¿Es la ley, y con carácter general, opinable?
Desde el punto de vista teórico o conceptual las leyes no son interpretables. Es justo al contrario. Precisamente, y para evitar que cada uno dé una opinión diferente, es por lo que se establecen las leyes. Es que si las leyes fueran opinables o interpretables entonces que más daría el tener leyes que el no tenerlas. ¿Y con base en qué un juez dictaría un auto o una sentencia si las leyes son opinables?
Imagínense que en una sociedad, y frente a un determinado hecho, existieran varias interpretaciones. ¿Qué sentido tendría establecer una ley que recogiera todas las posibles interpretaciones o que diera cabida a más interpretaciones? Pues no tendría ningún sentido. No, precisamente una ley lo que hace es fijar de forma unívoca cuál de todas las interpretaciones es la que debe de hacerse cumplir.
Es decir, la propia esencia o naturaleza de una ley es precisamente que entre todas las posibles interpretaciones se fije una de ellas.
Ahora bien, qué ocurre en la realidad o en la práctica. Pues aquí distingo varios escenarios
1.- Que no todo se haya regulado o que no se hayan recogido en la ley todos los posibles supuestos.
¿Podríamos decir entonces que la ley es interpretable? Pues no, no podría decirse. Y no podría decirse precisamente porque el asunto o el supuesto tratado no están recogidos en la ley. Y lo que deberá hacerse es, y de todas las posibles interpretaciones que puedan darse, es fijar precisamente una de ellas.
2.- Que los legisladores hayan legislado mal o de forma ambigua. Entonces sí cabría decir que las leyes son interpretables. Pero por la misma razón decimos entonces que dicha ley es una mala ley. Y es una mala ley precisamente porque desnaturaliza la esencia de una ley. Ahora bien, lo que se hace en este tipo de casos es precisamente eliminar la ambigüedad de la ley para fijar una única interpretación.
Ahora bien, el caso más habitual por el que alguien, y suelen ser legión, dice que la ley es interpretable es precisamente por el alto desconocimiento que posee sobre las leyes.
Suele ser habitual que la gente diga que la ley es interpretable porque fulanito hizo tal cosa y menganito la misma cosa y a uno lo sentenciaron a cinco años de cárcel y al otro a quince años. Y claro, como los dos hicieron la misma cosa cómo es posible que a uno de ellos se lo condene con una pena y al otro con otra. La respuesta está servida: “Las leyes son interpretables”.
Pues bien, quien así piensa, e insisto, son legión, está radicalmente equivocado. Lo primero que cabría preguntarse es: ¿Cómo es posible que la gente sepa ya a priori que hicieron exactamente la misma cosa y en los mismos supuesto antes de que esas personas hayan sido juzgadas? ¿Por ciencia infusa, tal vez? No será que en los juicios lo que se trata de determinar es precisamente qué ha hecho quién y bajo qué supuestos. Ahora bien, si esa gente ya lo sabe por ciencia infusa entonces lo mejor que podríamos hacer es consultar a esos videntes y ahorrarnos todo tipo de juicios.
Supongamos, y si ello fuera posible, que supiéramos ya de antemano que dos personas, que conduciendo con el mismo índice de alcohol, atropellaran en el mismo paso de peatones a dos personas con el mismo resultado, a saber, la muerte del transeúnte. ¿Deberían de ser sancionados con la misma pena? Sí, deberían de ser sancionado con la misma pena si todos los supuestos fueran exactamente igual.
¿Pero son todos los supuestos iguales? Pues bien, a nadie se le escapa, o no se le debería de escapar, que eso es precisamente lo que debe de establecerse en un juicio. ¿Pero qué pasa si en un juicio hay un abogado defensor con más talento que el abogado defensor del otro juicio? ¿Qué pasa si un abogado defensor utiliza una buena estrategia y el otro una mala estrategia? ¿Qué pasa si un fiscal es más talentoso y utiliza una mejor estrategia que el fiscal del otro juicio? ¿Qué pasa si en un caso, y en lo que respecta a la prueba de alcoholemia, se ha interrumpido la cadena de custodia y en el otro no, y por tanto, en un caso puede servir como prueba y en el otro no?
Pues obviamente, y según se desarrolle cada juicio, habrá o no unos determinados hechos probados. Si en uno de ellos queda probado que superaba las tasas de alcohol, y si ello supone un agravante, y en el otro no queda probado porque se ha interrumpido la cadena de custodia, pues las penas no serán las mismas. ¿Significa ello que la ley es interpretable? Pues no, obviamente no.
Pero hay una cuestión que no termino de entender. ¿Cómo es posible que toda esa gente que considera que la ley es interpretable se escandalice ante el “caso Urdangarín”? ¿Pero no es la ley interpretable? ¿Pues si alguien interpreta la ley de forma que Urdangarín es inocente qué problema hay en ello? No será que la gente se escandaliza porque la ley no es interpretable si la ley no es ambigua.
Les voy a comentar un caso real que me aconteció la semana pasada en mi trabajo. Llegaron dos representantes de una importante empresa y me comentaron que deseaban tener acceso a una determinada documentación. Les pregunté si lo habían solicitado por escrito y me contestaron que no era necesario y que deseaban tener acceso ya a dicha documentación. Les dije que sí era necesario porque teníamos que comprobar sus credenciales, y con base en las mismas, ver si tenía o no el derecho de acceder a tal documentación. ¿Saben qué me contestaron? Pues la respuesta fue y literalmente: “Esa serán sus creencias pero no las nuestras”. Mi respuesta fue: “Verá, esto no es una cuestión de creencias sino de lo que establece la Ley de Procedimiento Administrativo Común. Pues bien, ni pestañearon. Les importó bien poco mi respuesta. Cada vez estoy más convencido que ese tipo de personas no es que crean en lo que afirman sino que utilizan esa afirmación a ver si dan con una persona que verdaderamente crea en lo que ellos no creen para así conseguir lo que desean.
¿Y qué importancia tiene el que se considere que la ley es o no interpretable?
Pues simplemente hay que mirar hacia Cataluña. Lo más grave es que he discutido con personas que no son independentistas, y reconociendo que no están de acuerdo con dichas tesis, consideran que en parte tienen razón en hacer lo que han hecho. ¿Y por qué? Pues precisamente porque consideran que las leyes son interpretables. Y claro, uno podrá interpretar, y en función de sus razones, que el referéndum podía realizarse mientras que otros, y con sus razones, consideran que no podía hacerse.
El no tener claro que las leyes, y con carácter general, y en la práctica, porque conceptualmente y a nivel teórico, no, no son interpretables nos puede llevar al desastre.