Xna escribió:Moira, háblame de Kairos.
Xna, recojo el guante, y empiezo más o menos en el punto en el que lo has dejado.
1
Heidegger tiene la querencia de una filosofía originaria, una filosofía para volver al sentido del ser: hay que pensar el ser como presencia, hay que pensarlo en el tiempo, igual que hay que pensar el
Dasein en su historicidad; hay que retrotraerse, pues, hasta cierto
primer pensar, anterior al condicionamiento impuesto por la tradición, y hay que pensarlo desde el instante (
Augenblick), desde el tiempo del καιρός (
kairós). El
Augenblick heideggeriano refiere al tiempo de la praxis.
2
Tenemos la tarea de llegar a ser, a partir del
modo de ser correspondiente, no otro.
Nos hacemos dueños de nosotros mismos a partir del momento en el que nos comprendemos desde la posibilidad de ser y de devenir.
Ese momento de la auto-propiedad, en el que nos escogemos a nosotros mismos y dejamos de vivir en el olvido de nosotros mismos, es el momento en el que el
Dasein deja de ser un
Dasein fáctico: ese momento decisivo se caracteriza por el instante (
Augenblick), por un mirar deliberativo, por el καιρός, no por el “ahora”.
La concepción heideggeriana del instante merece unas pocas palabras. El instante no se corresponde con el “ahora”: es lo que posibilita el “ahora”. El “ahora” está determinado; el instante, no: el instante se determina en su ocasionalidad, cuando acontece. El instante, dirá Heidegger, refiere a la temporalidad originaria, y el “ahora” es un fenómeno del tiempo derivado.
El instante (
Augenblick) es el parpadeo, es lo que se capta de un vistazo.
3
Comprenderse dentro del elemento temporal sitúa al
Dasein frente a la muerte, revela su característica definitoria: “ser-para la muerte”. El
Dasein caído, al apropiarse de sí mismo, se ha temporalizado en el mundo en su propio horizonte temporal, se ha resuelto (
Entschlossenheit, 'estar resuelto').
El
Dasein desea asumirse desde su propio modo de ser, y eso no es hacerlo desde el “ahora” fáctico, sino desde el instante originario, ligado a la finitud del
Dasein, a su ser-para la muerte, a su modo de ser, a la existencia del
Dasein.
Así, Heidegger prioriza el futuro existenciario como el lugar del éxtasis de la temporalidad originaria, el lugar del poder-ser; el futuro es el tiempo más originario, el horizonte del
Dasein.
Un saludo.