elías escribió:
Pues en realidad no lo sé porque no sé qué significa eso de que algunas personas sean capaces de ver más allá aunque no sean capaces de expresarlo. No sé si lo que quieres decir es que la palabra o el lenguaje no puede agotar o aprehender toda la realidad o la realidad del todo (lo cual es cierto), y por tanto, esa realidad accedida no pueda ser expresada adecuadamente mediante el lenguaje. Lo cual no quiere decir que haya unos lenguajes que sean más adecuados que otros para tratar de dar cuenta de esa realidad accedida(¿inefable?) aun sabiendo que dicha descripción es imperfecta o que trata de adecuarse por analogía
Exactamente a eso me refería.
elías escribió:
Francamente, me extrañaría mucho que no supieses si Kant, Nietzsche, santo Tomás, Neruda, Einstein, etc, han sido capaces o no de profundizar en un tema. En caso de ser así creo que tienes un problema que sólo te compete a ti el tener que resolverlo.
Me has hecho pensar con esto y he llegado al siguiente razonamiento: Si leyendo a los filósofos que citas, eres capaz de alcanzar los conceptos de los que tratan, más allá del mero lenguaje, entonces eres capaz de darte cuenta que tanto el autor como tú sois capaces de profundizar en el tema.
elías escribió:
En realidad no sé que tiene todo esto que ver con la denuncia que he realizado. Porque yo lo que he denunciado es ese intento por parte de algunos, y al parecer está bastante generalizado, de un presunto renacimiento de la filosofía consistente, paradójicamente, en abandonarla en aras de la poesía o de lograr una poetización de la misma.
Puede que no mucho, pero tenía curiosidad por ver tu respuesta
elías escribió:
La filosofía se mueve en el terreno de los conceptos y de las “ideas”. Y dichas “ideas” deben de ser expresadas mediante categorías que tienen que estar, en la medida de los posible, lo mejor conceptualizadas o definidas. Al parecer la nueva moda en filosofía es que cada persona, y abandonado todo tipo de rigor y el uso de cualquier tipo de categorías, se exprese según su lenguaje vulgar o con floridos endecasílabos. Eso de potencia y acto, sustancia o sustantividad, temporeidad, trascendentalidad, personeidad, etc, son términos (antiguallas) que mejor no utilizar en aras de la nueva filosofía.
Al parecer hay, y en aras de alcanzar el ideal democrático, que vulgarizar el conocimiento, filosofía incluida, para que así tengan acceso las “masas” ( y esto es un crítica generalizada a la Universidad Española). Me gustaría saber qué ocurriría en las ciencias positivas si se pusiera de moda el tratar de poetizarlas o hablar desde el lenguaje vulgar. Es decir, en vez de utilizar términos como campo electromagnético, entropía, aceleración, gen, etc, cada uno hablara como le viniese en gana o que frente a un problema de ciencia se tratara de dar respuesta al mismo haciendo uso de versos de Neruda.
Entiendo lo que dices acerca de que, en aras de un mejor entendimiento, habría que expresarse en unos términos establecidos, como ocurre en la ciencia. Pero, como tú mismo has dicho antes: "(...) aun sabiendo que dicha descripción es imperfecta o que trata de adecuarse por analogía", el asunto se complica cuando creemos que el término utilizado no describe de manera apropiada lo que queremos expresar.
Puede que en algunas ciencias sea relativamente "sencillo" que los científicos lleguen a un acuerdo acerca de qué término representa un fenómeno determinado (p.e. qué es un átomo), pero la cosa se complica enormemente cuando las personas tienen
intereses , por decirlo de algún modo, sobre los fenómenos que están investigando. Psicología es un claro ejemplo de ciencia plagada de controversias, ya desde el momento en el que no parece estar muy claro qué fenómenos abarca el concepto
mente.
Como escuché de Quintín Racionero en las clases sobre Aristóteles: "Para que haya verdadera Ciencia es necesario un lenguaje artificial al que se le ha sustraído toda parte no descriptiva", pero el problema reside, a mi parecer, que si ya el lenguaje de por sí describe la realidad de manera imperfecta, si le sustraemos elementos en aras de un mejor entendimiento, estamos perdiendo información por el camino. A modo de analogía, si es que puede servir como tal: No es lo mismo que yo te cuente que fui a una cripta de noche y se cerró la puerta, a que te lo cuente Lovecraft, con sus largas descripciones llenas de grotescos adjetivos. Los hechos son los mismos, pero Lovecraft consigue despertar tu imaginación y ponerte los pelos de punta.