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TEMA: La senda extraviada del arte

Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 14:30 #506

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Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 16:37 #507

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Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 20:41 #510

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(Respuesta a mensaje 471 de Thunderbird. Voy poco a poco, porque no doy para más.)

Empiezo a ver que lo de empezar con la figura de ciertas obras de arte como si procedieran de un simio o de un niño no fue una buena idea; como ya dije, mi mensaje era respuesta a otro en el que utilizaba ese símil, y he mantenido eso en mis mensajes. No pensaba que daría lugar a tanto equívoco; si me hubiera dado cuenta lo hubiera suprimido. Olvidémonos de esa metáfora.

De todas formas, ya como argumentación a sensu contrario de tu ejemplo de los jeroglíficos, y para mostrar que ante un objeto no siempre el hombre sabe identificar si se halla detrás otra mente humana (o divina), puedo aportar el caso de los "cuernos de Amón", fósiles encontrados en la antigüedad, que se pensaban ser obra humana o divina, cuando en realidad son fósiles de formación natural (ver el Libro gordo de Solís y Sellés, pág. 585):

Mi defensa de los “juegos privados de lenguaje”, y no quiero extenderme en eso mucho ahora, es una defensa del principio racional frente al principio fáctico. Desde ese punto de vista, el punto de vista de Wittgenstein, que niega la posibilidad de tales “juegos privados de lenguaje” me parece una rendición a la facticidad que lastra definitivamente cualquier posibilidad de progreso racional dialógico. Pero en absoluto mi postura supone, sino todo lo contrario, una defensa de la arbitrariedad monológica. Desde este punto de vista, defiendo la posibilidad de un arte dinámico, pero rechazo el capricho del artista solipsista. De ahí la fuerza de la obra de un Miguel Ángel o un Rafael, que aun dentro de un esquema ideológico básico común asimilado, pueden aportar aún algo que es propio en tanto en cuanto ellos lo pueden evidenciar por vez primera (o dar nuevos matices y perspectivas a lo antiguo) pero que tiene su poderoso efecto porque incita algo que no es particular y peculiar suyo, sino algo que todos llevábamos también en nosotros mismos sin habernos percatado hasta que ellos nos lo hacen ver.

Tengo algunas discrepancias serias respecto de tu interpretación de “La escuela de Atenas”. La separación que ves entre idealistas platónicos a la izquierda (del espectador) y científicos aristotélicos a la derecha tiene al menos las siguientes refutaciones:

1. A la izquierda vemos a Epicuro, que es lo más antiplatónico que pueda pensarse:

2. También a la izquierda aparece Averroes, con su inconfundible trubante musulmán, máxima representación del aristotelismo y que debería estar a la derecha:

3. Sin embargo, a la derecha tenemos a Plotino, el máximo idealista seguidor de Platón:
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


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Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 22:39 #511

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Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 23:05 #512

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Lo de los simios desvía la cuestión hacia una posible contraposición entre una obra sin sentido (significado) alguno y una obra que sí lo tiene. Realmente el debate interesante creo que es el que tú muy bien apuntaste entre "lenguaje público" y "lenguaje privado" en la obra de arte. Sólo se trata de resaltar eso, que aquel falso debate no nos esconda éste. Si no equívocos, llamémoslas "distracciones".

Debo reconocer que siempre caben algunas dudas en la identificación de los personajes, puesto que no tienen rótulo alguno debajo. Pero de los tres ejemplos que puse, el único cuyos motivos de atribución desconozco es Plotino; pero aparece así identificado en todos los sitios de internet en que he buscado. Sobre la identificación de Epicuro y Averroes no hay duda alguna, me parece. El primero, por su aspecto de buen comedor y vividor, coronado de pámpanos con un aspecto que recuerda bastante al Baco de Caravaggio o al personaje disfrazado de Baco en "Los borrachos" de Velázquez, como corresponde a quien propugnaba como meta del hombre la búsqueda del placer, según se pensaba entonces; precisamente este aspecto, un tanto alejado del verdadero pensamiento de Epicuro tal y como hoy lo conocemos, pero común en aquella época, desdice que se considerase en la época de la pintura a este filósofo como un defensor de una ética de la amistad (como hoy se reconoce, sin embargo).


