Decía Ortega y Gasset que "La definición del hombre es el motor de las variaciones históricas". Sin duda, la imagen del hombre determina cada época, y es el nudo gordiano de toda filosofía política e ideología. Entre los problemas de la antropología filosófica destaca un dilema histórico: ¿Es el hombre bueno o malo por naturaleza? Inclinar la respuesta en uno u otro sentido tiene enormes consecuencias para idear y construir cualquier sistema político y social. Pero como no hay filosofía auténtica que pueda permitirse el lujo de obviar las aportaciones de la ciencia, cabe darle una pensada a las recientes teorías sobre la agresividad en la historia evolutiva del Homo Sapiens.
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