Hola, ya está el certificado del Seminario. He disfrutado mucho de las veintitantas ponencias, todas ellas de enorme peso. Creo que la idea de hacer una memoria ha sido un acierto, de lo contrario no habría escuchado tantas veces cada una de ellas, a cada repetición, más detalles. No sé cuánto tiempo conservaremos los enlaces, quiero reescucharlas, de nuevo, tengo que sacarles todo el jugo, hasta dejarlas secas. Quería comentar la ponencia de F. Moraga “yo soy tu”. Creo que fue llamado en el último momento para sustituir una de tantas bajas como se fueron produciendo en este Seminario, un milagro que hayan podido llevarlo a término. La más trágica, la de Jacinto Rivera. Empiezo una asignatura del master a la que me apunté por él, ahora sin él y eso me desorienta.
¿Y por qué “yo soy tú”? Es la única de las ponencias que traslada el tema a una vivencia, el hallazgo del yo secuestrado por el de otros, infiel a su propio pensamiento emprende el camino hacia el “tú” sabiéndose rehén del criterio de los demás, herido por su falta de lealtad a su propia palabra, a su verdad, con su reflexión maniatada, emprende un camino para su recuperación, traza un triángulo entre un poeta, P. Celan, el poeta del tú, poesía que es pura ética y un filósofos, E. Levinas que hace una ética sin ontología, ambos van del yo al tú con el horizonte de la responsabilidad. Otro filósofo, P. Ricoeur, para quien resulta que ese “yo herido” es su propia respuesta, para quien es posible otra narración, esta vez atravesado del tú. Y una reflexión final, ya propia, no de otros, yo seré tú caminando hacia mí, yendo en pos de mi propio pensamiento y reflexión encontraré la forma de llegar a ti.
Más o menos eso fue lo que dijo o lo que yo sentí. Caminando por las calles, abrumadas de edificios, escuchando ese balanceo del yo al tú, trataba de pensar cuál era mi pensamiento, el mío, no el de otros. Aun no lo sé, pero creo que emprendí la tarea de encontrarlo.
Gracias por tus aportes, Golden, seguro que podremos hablar de otras charlas del Seminario ya bien metidos en harina.