En cuanto a Averroes, el turbante islámico es signo inequívoco de identificación; su sobrenombre en la época en que se pintó el cuadro era el de "Commentator", el Comentarista por antonomasia de los textos aristotélicos.

No obstante, no estará de más añadir que esa efigie de Epicuro aparece en el tomo II del Reale-Antiseri con un pie de foto diciendo que aquí representa Rafael nada menos que ¡una ceremonia órfica! Ya en su día, en el curso virtual de Historia Fª II, señalé que eso me parecía un auténtico disparate. Si encuentro ese mensaje, tal vez lo cuelgue en otro hilo, con algún comentario adicional sobre algún otro desliz bastante clamoroso de Reale y Antiseri.
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Re: La senda extraviada del arte 07 Dic 2010 23:22 #513

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Re: La senda extraviada del arte 08 Dic 2010 00:07 #516

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Yo he visto tanto la Capilla Sixtina como las habitaciones decoradas por Rafael. Hay un detalle en "La escuela de Atenas" que me llamó mucho la atención. En Bachillerato, en clase de Historia del Arte nos explicaban como Platón señalaba para arriba y Aristóteles señalaba hacia abajo. Mi sorpresa fue, y hasta ese momento no fuí consciente, de que Aristóteles realmente no señala hacia abajo, sino que tiene la mano abierta, como un gesto pidiendo serenidad, calma, lo que realmente significa esa mano es el punto medio, de hecho el libro que lleva en la mano es la Ética.



Mientras buscaba una foto para añadir he encontrado esto en un blog: "La posición de las manos por parte de ambos filósofos no fue una cuestión dejada al azar por el pintor italiano; es cierto que imprime, si se quiere, un efecto dinámico a los eruditos que enfatiza la sensación de un caminar lento, peripatético, un paso reposado a través de la nave en la que se intuye un diálogo impagable. Pero más allá del efecto escénico, la posición de las manos hace referencia a una cuestión mucho más profunda y simbólica: Platón dirige su dedo hacia arriba porque apunta a su fuente suprema de inspiración, el mundo de las ideas, la metafísica platónica que se desarrolla en un estadio superior al de las meras formas de la apariencia. Por su parte, Aristóteles señala con la palma abierta hacia el suelo, que simboliza la realidad física, pues toda su filosofía se fundamenta en experiencia como origen necesario del conocimiento humano."
David Romero
Alumno de Grado en Filosofía - UNED
Máster en Ética y Política pública - RCU María Cristina
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Re: La senda extraviada del arte 08 Dic 2010 00:35 #517

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Re: La senda extraviada del arte 08 Dic 2010 01:16 #519

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Antes que nada, dos cuestiones:

-Thunderbird: Aunque parece ser la versión oficial (al menos, es la que da la página del Vaticano sobre la Capilla Sixtina) eso de las Sibilas que profetizaron la venida de Cristo me parece un poco forzado. Hay doce espacios en la bóveda dedicados a estos menesteres. ¿Fueron precisamente seis y sólo seis Sibilas y, casualmente, seis y sólo seis profetas los que hablaron de la encarnación de Cristo? ¿De qué fuentes disponemos para saber lo que anunciaron las profetisas helenas? Por otro lado, la iconografía de la Capilla Sixtina en ningún caso hace referencia a la redención. Toda la bóveda sólo representa imágenes del Antiguo Testamento. Y la gran pared con el Juicio Final.

-Kierkegaard: La imagen de la creación de Adán que yo había puesto era bastante imprecisa. En la que ahora pones tú se ve bastante mejor y, en efecto, te tengo que dar la razón en el que el personaje al que abraza Dios es una mujer. Aunque de pechos poco prominentes, se ve claro por el tamaño de la aréola del pecho derecho que se trata de una mujer. Pero no hay nada que permita identificarla con Eva. No se parece mucho a las Evas que hay en el resto de la bóveda. Y teniendo en cuenta, como se ilustra en otro panel de la bóveda, que Eva fue creada de Adán, no se entiende bien cómo es que ya está vivita y coleando cuando Dios da vida a Adán.

