Reflexiones en relación a Stockroom
Una “queja” común que he recibido es la necesidad de conocer las palabras. Xna lo expresó en un mensaje en relación con HELI y otras que no podía apreciar por el desenfoque. Y digo “común” porque esa queja la recibí dentro de mí al darme cuenta de haber obviado poner títulos. No tenía información del título “Stockroom” pero puede encontrarla, estas nuevas tecnologías es lo que tienen.
Evidentemente, la palabra es fundamental en la primera imagen porque esa obra fue concebida para que la gente formara parte de ella, para que aportase sus propias ideas y las escribiera en esas paredes grises.
Aquí el juego es doblemente difícil porque estamos ante una fotografía de algo que debe tener movimiento, acción, un lugar por donde pasear, tocar, mirar. La fotografía impone una mirada al espectador y no deja apreciar la obra en su totalidad.
Al incluir la segunda imagen de la “Stockroom” la cosa cambia por completo. Ahí podemos leer las típicas tonterías adolescentes (y de muchos adultos y maduritos). De repente parece que ya podemos construir una interpretación. Claro que la interpretación que construimos es la de una fotografía en la que decidimos eliminar al señor que está con la aspiradora. Y menudas interpretaciones. Son fantásticas. La foto da mucho juego, sí. Nos sentimos libre para interpretar a nuestro antojo y tenemos todo el derecho. Sí, lo tenemos. Porque esa “Stockroom” está muerta. No ha muerto el autor, ha muerto la obra. Y digo esto porque ya no cumple su función. ¿Quién se atreve a dar vida a esa obra, a formar parte de ella, a escribir en esas paredes? Aquello me resultó desolador. Es muy inquietante entrar en una habitación como esa perseguido por la gente que trabaja en el museo. Lo que podría haber sido algo divertido se torna siniestro, sin vida. Por esa razón me decidí a tomar ese plano. Ya me gustaría que todo hubiese estado más enfocado pero mi habilidad tiene un límite, jajaja.
Pero entonces, nos preguntamos, ¿estamos analizando la obra o la fotografía? ¿La primera fotografía o la segunda fotografía? No lo sé. Creo que para analizar la obra hay que entrar en ella porque la fotografía impone una mirada al lector que no puede captar lo que supone realmente. El fotógrafo decide cuál es el centro de atención. Los espectadores piden más, aquello que no pueden ver y en lo que están interesados. ¿Qué es ese aparato? ¿Qué pone aquí o allí? Espectadores ansiosos por saber. Maravilloso!
¿Cuál fue la intención del autor de la primera foto, qué quiso decir, qué significa esa habitación? ¿Acaso importa? Uno puede tener intención de querer expresar algo y no saber hacerlo bien, no llegar al espectador-lector. Yo quise expresar esa inquietud que me produjo la habitación. Unas paredes vacías de significados, unas paredes que tuvieron palabras tejidas con lana en algún momento y ahora deshilachadas. Esa podría ser la habitación de nuestros sueños, con las paredes grises, oscuras, cuando todavía no se te han cerrado los ojos, esos tejidos esparcidos por el suelo, los desechos de nuestra memoria. Pero cuando nos quedemos dormidos, esos "desechos" se convertirán en "deshechos" y podremos tejer nuevos sueños. Algunos, serán pesadillas (esa máquina me un poco de miedito). En definitiva, esa habitación sería un espacio interior, la mente.
PD: Antes de entrar en el Museo me crucé con un par de ovejitas y la asociación entre las ovejas, el sueño, la lana, los tejidos y las palabras se me impone.
PD: Que conste que hablo de mí en tercera persona porque la reflexión la quiere hacer extensiva a otros autores.