Alma escribió:
Fue honesto, imagino. En cambio, Schopenhauer tuvo que devanarse los sesos para intentar justificar que el suicidio era absurdo y así poder seguir disfrutando del teatro, sus filetes en el Englischer Hof y sus sesiones de flauta.
Buenas,
En el prólogo a "Filosofía de la Redención" que escribe Manuel Pérez Cornejo hay unas reflexiones acerca del pesimismo en general que me parecen interesantes.
Hace una comparación entre la filosofía nietzscheana y el pesimismo, y lo que cada una puede aportar. Escribo aquí las partes que me han parecido interesantes con el fin de que me deis vuestra opinión sobre ellas:
"Si el modelo nietzscheano es el del Niño-Filósofo risueño [...], el de Mainländer parece ser el del caballero que impulsado por altos ideales, se encuentra luchando al borde del abismo en el que sabe que esta destinado a caer (
el "héroe sabio").
Por eso Nietzsche se convirtió en uno de los filósofos de referencia de la posmodernidad, mientras que Mainländer puede llegar a convertirse en el filósofo de culto para el crepuscular mundo contemporáneo, que ha despertando del juego de abalorios posmoderno y se ve obligado a enfrentarse con seriedad a un cosmos completamente despiadado.
Desde que terminó el siglo XX, y en lo que llevamos transcurrido del XXI, la evolución del pensamiento filosófico occidental y el propio decurso de nuestra civilización parecen ir alejándose del vitalismo nietzscheano y de su apología de la voluntad de poder. Igual que ha ido debilitándose la influencia de la filosofía marxista, la estrella nietzscheana da muestras de haber iniciado su declive.
[...] Por eso, algunos empiezan a plantearse si no estará aún por
descubrir y aplicar el mensaje liberador del pesimismo. Y nuestra época, evidentemente desilusionada (recuérdese que la principal recomendación de Nietzsche y sus seguidores es que hay que crear ilusiones que nos permitan vivir.y hacer soportable la vida), parece haber vuelto su mirada al legado de aquella escuela pesimista contra la que dirigió sus argumentos Nietzsche.
[...]
La nuestra está quizás llamada a ser la época de lo que Banhsen llamó el "humorismo trágico" y Mainländer el "heroísmo sabio", característicos de alguien que afronta la existencia, el sufrimiento y la muerte sin hacerse la más mínima ilusión, pero con humor y de forma activa, para evitar que la caída sea aún más catastrófica."
Saludos.