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TEMA: Educación filosófica

Educación filosófica 30 Oct 2014 07:51 #27293

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Tasia escribió:
Podemos adoptar una especie de ficción objetivista para aceptar como verdades incuestionables los derechos humanos y la dignidad.

Siempre y cuando alcemos la voz en todos los casos de violación de los derechos humanos. Y no en unos casos sí y en otros no, como tan de moda está recientemente. Ya sabes, se denuncia la violación de los derechos humanos que cometen (o cometieron) unos pero se pasa de largo o incluso se justifica la de otros porque son "mis amigos". Es como si el fin justificase los medios, como si algunas de las atrocidades cometidas estuviesen justificadas con tal de llegar al "fin de la historia".

Tasia escribió:
Considero que en la "verdad" es más relevante la ética que cualquier tipo de correspondencia y por ello veo superadas las afirmaciones machistas de Aristóteles o de Nietzsche.

Porque claro, Marx era feminista. :dry:

Entiendo lo que intentas decir, pero no creo que se pueda calificar de machista a alguien que vivió hace tantos siglos. Sería machista alguien que dijese hoy algunas de las cosas que dijo Nietzsche a finales del siglo XIX.

Tasia escribió:
En fin, que si analizamos la filosofía de modo cientifista nuestras valoraciones sobre la misma serán muy distintas que si nuestra aproximación es de corte más "humanista".

Habría que definir qué es eso de ser humanista. ¿Qué puede haber más humanista que el estudio mismo de la res extensa humana? Los médicos serían entonces los más humanistas.
David Feltrer Bailén Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
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Última Edición: 30 Oct 2014 12:43 por Conrado.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 11:31 #27295

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Tasia escribió:
¿cabe hablar de que Platón está superado, o de que lo está Aristóteles? yo creo que no. La pretensión de la filosofía, en la actualidad, no es la de alcanzar una verdad absoluta, objetiva y libre de duda, es decir: no es la de "explicar" el mundo, a diferencia de las ciencias naturales.

Ahí creo que te mueves en una contradicción, Tasia. Si la pretensión de la filosofía en la actualidad no es la de alcanzar la verdad absoluta, eso es claramente una superación, por ejemplo, de la filosofía platónica de las Ideas; es decir, una superación de la metafísica platónica.

Respecto a la "filosofía del sujeto", hay un interesante artículo de García Morán (profesor de Filosofía de la Historia en la UNED) titulado precisamente "Retorno al sujeto". No sé si ese tema ha desaparecido en el Grado (si a alguien le interesa le puedo enviar el fichero en PDF).

Comienza el artículo con una cita de Castoriadis: "Le sujet n'est pas de retour, parce qu'il n'était jamais parti. Il a toujours été là -certes non comme substance, mais comme question et comme projet" (traduzco: "El sujeto no ha vuelto, porque nunca se había ido. Siempre ha estado ahí -desde luego no como sustancia, sino como pregunta y como proyecto").

Evidentemente yo me refería al sujeto metafísico en sentido fuerte, no a ese otro sujeto en sentido débil (como pregunta y como proyecto) que se abre paso en ciertos pensadores de nuestros tiempos, como Castoriadis; y, dicho sea de paso, también en Habermas, por ejemplo. Pero, al menos si nos guiamos por las ideas de San Martín, el sujeto de su fenomenología, es un sujeto fuerte, un sujeto-sustancia; al menos así lo veo yo. Y eso no tiene mucho juego en la reflexión filosófica actual, Tasia.

HanTT escribió:
Supongamos que Husserl fue malinterpretado después de su muerte, ¿y qué?

Claro que si interpretamos a Husserl como nos dé la gana y tanto dan buenas como malas interpretaciones, entonces podemos atribuir a Husserl cualquier cosa, tanto un sujeto insustancial como adscribirlo a la filosofía analítica, tomando pie de su rechazo del psicologismo de la lógica.