(Respuesta al mensaje 483 de Thunderbird.)

El título del hilo lo he tomado de Calvo Serraller, del título de uno de sus libros, “la senda extraviada del arte”, en la que nos encontramos actualmente.

¿Cómo se ha llegado a extraviar la senda, a que al mirar un cuadro (o escuchar una pieza musical o leer una poesía) ya no sepa uno a qué atenerse, si le están tomando el pelo o se trata de una obra maestra? Pues precisamente mediante la creencia de que el arte es cosa interna del propio artista y de nadie más, anulando así toda posibilidad de crítica exterior.

Sin embargo, la esencia del arte es la comunicación (que viene de comun-icar, hacer común) y, para que exista esa comunicación entre el autor y el receptor, aquél debe “bajar” al terreno común, a un lugar de encuentro, y no encerrarse en un solipsismo estéril. Ese territorio común es lo que podemos llamar “ideología” o "juego común de lenguaje".

Ahora bien, en esto como en todo asunto humano, hay gradaciones y matices. Hay épocas en que la identificación del artista con la ideología oficial es tal que el artista como individuo desaparece y sólo resulta ser mano de obra ejecutora de programas artísticos oficiales elaborados por el poder político: el arte egipcio repitiendo durante milenios los mismos diseños, el escultor medieval reproduciendo una y otra vez los mismos símbolos estereotipados. El artista renacentista reivindica un ámbito propio y personal, al amparo de la ideología neoplatónica, en la que (siguiendo a Platón en el “Fedro”, 245a) la “manía”, la locura, “il furore” de los renacentistas, permite un contacto superior con la verdad del mundo de las ideas, accesible al artista que actúa como “médium” para el común de los mortales a quienes les está negada esa “locura” o “demencia” con que el artista ha sido bendecido por los dioses.

Pero hay que darse cuenta de que el artista renacentista, aun reivindicando para sí un papel crucial, lo hace en cuanto mero instrumento de una “verdad” superior, no es él mismo quien expresa su propia verdad, sino una verdad común que, debido a su carácter “especial”, él es capaz de percibir y transmitir a los demás por haber sido dotado de un don, el “genio artístico”.

Esa imagen del artista frente a sí mismo y frente a la sociedad permanece, queda fijada en el imaginario ideológico común, y subsiste incluso cuando el sustrato conceptual en que nació se fue diluyendo a lo largo de los años. A partir del romanticismo, cuando se empieza a consolidar el “politeísmo moral” a que se refería Max Weber, ¿de qué “verdad” es intermediario el artista? Sólo de la suya propia. El artista sigue instalado en el status de “genio” pero liberado de la obligación de representar algo distinto de sí mismo. Ya no hay necesidad de “comunicar” algo a los demás, salvo la propia subjetividad del artista que se ve, así, desligado de cualquier obligación de “rendir cuentas” a nadie de su obra, que se justifica sólo por sí misma.

En tal estado de cosas, en que la obra se juzga por sí misma en ausencia de referencia externa de contraste, el campo está abierto a cualquier sinvergüenza estafador: ¿cómo distinguir la obra de arte del camelo? Ésa es la justificada queja que podemos detectar en mucha gente.

Y, por eso, traté en mis mensajes anteriores de exponer la necesidad de, para entender el arte contemporáneo, disponer de un programa explícito que aclare qué es lo que se pretende exponer con la obra de arte. Sin él, nos hallamos carentes de referencias, no podemos juzgar, porque no sabemos de qué va el artista, y por tanto tampoco si nos hallamos frente a un estafador que nos pretende dar gato por liebre.
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Re: La senda extraviada del arte 08 Dic 2010 01:34 #520

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