Silvanus escribió:
BrilloBox escribió:
Cum Lupus escribió:
Hola Zolaris,
El arsenal terapéutico no es excluyente de terapias conductuales, más bien son complementarios.
El problema viene cuando nos encontramos con los “talibanes”, (que suelen ser flowerpoweristas), y demonizan a quienes, por diversos motivos, necesitamos el “pastillerismo” para no acabar colgados de una soga, en la habitación de un sucio motel.
Como apuntaba Silvanus, ese tipo de posturas “anti todo” lo que no sea “saludar al sol” o tomarse una infusión de prepucio de mono de Macao, no deja de ser una forma más de desprecio o ignorancia al complicado mundo en el que vivimos todos los que, en mayor o menor grado, tenemos problemillas con nuestra masa gris..
Estoy completamente de acuerdo, de hecho, la estigmatización de la farmacopea nos hace más difícil recibir la ayuda que podamos necesitar por parte de la química. En mi caso, es lo que me ha permitido, finalmente, alcanzar la estabilidad para poder hacer el trabajo propiamente psicológico con la terapeuta. Hay gente que piensa que tomar medicación es el camino fácil, como si hubiera camino fácil en esto, jajajaja.
Pero es ignorancia. Y lo peor de ello, como consecuencia de esa estigmatización, es que hay personas que se sienten mal consigo mismas o se tratan a sí mismas como "débiles", "inútiles", etc., por el hecho de "tomar pastillas".
Yo desde que soy adolescente he sufrido trastorno de la despersonalización, que es muy angustiante. Siempre aparece bajo estrés agudo (por el trabajo, el estudio, y demás), y hace dos años me recetaron paroxetina. Me ha ido perfecto. Pero para eso: poniéndome en el camino para poder conocerme y progresar. Es como cuando te duele la cabeza y tienes que estudiar: se toma aspirina para que no duela la cabeza, pero el esfuerzo para estudiar es el mismo.
Despersonalización? Lamento que lo pases, o pasaras mal, por eso. Leí sobre el trastorno de despersonalización y desrealización con motivo de no sé qué y no lo he olvidado. Yo no lo sufro, lo mío es ansiedad generalizada sin más, sólo he tenido algún episodio esporádico. Hace poco, mientras reposaba con un cuadro febril leve (37,5), me pareció verme a mí misma caminando por el pasillo de casa, como si me observara desde las alturas. El episodio más extraño, éste de desrealización, lo recuerdo muy bien, hace ya varios años: estaba comiendo con mis padres y levanté de repente la vista y me encontré ante dos completos desconocidos. Sabía que eran ellos, pero tenía la impresión, tan vívida que jamás podré olvidarla, de que no les había visto en mi vida. En este caso concurrió que hacía poco que me había levantado y había bebido una copa de cava en ayunas. Duró unos pocos minutos, pero fueron de desconcierto total, y jamás me ha vuelto a pasar.