Aunque tampoco es un debate que me interese mucho, si San Martín es fiel o no al pensamiento de Husserl. No me atraen mucho ni el uno ni el otro.
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Última Edición: 30 Oct 2014 11:32 por Nolano.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 12:56 #27297

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Nolano escribió:
Respecto a la "filosofía del sujeto", hay un interesante artículo de García Morán (profesor de Filosofía de la Historia en la UNED) titulado precisamente "Retorno al sujeto". No sé si ese tema ha desaparecido en el Grado (si a alguien le interesa le puedo enviar el fichero en PDF).

Gracias Nolano. No ha desaparecido, pero casi. Es una lectura optativa del tema 7: ¿Ante el final de la historia? La interpretación de la postmodernidad.

Las lecturas obligatorias de ese tema son:

ANKERSMIT, F.R.: “Historismo y posmodernismo”, una parte del cap. VI de Historia y tropología, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 352-376.

VATTIMO, G: “Postmodernidad y fin de la historia”, en Etica de la interpretación, Paidós, Barcelona, 1991, pp. 15-35.

Y las optativas:

HABERMAS, J.: El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Madrid, 1989.

VATTIMO, G: “La crisis de la subjetividad de Nietzsche a Heidegger”, en Etica de la interpretación, op. cit., pp. 115-142.

GARCÍA-MORÁN, J.: “Retorno al sujeto”, en F. Quesada (ed.): La filosofía política en perspectiva, Anthropos, Barcelona, 1998, pp. 17-38.

Yo hace ya años que leí el libro de Quesada donde se encuentra el trabajo de García-Morán. Lo compré para Filosofía Política.

La asignatura de Filosofía de la Historia es bastante densa. No creo que muchos se aventuren a efectuar lecturas adicionales, pues bastante contenido hay ya con las lecturas obligatorias.

De todos modos yo me he descargado la guía de la Licenciatura para saber qué es lo que habría que estudiar en caso de que la asignatura fuese anual. La asignatura de Filosofía de la Historia conecta directamente con la asignatura del Máster Filosofías e interpretaciones de la modernidad del profesor Rivera de Rosales. Probablemente será la única asignatura que coja del itinerario A (hay que coger una de manera obligatoria).
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Educación filosófica 30 Oct 2014 13:05 #27299

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Es una pena que se haya reducido a la mitad esa asignatura. Es francamente interesante, y yo hice grandes descubrimientos estudiándola en la Licenciatura. Por ejemplo, Koselleck o Todorov.

Quizá fuera interesante abrir un debate en el foro sobre ese "retorno al sujeto" que parece que se puede estar produciendo, según García-Morán. A mí no me convence mucho esa visión como "retorno", pues parece que vuelve el mismo sujeto. Tampoco estoy muy de acuerdo con Castoriadis en que el "sujeto" de la filosofía nunca se haya ido. Y es muy interesante lo que cuenta García-Morán respecto a la recepción en la filosofía francesa de mediados-finales del siglo XX de la "Carta sobre el humanismo" de Heidegger, de donde procede el nuevo prestigio de Heidegger en la Filosofía, tras su particular "travesía del desierto" del postnacionalsocialismo. Y algo me parece que hubo ahí de "matar al padre" (que sería Sartre) por parte de los nuevos filósofos franceses de la época (Deleuze, Derrida, Foucault) para lo que utilizaron como "arma parricida" el texto de Heidegger, producto del despecho contra Sartre, materializada en la crítica heideggeriana de "El existencialismo es un humanismo".
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Última Edición: 30 Oct 2014 13:25 por Nolano.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 13:05 #27300

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Conrado, planteas que el estudio del mundo y de la humanidad como sustancia objetiva (que es lo que pretenden hacer las ciencias naturales y también las ciencias sociales) no es incompatible con el humanismo. Pues bien, yo me refiero a la concepción renacentista del término "humanismo", que se corresponde con el primer renacimiento italiano (el de las "polis" y la "democracia republicana"), el que comprendía al ser humano y al mundo como algo tan rico, abierto, interpretable como el lenguaje natural; y sin la pretensión de predecir y sustancializar el mundo del segundo renacimiento italiano (el científico, el de Galileo), que dio lugar a un progresivo olvido de las artes, la literatura y la retórica, y que comenzó a desarrollar el método científico y la ideología positivista.

