El estar-en-el-mundo es una estructura originaria y constantemente total, quédate con eso. No lo sueltes, porque lo hemos ido aclarando fenoménicamente, dice Heidegger y yo he intentado hacerlo también, con muy poco acierto, seguro. Pero es que hay multiplicidad de fenómenos en ese todo estructural, ¿cómo miro fenomenólogica y unitariamente el todo en tanto tal?
El Dasein existe fácticamente. Se pregunta, entonces, por la unidad ontológica de la existencialidad y la facticidad. La existencialidad (el anticiparse del Dasein a sus posibilidades), la facticidad (la condición de arrojado del Dasein) y el estar caído (modo habitual como el Dasein está en medio de los entes) son la trama originaria que constituye la totalidad del todo estructural que buscamos. Veamos si es libre el Dasein o en qué sentido lo es.
El Dasein, en su ser, ya se ha confrontado, cada vez, con una posibilidad de sí mismo. El ser libre para el poder-ser más propio y, con ello, para la posibilidad de propiedad e impropiedad se muestra con originaria y elemental concreción en la angustia. Pero estar vuelto hacia el poder-ser más propio significa ontológicamente que en su ser el Dasein ya se ha anticipado siempre a sí mismo. El Dasein ya siempre está más allá de sí.
La "cotidianeidad media" del Dasein es un estar-en-el-mundo “cadentemente abierto”, arrojado, proyectante, en medio del “mundo” y coestando con otros. Así estamos de natural pero esa no es la mirada que “atraviesa en busca de un fenómeno originariamente unitario” un fenómeno que está presente en todo y que funda ontológicamente cada pieza de la estructura. Miremos pues.
¿Dije que los modos de ser del estar abierto del Dasein eran la disposición afectiva y el comprender? ¿Dije que a la estructura ontológica del Dasein le pertenece la comprensión del ser? ¿Entonces que leches hacemos caídos, arrojados, proyectando y haciendo el moñas? Debemos ponernos manos a la obra para “sacar a la luz el ser del Dasein”, vamos, empuja…
“una de las más amplias y originarias posibilidades de apertura, implícita en el Dasein mismo. El modo de la apertura en la que el Dasein se lleva ante sí mismo debe ser tal que en ella se haga accesible de una forma, por así decirlo, simplificada. Con lo abierto en ella, la totalidad estructura del ser buscado deberá entonces salir a luz de un modo elemental”
La disposición afectiva ya la tenemos, en el mensaje anterior estábamos angustiados. Tenemos "angustia" (posibilidad de ser del Dasein), tenemos al Dasein mismo abierto en ella, podemos captar ya de forma explícita la totalidad originaria del ser del Dasein y le llamaremos… Sorge (cuidado, la cura) ¿Sorge? A mí me gustaba más… es igual, Sorge.
“La analítica del Dasein que se interna hasta el fenómeno del cuidado (Sorge) debe prepara la problemática ontológico-fundamental, es decir, la pregunta por el sentido del ser en general”
Estamos preparando la mirada, debemos conectar cuidado con mundaneidad, con estar a la mano y con estar-ahí (realidad), vamos a hablar del conocimiento de la realidad, también de la aclaración ontológica del fenómeno de la verdad sobre la interpretación, que nos ha abierto y ha puesto al descubierto, interpretación, enunciado…
El anticiparse-a-sí, estando-ya-en-el-mundo es el ser del Dasein, “la totalidad del todo estructural ontológico del Dasein”, el cuidado, Sorge.
Y ahora una fábula para mostrar la autointerpretación del Dasein como cuidado “Sorge” (prueba documental preontológica de la interpretación ontológico-existencial del Dasein como cuidado) Dentro fábula…
Al atravesar “cura” un río, ve un gredoso barro, y cogiéndolo meditabunda lo comenzó a modelar. Mientras piensa en lo que hiciera, Júpiter se presenta. Pídele “cura” le dé espíritu y fácilmente lo consigue. Como “cura” quisiese darle su propio nombre, niégase Júpiter, y exige se le ponga el suyo. Mientras ellos discuten, interviene la Tierra pidiendo que su nombre sea dado a quien ella el cuerpo diera. Tomaron por juez a Saturno, y éste, equitativo, juzga:
“Tú, Júpiter, porque el espíritu le diste, en la muerte el espíritu y tú, Tierra, pues le diste el cuerpo, el cuerpo recibid, reténgalo “cura” mientras viva porque fue la primera en moldearlo. Y en cuanto a la disputa entre vosotros por el nombre, llámesele hombre, ya que del “humus” ha sido hecho”
Mucho mejor que Sorge, dónde va a parar, tiene mucha "g" Sorge, gggg, mejor hombre, también mujer, pero esa es otra guerra.
La determinación preontológica de la esencia del hombre que se expresa en esta fábula ha fijado así, desde el comienzo, la mirada en aquel modo de ser que domina por entero el pegrinar temporal en el mundo…”cura” (Sorge)… “cuidado” y “dedicación”… La perfectio del hombre- el llegar a ser eso que él puede ser en su ser libre para su más propias posibilidades (en el proyecto)- es “obra” del “cuidado”. Pero el “cuidado” determina también con igual originariedad la índole radical de este ente, según el cual está entregado al mundo de que se ocupa (condición de arrojado).
Venga, ya no más por hoy, “cuidaros” (sorge) y cuidaros (stop covid) ya no queda nada para ser libres (fuera mascarillas)