Hola Herrgoldmundo
Creo que en el patetismo, en su sentido originario, de tus palabras se condensa la situación intelectual y vivencial en la que se encuentra sumida la sociedad occidental en la actualidad. No es ya, y como bien dices, que la muerte de Dios conlleve la muerte de la filosofía sino que con la muerte de Dios muere el propio hombre. Yo soy de los que piensa, y como afirma la célebre frase, que con la muerte de Dios todo está permitido. Por cierto, tras leerte me llama profundamente la atención que hayas dicho con anterioridad que sea yo, precisamente yo, el que busca o el que necesita de seguridades. Francamente, no he visto una persona tan necesitada de seguridades como tú.
Efectivamente, con la muerte de Dios muere la filosofía. Pero insisto, todo depende de cómo se interprete esa frase. Estoy de acuerdo si lo que se quiere decir es que no se puede partir, y acríticamente, de la existencia de Dios, y desde ahí, forjar ningún tipo de filosofía. Cuestión bien diferente es partir de una determinada filosofía, y desde ahí, intentar llegar a Dios. En este último caso no poseeremos certezas sino tan solo esperanzas. Es que hoy en día, y para el que desee creer, ya no es posible hacerlo desde certezas injustificables sino desde esperanzas razonable.
Por una parte dices que esa religación con el Ser se produce durante el orgasmo entre amantes, cuando un artista recibe gozoso la inspiración o con la ingesta lúdica de sustancias embriagadoras cuando con anterioridad nos habías dicho que cada cual elabora su propio y necesario autoengaño. Pues bien, entonces, esas soluciones que tú propones son igualmente ilusorias ¿ Por qué unas iban a ser mejores que otras? Verás, tu claro del bosque es tan ilusorio como cualquier otro lugar para recibir el sentido del Ser fuera, y más allá, de nosotros mismos.
Verás, yo entendería que dijeses que hay formas mejores que otras para acceder o religarse al Ser. Eso sí, si a continuación, o con anterioridad, nos dices que toda religación con el Ser es ilusoria pues entonces ya no sé que pretendes decirnos más allá de dejar patente la desorientación en la cual nos encontramos sumidos en la actualidad. Y esa desorientación consiste en, y por una parte, aceptar la muerte de Dios mientras que por otra parte estar necesitados y deseosos de “otro” Dios que nos salve. Ser verdaderamente ateo no es fácil, nada fácil.
Un Saludo.