Esa sustancialización del mundo propia del positivismo sí ha excluído con el tiempo al proyecto humanista, porque deja fuera todo lo que no se puede precedir y medir; y con ello rechaza al lenguaje natural, a las artes y a todo lo que reivindica lo mutable e indeterminado (como si hubiese un conocimiento superior, el científico, y un conocimiento inferior, el de aquellos terrenos que no permiten su medición). Ese positivismo tolera las humanidades solo en la medida en que la "ciencia" no ha avanzado lo suficiente como para transformarlas en ciencias, y aspira a hacer ciencias naturales hasta del estudio de las emociones o de la experiencia estética. Para ese positivismo las humanidades y las artes son, como mucho, un conocimiento precario y temporal, que podrá superarse con el progreso técnico.

Ese renacimiento es el que cree en el concepto de "superación" y el que construye las bases del pensamiento iluminista, de "progreso".

Nolano, cuando digo que hoy no cabe hablar de "superación", no pretendo decir que la concepción hermenéutica-humanista de la filosofía suponga un progreso con respecto a la visión de la verdad como correspondencia. Sostener tal idea, como afirmas, sería contradictorio con mi planteamiento, pues yo no tengo una visión de la historia como algo lineal, ni del progreso en sentido ilustrado.

Prefiero la circularidad griega o, mejor aún, la hermenéutica histórica, que encuentra en la historia un permanente diálogo entre corrientes presentes y pretéritas. Hoy día estamos en un marco de cuestionamiento filosófico de ese positivismo científico excluyente y dominante de los últimos siglos. Las propias ciencias puras hablan de la importancia de los fines, la ética, lo socioeconómico, lo biográfico, lo lingüístico...en la estructura de la propia ciencia, y confiesan la indeterminación de su saber. Conrado acepta sin tapujos la metafísica que existe en la física actual, al igual que lo hacen los mejores científicos del momento.

Tal vez estemos en un momento histórico en el que la sustancialización del mundo y del ser humano se está cuestionando por parte de los intelectuales, porque es necesario dar cabida a otros pensamientos necesarios que se están asfixiando (como apreciamos en la asfixia de las humanidades y las artes por parte lo cuantificable, como la economía).

Por eso da la sensación de que la visión del sujeto (sustancialista) de Husserl ha pasado de moda. Sus seguidores de la hermenéutica adoptan una concepción más compatible con la visión humanista que con esa pretensión positivista que aún subsiste en Husserl. Pero yo no creo que la visión sustancialista esté "superada" en un sentido absoluto, ni tampoco el "positivismo". Lo que creo que otras visiones necesitan espacio hoy en día, simplemente.

Vemos que la radicalización del relativismo y la erradicación completa del concepto de verdad como correspondencia, o del sujeto como sustancia también resulta complicada. No hay ningún tipo de cruzada anti-científica ni antisustancialista en mi pensamiento. Pero sí veo exclusión en el concepto de "superación" que tanto agrada a los que creen en la verdad en sentido fuerte.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 13:22 #27301

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Una observación, Tasia. Quizá la palabra "superar" no sea muy afortunada, pero quería utilizarla en el sentido de la acepción 4 del diccionario: "4. tr. rebasar (‖ dejar atrás)". No pretendía sostener que hay un progreso lineal en el pensamiento de la humanidad, cosa en la que no creo. Aunque tampoco creo en la circularidad del "eterno retorno"; las cosas nunca vuelven o retornan al punto de partida. Simplemente evolucionan, aparecen nuevas ideas y las antiguas van quedando atrás.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 13:23 #27302

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Sí, en eso estoy completamente de acuerdo. Esa es una noción más hermenéutica de la historia, la de diálogo con el pasado y no "retorno" idéntico al mismo.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 13:53 #27303

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Tasia escribió:
Conrado, planteas que el estudio del mundo y de la humanidad como sustancia objetiva (que es lo que pretenden hacer las ciencias naturales y también las
ciencias sociales) no es incompatible con el humanismo.

