadie está dispuesto a adquirirla al valor actual que, según estimación del banco, debe considerarse. Estrictamente hablando esa vivienda vale casi cero. La vivienda no ha dejado de estar en el mercado en ningún momento; el problema es que nadie la quiere.
A continuación se presentan los dos enterradores: el Estado y los fondos de inversión. El Estado, que somos nosotros, los consentidores del robo, los ilusos que legitiman todo esto mediante el voto, los pagafantas, financiamos parcialmente la pérdida de las operaciones que cuentan con la garantía más pobre. Habréis percibido que la mayoría de los inmuebles que saca a subasta la SAREB son poco más que cuchitriles ubicados en lugares remotos. Y los fondos de inversión financian también parcialmente la pérdida de los préstamos que gozan de las garantías menos deterioradas, pero que siguen sin poder liquidarse en mercado. De modo que estos fondos aceptan efectuar una inversión muy arriesgada y a largo plazo. De lo contrario, ¿qué interés tendrían los bancos para vender ese paquete de deuda y garantía con el que supuestamente los fondos van a forrarse? Por eso digo que estos fondos de inversión, oficialmente, entregan un duro a cambio de cuatro pesetas. Pero debe de haber algo más, otro tipo de acuerdos paralelos que quedan en secreto y en los que, sin lugar a dudas, el Estado interviene.
Xna escribió:
Creo que es clara la función de los bancos en el sistema y no discuto que hubiera que "rescatarlos" tras el desaguisado, ahora no devolver las cantidades utilizadas?
Realmente, en cierto modo los bancos sí devuelven las cantidades recibidas. Lo hacen mediante préstamos al Estado y mediante compras de deuda pública, que nunca se devuelven en términos netos, sino que se refinancian. Es decir, los bancos financian a perpetuidad nuestro “Estado del Bienestar”. Es una rueda. Si elimináramos la financiación bancaria al sector público, sencillamente desembocaríamos en un colapso total de la producción de bienes y servicios públicos, y nuestra calidad de vida se vería profundamente afectada.
¿Cómo es posible esa financiación perpetua e incluso creciente? En los países europeos, gracias al prestamista de última instancia, el Banco Central Europeo (otro instrumento del Estado; se cierra el círculo), que a su vez provee a los bancos comerciales de los fondos suficientes para ello.
Xna escribió:
Supongo que saldremos adelante y que aprenderemos que hay servicios que por poco que renten, siempre tienen que estar ahí. Se necesitan bancos pero también personas consumiendo y para ello, sanas y trabajando.
¿Quién sabe? La economía española está incursa en una tendencia de deterioro sistemático que los dirigentes políticos no acaban de asimilar. Para que haya gente consumiendo tiene que haber gente ofertando. Cuanta mayor calidad se oferte, más cantidad y calidad podremos consumir. Todo parte de la oferta, de la producción.