Conrado escribió:
neurometafisico escribió:
Te comprendo, y también me encanta la astrofísica, pero ¿podríamos válidamente resolver sobre el Cosmos si no sabemos quien pregunta, por qué pregunta, sobre qué se pregunta y en que consiste preguntar?
Creo que sí porque, de hecho, ya lo venimos haciendo desde Tales de Mileto (siglos VII-VI a. C.) o incluso antes (Egipto y Babilonia. Los egipcios sabían que un año tenía 365 días en el 2.700 a. C. aproximadamente). Aunque no es irrelevante, parece ser que podemos intentar comprender el cosmos sin saber cómo funciona el cerebro y sin saber cómo pensamos. A mediados del siglo XVIII, gracias a Newton y otros ya conocíamos bastante del Universo y, sin embargo, de la conciencia muy poquito. Por tanto, pudimos comprender muchas cosas del Universo sin saber cómo funciona nuestra conciencia.
Piensa que antes de que Aristóteles "descubriese" que nuestras mentes son lógicas (Órganon; el nombre se debe al primer sistematizador de los estudios aristotélicos, Andrónico de Rodas), los primeros filósofos presocráticos hicieron ya importantes avances en cosmología. Por ejemplo, los pluralistas Leucipo y Demócrito postularon la existencia de diminutas partículas que, por acreción, darían lugar al resto de la materia del cosmos. Y lo hicieron sin tener ni idea de cómo pensamos. O por lo menos no sabían lo que sabemos ahora sobre la mente que, dicho sea de paso, es bastante menos -creo- de lo que sabemos sobre el Universo conocido.
Y no quiero decir, ni mucho menos, que no sea útil y/o necesario saber cómo funciona la mente humana para seguir avanzando en otros campos. Simplemente me limito a constatar el hecho -no se trata, pues, de un juicio de valor- de que sin saber demasiado cómo funciona la mente hemos hecho grandes avances en ciencia y tecnología.
¿Sabes Conrado? A lo mejor son dos caminos que llegan al mismo final. Cuando comprendamos el niverso comprenderemos la consciencia y vice versa. Esto tiene que ver con un hecho complejo de aceptar y es que el Universo como lo conocemos,con sus leyes, paradigmas, principos etc... es algo que se ha manifestado como tal dentro de la cabeza de cada sujeto. Te cito algo de la introducción a la neurometafisica para más claridad:
"La Neurometafísica es una aproximación metafísica que se deriva de la descripción de la realidad empírica, sobre los temas pertinentes a la Filosofía de la Mente, que ofrecen las Neurociencias.
El método de trabajo empleado en esta Tesis consiste, en términos simples, en llevar hasta sus últimas consecuencias las conclusiones que ofrece esa disciplina científica.
Al utilizar este método, arribamos a una paradoja extraordinaria: si es efectivo que la consciencia se produce al interior del cerebro, y que ese fenómeno comprende la totalidad de las percepciones de un individuo; quiere decir que comprende todo el Universo que este individuo puede atestiguar: su fuero interno, su entorno corporal inmediato, calles, edificios, árboles, montañas, animales, personas, aves, insectos, planetas, estrellas, y hasta las galaxias más lejanas captadas por un telescopio moderno. Comprende también sus pensamientos, emociones, recuerdos e imaginerías. Y, además, comprende su propio cuerpo y cerebro, ya que también son percepciones.
Entonces, si mi cerebro es otra percepción más: ¿Dónde radica la capacidad de integrar la información que supuestamente le atribuimos a la mente humana? ¿Dónde se almacenan los recuerdos? ¿Qué son los sueños? ¿Cómo se generan las ideas o imaginerías? ¿Cuál es la causa eficiente de la voluntad, si el cuerpo que actúa y la mente que decide son meras percepciones?
Incluso, tan interesantes son estas paradojas que, si realmente aceptamos que el universo —la realidad de todos los días— que cada uno de los seres humanos experimentamos, es un fenómeno que se produce en el cerebro, significa que el cráneo sería un concepto metafísico, pues no habría cómo acreditar su existencia.
En efecto, haga los esfuerzos que haga, aunque tome la nave espacial más rápida, incluso superior en miles de veces a la velocidad de la luz (si tal cosa fuere posible) y llegase a los confines del Universo, no avanzaría ni un milímetro hacia su cráneo, ya que todo ese viaje espacial seguiría siendo un fenómeno intracerebral y nada que haga o piense enclaustrado en ese mundo virtual interno le permitiría comprobar la existencia de su cráneo."
Saludos.