Estoy convencido de que no lo es. Y en esto sigo a Sánchez Ron. Yo no pretendo reducir humanismo a positivismo, sino que me interesaba destacar que la palabra humanismo no es patrimonio exclusivo de las artes, la literatura y etc (eso que dimos en denominar "letras"). Y aquí entraríamos en el daño que ha hecho el denominado asignaturismo y su arbitraria separación entre estudios de letras y de ciencias.

No se trata, en mi opinión, de reducir el concepto de humanismo a ningún positivismo ni a ninguna otra parcela del saber. A mí tan humanista me parece el cirujano que opera en un quirófano (res extensa) como el escultor de una obra de arte. Se trata de aspectos diferentes de una misma realidad humana.

Por eso no estoy de acuerdo en que humanidades sea sinónimo única y exclusivamente de filosofía más historia más literatura más arte (que también, pero no sólo eso).

El concepto de humanismo del renacimiento italiano es de hace ya mucho tiempo, ¿no te parece? A día de hoy empieza ya a resultarme una concepción inmovilista. ¿Es que cada vez que hablamos de humanismo tenemos que retrotraernos al humanismo italiano del siglo XVI? ¿No hay humanismo en el siglo XXI?

Ya no estamos en el siglo XVI. Estudiar el humanismo renacentista italiano (o francés o el que sea) está muy bien, pero no para traerlo al presente e intentar vivir en él todavía. Y eso que hay aspectos que nos siguen siendo válidos, como sucede con las filosofías de los autores clásicos. Pero ya va siendo hora de dejar atrás paradigmas tan antiguos, ¿no te parece? De lo contrario la filosofía no deja de ser un repite esto y lo otro de épocas que ya no volverán. Cada filósofo es hijo de su tiempo y dijo lo que dijo con arreglo a las circunstancias de la época.

Y justo para reivindicar todo esto que comento escribió José Manuel Sánchez Ron, catedrático de historia de la ciencia, su Nueva Ilustración (premio Jovellanos). Es el libro que tengo en mente (e medio leer, dicho sea de paso) cuando se habla de humanismo. Por lo menos cuando se habla de humanismo en el siglo XXI.

Por tanto, cuando hablamos de humanismo hay que especifica en qué año o siglo vivimos.

Tasia escribió:
Hoy día estamos en un marco de cuestionamiento filosófico de ese positivismo científico excluyente y dominante de los últimos siglos.

Yo más bien pienso que lo que sucede es que quienes son incapaces de comprender los razonamientos físico-matemáticos prefieren llegar a la conclusión de que todo eso hay que dejarlo de lado. Es decir, "no sirve para nada porque no lo comprendo. Y como no lo comprendo, voy a deslegitimarlo. Prefiero hacer eso antes que reconocer mi mediocridad.". :dry:

Se critica al cientifismo, pero obviando que es ese mismo cientifismo quien, por ejemplo, hace posible que estemos teniendo este debate.

Por otro lado, no parece que el reduccionismo científico esté pasando por horas bajas. Tampoco el naturalismo científico, dicho sea de paso. No son las ciencias físico-experimentales las que están en crisis, sino las denominadas "humanísticas". Para que nos entendamos, Tasia, no ha sido la filosofía la que ha detenido el avance del Ébola en España, sino esa ciencia tan "mala" y de la que todos nos beneficiamos, incluidos sus críticos, por supuesto.

