En filosofía la posmodernidad se va a sacudir el carácter sistemático, se va a alejar del cientifismo y del positivismo y va a tramarse con muchas otras disciplinas que tiene que ver con el arte, la música, la literatura… Se van a difuminar las fronteras de lo bueno, lo bello y lo verdadero (ética/arte/epistemología), el sujeto salta en pedazos, se trastoca la idea de progreso en un tiempo lineal que aleja el futuro hacia un inalcanzable, hacia el infinito y se sustituye por un tiempo cualitativo. Descartan la posibilidad de comprender la realidad, extraída, aislada de sus interpretaciones. La realidad se encuentra encajada en un contexto cultural, también en un habitat político, se ubica en la historia, se rodea de símbolos y está sumergida en el lenguaje, desnudarla de estos aspectos y diseccionarla de forma aséptica lo aprecian como una suerte de dogmatismo.
¿Eso les hace relativistas? ¿Acaso no es mito el pensar que la historia avanza, que cada fase anuncia a la siguiente y se diluye en un progreso hacia un mejor ser y estar? ¿No es la razón con mayúsculas la que saluda a los vencedores? Por ahí se hablaba de del nazismo como la catástrofe del nacionalismo, la mayor irracionalidad humana ¿Y si ellos hubieran ganado qué se estaría diciendo? Otros, que sí ganaron, hicieron desaparecer dos ciudades, arrasadas con dos bombas atómicas en una guerra, los únicos que hasta la fecha se atrevieron a hacerlo. Esa presunta racionalidad diferiría mucho de la de los vencidos. Esa racionalidad también se vehicula en metarrelatos, algunos de ellos sostienen operaciones militares denominadas “libertad eterna” o “Democracia infinita” y cosas así para justificar espolios o extracciones y mucha devastación y muerte en otros pueblos y regiones.
Nietzsche anunció la muerte de Dios, “Y nosotros lo hemos matado”, se vació el molde de su contenido, pero ahí quedó el espacio para ser ocupado, ¿Por el hombre? Con el pensamiento posmoderno va a caer el sujeto moderno, el sujeto hegemónico, para mostrarse múltiple, contradictorio, complejo.
La posmodernidad se disgrega en muchas formas de pensamiento, el post-estructuralismo francés (Foucault, Deleuze…), la neopragmática inglesa, la hermenéutica, la deconstrucción… Es un movimiento escurridizo y más cuando tratamos de clasificarlo y clavarlo con un alfiler en un corcho. Lyotard, el que anunció el fin de los grandes relatos, expresó que la posmodernidad era la crítica al pensamiento hegemónico, entonces no era el marxismo un pensamiento hegemónico, lo era el capitalismo y su emergente versión más agresiva, individualista, desigualitaria y terriblemente insolidaria con otros pueblos, con el espacio físico, con otras razas, con las mujeres, con la tierra, con el clima… como es el neoliberalismo. De manera que, si es una crítica al pensamiento hegemónico, resulta que era posmoderno hasta el propio Aristóteles.
Los pensadores posmodernos no subsumidos por el sistema, como lo hace el mercado con esos calcetines del Che Guevara que se venden en las tiendas, junto a tazas decoradas con frases como “comunismo o libertad”, son creativos en la producción de micropolíticas y en la apertura de vías de fuga dentro del sistema.
La posmodernidad no niega la modernidad, la repiensa, la curva y la hace mirar hacia aquí mismo y no a lo lejos, también hacia el pasado, que vuelve que se vuelca, que vierte y muestra lo no dicho u oído. Es racionalidad, es hermenéutica, no es antimetafísica, eso supondría superación y por tanto más metafísica, busca la verdad, la ontológica y aboga, como Nietzsche, por el olvido, el olvido de la carrera hacia lo infinito inalcanzable y el encuentro en el instante y en la afirmación de la vida.
Os dejo una noticia muy reciente y es que en estos días, la” Racionalidad científica” ha pedido un alto en la loca carrera tecnológica, seis meses en los que pensar los posibles estragos que pueda causar el desarrollo de la inteligencia artificial
www.elconfidencial.com/tecnologia/novace...on-expertos_3601529/