Pues no, no lo has terminado de entender cuando me llevas atribuyendo cosas que yo ni he dicho ni he dado a entender. No es una cuestión de arrogancia ni de prepotencia sino un intento de dejar clara cuál es mi postura. Como comprenderás, y si ya me conocieras, el que se esté o no de acuerdo conmigo poco me importa. Pero lo que si que intento es que aquellos que están en desacuerdo al menos sean fieles a lo que digo aunque discrepen.
Así, por ejemplo, dices: “Tú crees que intentan plasmar la realidad tal y como ellos la entienden y yo creo que intentan escapar de ella como sea. Naturalmente que parten de una determinada concepción de la realidad y del hombre, no son autistas. Pero su concepción de la realidad es tal que en vez de integrarse o intentar adaptarse a ella la rechazan por todos los medios, y además con pleno conocimiento de causa”
¿Pero cuándo demonios he dicho yo que tratan de integrarse o intentan adaptarse a ella? Por favor, dime dónde y cuándo he dado yo a entender eso. Pero claro, si te aclaro que yo no he dicho eso entonces es un signo de mi arrogancia y prepotencia. A lo mejor es un signo de falta de entendederas por tu parte.
Porque lo que yo llevo dicho no sé ya ni cuantas veces es que ellos lo que tratan es de plasmar la realidad tal cual la entienden. Y si la realidad les resulta “fea” o “desagradable” pues eso será lo que traten de plasmar en sus obras de una u otra forma.
Pero por qué me dices, Alma: “pero a Baudelaire lo tengo algo más fresco y el arte (y el hachís) como vía de escape es algo que expresa él mismo. Recuerdo un prólogo a Las flores del mal en que el editor decía algo así como "Al fondo, como un decorado fantasmagóricoflotan,prometedores, los paraísos artificiales que Baudelaire invoca con más entusiasmo que convicción".
Ahora yo podría ponerme en plan víctima y decirte que tu arrogancia te lleva a considerar que no sé ni quién era Baudelaire (¿quizá un jugador de fútbol de PSG?). ¡Ah! que Baudelaire pretende la evasión de la realidad cotidiana. Pues mucha gracias, Alma, por aclarármelo. ¿Qué pasa, que yo en algún momento he dado a entender lo contrario? Ves como necesito aclarar mi postura. Es que si te dejo sola pues muy mal me irá.
¡Ah!, que el decadentismo es un movimiento al que no le gusta la realidad cotidiana y que por tanto trata de huir de la misma y que además está en contra de las costumbres de la sociedad de su época. Pues bien, si esa es su concepción así será lo que traten de plasmar en sus obras.
El que me atribuyas a placer, poco más o menos, que yo creo que Baudelaire cuando estaba “fumado” y veía un centauro de colores consideraba que ese centauro era real pues como comprenderás, y pese a lo que hayas dicho, es no entender absolutamente nada de lo que llevo dicho. Y por eso te lo aclararé cuantas veces haga falta. Pues claro que Baudelaire invoca con más entusiasmo que convicción a los paraísos artificiales pero ello es precisamente porque posee la firme convicción de que la vida cotidiana es desagradable. Y es plasmando esos paraísos artificiales como plasma su concepción de la vida ordinaria. Vamos, que no soy tan estúpido para no saber que la realidad pueda ser plasmada por contraposición.
Un saludo