Se suele espetar al progreso científico que es el causante de muchos de los males que aquejan a la humanidad. Pero tal vez algunos olvidan que la ciencia (física) en sí misma no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que se le dé. A veces se ha usado para la destrucción. Pero en muchas más ocasiones para la creación y la mejora de la vida de las personas. Es una cuestión de ética científica, y no de si la ciencia en sí misma es buena o mala. Bueno o malo será la persona en concreto, no el saber científico. A fin de cuentas, con un saber de tipo religioso también se puede destruir, como estamos viendo casi a diario con el Estado Islámico. Pero hay muchos más ejemplos, como los atentados del 11-S, las Cruzadas y etc.

Justamente se espeta a la filosofía que ella también está detrás de algunas de las atrocidades más grandes de la humanidad, como por ejemplo las que se han cometido en nombre de la dictadura del proletariado y de la que tanto se queja el profesor Ignacio Sotelo (la califica como el primer gran error de Marx, aunque dudo mucho que en su mente estuviesen las atrocidades cometidas en nombre del comunismo). Y no por eso decimos que la filosofía es buena o mala por sí misma.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 16:57 #27304

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Yo no he dicho nada ni contra las ciencias, ni tampoco que haya nada inherentemente contrario a la ética en las mismas. Reconozco las muchas cosas positivas que nos han traído las ciencias.

Ciencia no es sinónimo de cientifismo, ni de positivismo. El cientifismo es una ideología excluyente vinculada a una perspectiva ilustrada de progreso, que clasifica los saberes de acuerdo con si cumplen determinados cánones de predictibilidad y mesurabilidad. Dicha ideología sí excluye al proyecto humanista, o al menos lo considera un conocimiento de segunda categoría, bajo la superioridad absoluta de las ciencias y su metodología. El cientifismo (con origen positivista) tiene una concepción del hombre que se limita a estudiarlo "desde fuera", como "objeto" de conocimiento. Dicha concepción crea categorías científicas descriptivas del ser humano.

El problema es que la ideología cientifista cree que dichas categorías tienen existencia real, que existen como res extensa, y no las concibe como meras "interpretaciones" sobre el ser humano. La noción de "verdad" como correspondencia objetiva (y por tanto verdad única, ser humano como res extensa), se opone a una noción de la verdad como experiencia subjetiva, interpretación y diálogo.

Las artes no aspiran a sentar cátedra sobre cómo es el ser humano, sino que aportan una visión vivencial y temporal del mismo.

Por supuesto cabe una ciencia sin cientifismo. Hoy en día muchos científicos van en esa línea, rompiendo con ese halo místico del positivismo que ha convertido a la ciencia en casi religión y marginado a otros saberes. Podemos aceptar que la ciencia es un saber más, que utiliza mediciones, pero que también utiliza interpretación e incluso estética; que la verdad que alcanza es también cuestionable y temporal. La ciencia también se nutre de imaginación, de ideologías, de arte, de filosofía. Y todo ello contribuye a los magníficos resultados prácticos (como las medicinas) tanto como el uso de mediciones o matemáticas.

Lo que yo he sostenido, que creo que no he expresado con suficiente claridad antes, es que la visión del ser humano como res extensa (como algo que solo puede estudiarse como objeto, desde fuera, al modo empirista) sí es contraria al proyecto humanista (que quiere estudiar al ser humano desde la interpretación, la narración vivencial).

Eso no supone ningún tipo de separación entre ciencias y artes, sino una separación lógica entre el positivismo cientifista (ideología excluyente por definición) y aquellas visiones del ser humano que proponen métodos distintos al método que el positivismo establece como único capacitado para acceder a la única verdad-res extensa objetiva.

Las ciencias parecen dominar el panorama del saber dado el potencial que algunas ciencias en particular (y algunos de sus concretos campos de trabajo) han demostrado para generar productos que pueden comercializarse. La ideología cientifista trata de encubrir el papel de la economía en todo ello y también trata de transmitir una imagen incuestionable de los métodos de la ciencia. Aporta una visión sesgada del ser humano y una teoría del conocimiento igualmente reduccionista. Minimiza la importancia de aspectos subjetivos y críticos en la ciencia, y maximiza la importancia de aquellos aspectos más controlables. El cientifismo es una teoría triunfalista, que cree en el progreso y en la superioridad de nuestro orden socioeconómico y en nuestra superioridad frente a otras sociedades.

