Hola a todos
Creo que habéis dado con la problemática clave, y Anuska parece ser de las que están inmersas en la discusión y seguro que nos puede dar más detalles del tema de fondo.
En cuanto a lo que comentáis del cuerpo. Es verdad que la discusión fundamental tiene que ver con el papel de lo biológico en la construcción de las identidades de género. Gente como quienes menciona Mónica (Paul B. Preciado o Judith Butler) argumentan con razón que, en tanto que se pueden transgredir prácticamente todas las normas imaginables de género, es razonable pensar que no hay en el dimorfismo sexual biológico nada que determine el género. Por lo tanto, lo primero que hizo la teoría Queer fue romper las barreras del dimorfismo. Lo trans ya no se limitaría, entonces, a que un hombre se cambie de sexo y pase a ser una mujer, o viceversa: hay caminos de ida y vuelta y más alternativas disponibles. Esto repercute en que para el colectivo trans hoy resulta opresivo que un doctor o un psicólogo, digamos, "de luz verde" al cambio de género. Tampoco tiene por qué haber transformación física para el cambio de género, eso depende de cada individuo. El colectivo trans reclama su derecho a que, dado que el género es fluido y está desligado del dimorfismo, el reconocimiento de su identidad de género no dependa del examen de nadie. Este es un lugar de choque fundamental con el feminismo, que considera que eso es un peligro para las mujeres (y es difícil argumentar lo contrario). ¿Qué puede ocurrir en un vestuario si cualquiera que se autodefine mujer puede entrar?
Hay otro tema. En primer lugar, yo he leído artículos (si los encuentro los colgaré aquí) en los que se cuestiona el "sexo biológico" como una falacia. Digamos que se entiende desde algún sector del colectivo trans que, al ser el dimorfismo sexual muy limitado en humanos y al existir "casos límite" en los que definir el sexo es imposible (la obra de Foucault está repleta de casos de este tipo, en los que el sexo se decide socialmente en cierto momento de la vida de la persona), no se puede ni siquiera hablar de sexo biológico. Yo considero que este tipo de opiniones dan la razón a las peores acusaciones contra el postmodernismo, cuando lo tachan burdo relativismo "ad absurdum". Yo, que no tengo dudas de que el sexo biológico es una realidad, creo que efectivamente es muy limitada su influencia en la construcción de los roles de género (no me atrevería a decir que es nula).
Ahora bien, yo creo que aquí es útil el concepto de "mundo de la vida" de los fenomenólogos. Las feministas dicen: vale, bien, no hay nada biológico en el género. Pero, ¿significa eso que no existe, que sus consecuencias no son reales? ¿De verdad que se puede transgredir a voluntad? Por mucha teoría queer que tengamos, las mujeres siguen naciendo y se les sigue asignando un género en función de qué tipo de aparato reproductor tengan a la vista. Si yo veo pasar a cien personas por la calle, puedo acertar el género de al menos 99 de ellas. El género es un fenómeno cultural tan potente y que condiciona tanto la vida de las personas que el hecho de que pueda no estar basado en el dimorfismo sexual es irrelevante. El ser social construye una segunda naturaleza. Además, me da la impresión de que en ocasiones desde ciertos puntos de vista del postestructuralismo (no es el caso de Foucault) se tiene una perspectiva ridículamente reducida de la cultura y de los mecanismos de socialización, que son inmensos, incontables e imposibles de abarcar. Como si por pintar las habitaciones de las niñas de azul ya se estuviesen controlando todos los imputs de socialización a los que se ven sometidas y con los que se relacionan. Solo por que podamos decir desde una atalaya teórica que el género y el sexo están desvinculados, ¿es suficiente justificación para desmontar el aparataje teórico del feminismo, con las consecuencias prácticas que puede tener?
Un saludo