angel002 escribió:
numb25 escribió:
Yo creía que esto era un foro de filosofía, no un grupo de facebook. Quiero seguir pensando que es un foro de filosofía.
Salud, COMPAÑERO!
¿Un foro de filosofía? a mi me parece, al menos en su mayor parte, más bien un foro de estudiantes del grado de filosofía de la UNED para cuestiones prácticas sobre apuntes, asignaturas, exámenes, etc. Que yo sepa no existe nada parecido a un foro de filosofía, en lengua castellana.
Saludos.
Pues cambiadle el nombre de tal forma que ningún incauto crea que está accediendo a un espacio de razonamiento, sino de simple intercambio. En lo que viene, seguiré la sugerencia del compañero y me limitaré a subir algún que otro trabajillo más; he aportado pocos, la verdad. También consultaré sobre bibliografía. El enfoque del profesor Claramonte es un atrevimiento alegre y concienzudo por actualizar el materialismo histórico con el soporte "científico" de la lógica alética. Pero elude, a mi entender, una cuestión central, a saber, si el reino de la posibilidad puede comunicarse con el de la necesidad, a la manera como lo hacen los lógicos modernos y teóricos de la ciencia. Para ellos, que algo sea posible equivale a afirmar que su negación no es necesaria. Partir de esto y edificar sobre ello toda una lógica puede servir para modelar ciertas situaciones, pero, como siempre que se modela, algo se pierde y la estética no admite pérdidas, es un saber total, exige avanzar con todo a cada paso que se da. Tratar de fabricar una estética a partir de esto y de la noción de infraestructura marxista y sus juegos mutuos con la superestructura es hacer diana tirando primero y dibujando la diana luego. Detenerse en todo esto quizá llevaría a una parálisis y posterior rechazo, pues es lo que ocurre cuando los "científicos" sociales se acercan a algo que les huele a metafísica.
Se afirma que la posibilidad de algo, mediante su pretendida conexión con la necesidad, lleva a su realización, a hacerlo real. Que algo haya ocurrido y sea ya parte, por tanto, de la realidad, solo nos dice, respecto a su posibilidad, que ese algo ya no es posible. No nos aporta conocimiento alguno sobre el "paso" de lo posible a lo necesario con el que algunos especulan. Si en lo posible pudiese germinar lo necesario, entonces lo posible ya sería necesario, significaría que hemos confundido algo posible con algo necesario y esta pretendida transformación, así como su recíproca, serían absurdas. Por no hablar, ya más relajadamente, de las muchas cosas posibles que nunca serán reales y que, de hecho, suelen ser las más interesantes, vaya por dios. Con tan bajo índice de acierto, que no revela otra cosa que una absurda pretensión de conectar mundos inconectables, ligar lo posible con lo necesario e identificar esto con lo real resulta una actitud muy poco curiosa y honesta respecto del asunto. Lo que ha sucedido y lo que puede suceder están escritos en lenguas mutuamente intraducibles y no existen implicaciones entre ambos mundos. Podemos aparentar lo contrario, pero construyendo un modelo -estéril y coherente- a posteriori que nos justifique.
Se suele escuchar eso de: "Te quiero, pase lo que pase", y resulta ser cierto muchas veces, hay testigos. Pues bien, mal lo tendría Marx para explicarlo, con su infraestructura. El marxismo sirve para analizar los mecanismos reificadores y nos alerta de lo alejados que podemos terminar de nosotros mismos si nos dejamos llevar ciegamente por una autoridad que, emergiendo de nosotros, percibimos como ajena e inevitable. Pero no sirve para llegar a las causas que pusieron en marcha esta rueda, ni para recuperarnos del disgusto, pues Marx jamás llegó a proponer alternativa alguna más allá de la adquisición de conciencia respecto de la relación de explotación desnaturalizadora que permite la reificación y que ésta promueve.
El marxismo es -débil o fuertemente- determinista ¿Cómo, entonces, partiendo de algo así como herramienta de análisis, rehacernos deshaciendo el "desacoplamiento" analizado y recompensar por fin nuestras potencialidades hambrientas? O aceptamos estar programados o no lo aceptamos. No vale aceptarlo para describirnos y rechazarlo para escribirnos.
En fin, aunque no lo parezca ya, mi crítica iba dirigida no a esta asignatura ni al refrescante enfoque modal, sino al número asignado a un trabajo. Para ese viaje puede que no hiciesen falta estas alforjas. O sí. En fin, espero que la próxima vez nos entendamos (y leamos) todos un poquito más y mejor.
Salud!