Incluso las ciencias que carecen de una aplicación práctica clara (la ciencia teórica, más especulativa y filosófica) es marginada por la ideología cientifista. La ideología cientifista disfraza a la economía de ciencia, y al derecho de ciencia; despreciando el papel de las ideologías/ética/política en la economía; o el papel de la retórica en el derecho.
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Educación filosófica 30 Oct 2014 17:47 #27305

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Tasia escribió:
Las ciencias parecen dominar el panorama del saber dado el potencial que algunas ciencias en particular (y algunos de sus concretos campos de trabajo) han demostrado para generar productos que pueden comercializarse. La ideología cientifista trata de encubrir el papel de la economía en todo ello y también trata de transmitir una imagen incuestionable de los métodos de la ciencia. Aporta una visión sesgada del ser humano y una teoría del conocimiento igualmente reduccionista. Minimiza la importancia de aspectos subjetivos y críticos en la ciencia, y maximiza la importancia de aquellos aspectos más controlables. El cientifismo es una teoría triunfalista, que cree en el progreso y en la superioridad de nuestro orden socioeconómico y en nuestra superioridad frente a otras sociedades.

Incluso las ciencias que carecen de una aplicación práctica clara (la ciencia teórica, más especulativa y filosófica) es marginada por la ideología cientifista. La ideología cientifista disfraza a la economía de ciencia, y al derecho de ciencia; despreciando el papel de las ideologías/ética/política en la economía; o el papel de la retórica en el derecho.

Todo eso, Tasia, me recuerda a los molinos y los gigantes de Don Quijote. :dry:

Pero ahora ya veo por dónde vas. Por donde siempre. Y no pasa nada. Cada loco con su tema, incluyéndome yo, por supuesto. Al final siempre vuelves a lo mismo: al capitalismo "aberrante", que en esta ocasión resulta que se oculta tras el cientifismo. Reconoce que cuando hablas de economía te refieres al capitalismo.

Entonces pregunto, ¿no hay cientifismo en China, país comunista (ja) y que fabrica el 99% de los artículos electrónicos que se venden en el mundo?

Naturalmente que se puede establecer un maridaje entre economía y ciencia. Pero yo no lo veo a modo de conspiración capitalista (no has usado esa palabra, pero no hace falta), sino como una cuestión de Ciencia, Tecnología y Sociedad.

Mezclar economía con ciencia sólo puedo entenderlo desde la sociología del conocimiento. Es más, a mí economía más ciencia me suena a Jesús Pedro Zamora Bonilla, que tiene magníficos estudios sobre las relaciones entre ciencia y economía. Pero, que yo sepa, no dice nada de que el cientifismo sea algo así como un capitalismo enmascarado. Su asignatura del máster se titula, precisamente, Temas de sociología y economía de la ciencia (Zamora también es doctor en economía) y es una de las que quiero estudiar el próximo curso. En Filosofía de la Ciencia II estudié algunos de los capítulos de su libro Cuestión de protocolo. En concreto, el capítulo VI lleva por título Sociología de la ciencia y economía de la ciencia: otra extraña pareja, pp. 147-192. Ya la coletilla "otra extraña pareja" deja entrever lo extraño del maridaje entre ciencia y economía. El que tú expones, Tasia, todavía me resulta más extraño. Desde luego que los productos que compramos son en su mayoría producto de la ciencia. Pero de ahí a ver no se qué tipo de conspiración capitalista... bueno, yo no la veo.

Continuando con Zamora Bonilla, en su capítulo de libro habla de las instituciones científicas, el carácter institucional de la ciencia, la ciencia como empresa cooperativa, las normas científicas, la sociología del conocimiento, las relaciones entre ciencia y sociedad (financiación científica) y ese tipo de cosas. No veo por ningún lado que el profesor hable (en ningún capítulo) de que el cientifismo se esconda malévolamente tras el capitalismo. En todo caso, si así fuese, habría que mirar más bien la bibliografía que trate sobre las relaciones entre economía y política.

