Las navidades no existen. Es una forma humana más para estresar a los estudiantes haciéndoles sentir que están perdiendo el tiempo, que tienen los exámenes dentro de 20 días y que cómo pueden estar brindando con sidra, ahí tan panchos, y hablando de cómo era la periferia de Madrid hace treinta años con todo lo que tienen que estudiar, maldita sea.
Feliz Navidad, chicos.