Buenas, yo la hice el año pasado y esta es la solución que se subió al foro...
"Efectivamente, la relatividad de la simultaneidad, como se le ha respondido, tiene que ver con el asunto: Sucesos que se perciben como simultáneos en la calzada no lo serán en el autobús. Pero la pregunta es cómo mediría la velocidad de la luz. Dispone de una vara de 1 metro, con la que puede medir la distancia en cada caso. Eso no es problema. Ahora dispone de dos relojes. Podría colocar uno al comienzo del trayecto del rayo luminoso, A, otro al final, en el punto B, y restar la hora de salida de la de llegada para obtener el intervalo de tiempo que la luz ha invertido en recorrer ese espacio. La velocidad sería el espacio partido por el tiempo. Pero hay un problema. Tiene que sincronizar los relojes para que el procedimiento funcione. Bien, puede sincronizarlos los dos en A y luego llevar uno a B. Pero no se sabe cómo el transporte de A a B ha podido alterar la marcha del reloj, de modo que eso no vale. Bien, diez metros es poco espacio, podría dejar un reloj e A y otro en B y sincronizar el de B mirando la hora del de A Tampoco vale, porque tendría que restar el tiempo que tarda la luz en recorrer el trayecto (pues la imagen que recibe del reloj en A es luz), y es precisamente la velocidad de la luz lo que quiere medir, de modo que no puede hacerlo (el tiempo sería aquí el espacio partido por la velocidad). Así que…dejamos un reloj y cogemos el espejo. Un único reloj en A y un espejo en B en el que se refleje el pulso luminoso, de modo que el reloj en A mide el trayecto de ida y vuelta a B. Estupendo. Ya lo tenemos. Ahora bien, hemos medido la velocidad de la luz en un trayecto de ida y vuelta, de modo que sólo conocemos su velocidad media en tal trayecto. Supongamos que la calzada está en reposo respecto de un supuesto éter en el que la luz se mueve en todas direcciones con la misma velocidad, c. Entonces la velocidad a la ida sería la misma que a la vuelta, c. Pero el autobús se está moviendo con velocidad v respecto del éter, digamos en la dirección y sentido de A a B, de modo que a la idea tendríamos que contar con la velocidad c+v (vamos al encuentro del espejo) y a la vuelta c-v (pues el espejo se aleja del punto de partida del pulso luminoso). De todos modos, de nuevo la velocidad media de la luz es c. Así que no nos queda otra que afirmar que POR DEFINCIÓN la velocidad a la ida es igual a la de la vuelta, c. Y de repente encontramos con que nos sobra el éter. Vea las pp. 836-838 del texto base de la asignatura."