No sé si es muy objetiva una crítica al cientifismo hecha desde determinada ideología política que tiene algo así como capitalismofobia.

Tasia escribió:
Las artes no aspiran a sentar cátedra sobre cómo es el ser humano, sino que aportan una visión vivencial y temporal del mismo.

¿No?, pues no sé yo si el segundo Heidegger estaría de acuerdo.

Cito de mi examen de Estética II, que se encuentra en Descargas:

«Los motivos del «Kehre» (giro) de Heidegger están desarrollados, sobretodo, en su importante escrito Brief Über den Humanismus, escrita en 1947 y traducida al español y publicada en Perú por Alberto Wagner de Reyna en 1948. Allí se habla por primera vez de una vuelta o inversión del pensamiento de Heidegger en el sentido de un retorno de la analítica existencial expuesta en Sein und Zeit (1927) a una auténtica ontología; es decir, “del retorno del ser del ente, que constituye el objeto de la metafísica, al ser mismo que se desvela y se oculta en el mismo conocimiento del ser del ente” (Urdánoz, 1978, 558). Tal sería la vuelta o cambio anunciado como el proyecto o plan de la segunda parte no elaborada en Sein und Zeit: “la transición de Sein und Zeit a Zeit und Sein” (Heidegger, 1947, 69).

La Brief Über den Humanismus de 1947 no supone una ruptura con respecto al Sein und Zeit de 1927: “Este giro (Khere) no es una modificación del punto de vista de Sein un und Zeit, sino que en él el pensamiento trata de alcanzar la región dimensional desde la cual Sein und Zeit es experimentado a partir de la experiencia fundamental del olvido del ser” (Ibídem). Esta segunda fase del pensamiento de Heidegger se ha llamado del «pensamiento esencial», “en cuanto a que profundiza en la pregunta sobre el ser en sí mismo y su «diferencia ontológica» del ente” (Urdánoz, 1978, 559).

En su Hölderling y la esencia de la poesía (1936) y en su Ensayo sobre el Origen de la obra de arte (1935-1936), “Heidegger parte de la fenomenología de su maestro Husserl, pero para encaminarse hacia la ontología” (Plazaola, 1991, 238). El ser no puede tener para él el sentido escolástico ni el hegeliano; es fenomenólogo, porque se pregunta no «qué es» el ser, sino «qué significa». “La reivindicación de un horizonte trascendental caracterizado como dimensión ontológica va dirigida contra el positivismo y contra Husserl […] A la luz de esta perspectiva, «fenómeno» en sentido fuerte no es el ente observado de la ciencia, sino la obra de arte” (Givone, 1988, 182). Progresiva-mente, Heidegger se aleja del ámbito intencional-fenomenológico de la conciencia, para adoptar un método ontológico-filológico; y, dejando de lado la experiencia estética, hace de la belleza una manera de ser de la verdad, y la verdad la concibe como un desvelamiento del ser; la belleza es, pues, una «manifestación» de esa verdad. Heidegger actualiza la vieja definición de lo bello como «esplendor del ser».

Tras el famoso «Kehre» Heidegger puso al lenguaje en el centro de su filosofía: el lenguaje no como instrumento o medio de comunicación o como representación simbólica del mundo, sino el lenguaje como médium constituyente, categorizador, articulador y abridor del mundo. “El lenguaje es esencialmente poesía en el sentido de que «hace» el mundo donándonoslo, fundándolo y comenzándolo donde no lo había” (Xirau, 2003, 119).

En su «segundo período» Heidegger abandonó su actividad política y se entregó a los temas de la literatura y la poesía. Se convirtió así en filósofo literario que divaga en originales mediaciones sobre las obras poéticas o sobre la original significación de las palabras, profundizando en el sentido filosófico que encierran. Así el lenguaje poético y el significado oculto de la palabra conducen hacia el misterio escondido del sentido del ser.

Heidegger ha sostenido siempre que la metafísica ha perdido la esencia original del «logos» y llevado al pensamiento al olvido del ser. La metafísica, con su lógica deductiva y su tecnicismo conceptual, sólo lleva a una representación de los entes, pero es incapaz de darnos la visión original del ser. “Se ha de recurrir, pues, a la fuerza secreta de la palabra, expresada sobre todo en el lenguaje poético, que con sus intuiciones profundas restituye el pensamiento a la verdad del ser” (Urdánoz, 1978, 565). El lenguaje es llamado por ello «la casa del ser». El lenguaje literario, sobre todo el lenguaje poético, es un modo original de expresar el pensamiento esencial, la experiencia original de la verdad del ser. Todo arte es esencialmente poesía. Arte y poesía coinciden. Heidegger ha escogido de manera especial a dos autores: F. Hölderling (1770-1843), el poeta filósofo, romántico y helenizante del siglo pasado, y R. M. Rilke (1875-1926), equivalente poético del nihilismo de Nietzsche, cantor elegíaco de la muerte, cuyos poemas últimos de 1925 comenta. En una época dominada por la ciencia y la técnica, Heidegger trata de reconducir el pensamiento a su fuente originaria, al misterio del ser en su verdadera esencia. Y una función importante en ese quehacer compete a la poesía. “«Poesía» tiene aquí un sentido amplio aplicable a todas las artes y un sentido estrecho que se aplica a la «poesía», la cual tiene un lugar privilegiado en el reino de las artes porque su medio, el lenguaje, es el suceder en el cual para el hombre los seres por primera vez se descubren en él” (Xirau, 2003, 55).

La poesía conduce al pensamiento a una zona más profunda del ser, que es lo «sagrado», «lo santo» (das Heilige), donde “el ser se ilumina y se experimenta en su verdad” (Heidegger, 1947, 99). Y lo sagrado es el solo espacio esencial de la divinidad, en donde el dios o los dioses se rehúsan o donde acontece la aparición de los mismos. “La relación, pues, entre el arte y lo religioso es esencial, y responde a la idea de que en el arte se hace presente lo sagrado” (Xirau, 2003, 388). “Y es sólo a partir de la verdad del ser donde puede pensarse en la esencia de lo sagrado; y sólo a partir de la esencia de lo sagrado es dado pensar en la esencia de la divinidad”. (Urdánoz, 1978, 567).

En todo este misticismo heideggeriano no cabe pensar en una verdadera religiosidad. Su pensamiento no se orienta hacia el Dios trascendente y cristiano, sino al ideal humano y paganizante de la Grecia antigua, la Grecia sacral anterior al racionalismo naciente, llena de la presencia de los dioses, tal como la han añorado Nietzsche y, sobre todo, Hölderling y Rilke. Su «ontología fundamental» trata de poner fin a la alienación fundamental del hombre, que es el «olvido del ser», y ponerle en el camino en que despliegue libremente su esencia hacia la verdad del ser. “La pérdida de lo sagrado de que se lamenta es simplemente el olvido del ser” (Ibídem).»

Tasia escribió:
Incluso las ciencias que carecen de una aplicación práctica clara (la ciencia teórica, más especulativa y filosófica) es marginada por la ideología cientifista. La ideología cientifista disfraza a la economía de ciencia, y al derecho de ciencia; despreciando el papel de las ideologías/ética/política en la economía; o el papel de la retórica en el derecho.

No ha sido la ciencia, sino el bipartidismo quien ha marginado esas áreas de conocimiento.
David Feltrer Bailén Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
Graduado en Filosofía (UNED - febrero de 2016)
Estudiante del Máster en Filosofía Teórica y Práctica (UNED - octubre de 2018)
Estudiante del Grado en Geografía e Historia (UNED)
Última Edición: 31 Oct 2014 00:34 por Conrado.
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