raven escribió:
Yo prefiero que la pasta esté en mi bolsillo, pero no a costa de privatizarlo todo.
Si no pagásemos impuestos, habría que efectuar privatizaciones. A eso me refería. De todos modos yo no soy partidario de no pagar absolutamente nada de impuestos. Un mínimo sí para las tareas de beneficencia de cara a quienes realmente lo necesiten. Pero lo que está claro es que si todos nos quedásemos nuestro sueldo íntegro, habría que privatizar. Ése es el modelo liberal en lo económico (muy simplistamente). A cambio, eso sí, cada uno sería más libre de hacer con su dinero lo que quisiese. Por ejemplo, la mayoría no tendría problemas para pagar la matrícula de una universidad privada.
raven escribió:
Eso no es cierto, Conrado, no difames. No te dan el carnet si no llamas fachas a los que no piensan como tú.
¿Difamar a quién, a mí mismo?
Pero si me estaba refiriendo a mí en un hipotético caso.
Creo que no me he explicado bien. Vamos a ver. Hoy en día muy poca gente de la que se dice de izquierda es realmente coherente con la ideología izquierdista que dice seguir. La mayoría de "dizqueizdiestas" (falsos izquierdistas o comunistas multimillonarios) simplemente se dicen de izquierda por miedo a ser rechazados por aquellos que, para colmo, tampoco son de izquierda pero que también se dicen de izquierda. ¡La cosa tiene bemoles!. Ser un liberal está muy denostado a día de hoy por las rebañadas y los rencores de turno, que con la crisis se han agudizado. Se odia simplemente al que vive más o menos bien. Y además no importa si se lo ha ganado a pulso. Eso es igual. Además, tampoco los dizqueizquierdistas soportan el sacrificio de los "pirtrafillas" de derecha, todo el día trabajando y/o estudiando. Eso molesta a algunos que, no pudiendo emular a los del mérito y el esfuerzo, deciden simplemente destruirlos. Desde luego que no es el caso de todos los dizqueizquierdistas, pero sí de demasiados.
Aunque para mí lo peor, sin duda, es la cobardía tradicional de la derecha, tal y como el historiador derechista Ricardo de la Cierva explica en su libro
La derecha sin remedio (yo tengo dos ejemplares amarillentos). Básicamente el argumento de fondo es l derecha ha tenido tradicionalmente una especie de síndrome de Estocolmo: "qué malo soy, soy de derecha y capitalista, el rebaño tiene razón, no puedo seguir así, me avergüenzo de ello... y etc.". Algún valiente
periodista ex-comunista también lo ha comentado alguna vez.
Casi nada es lo que parece en politiqueo, y menos aún la supuesta dicotomía derecha-izquierda. Y dado el elevado número de hipócritas que, diciéndose de izquierda, son más capitalistas que
Jesús Huerta de Soto o
Milton Friedman, yo también podría -es sólo un suponer- decirme de izquierda por más anarcocapitalista que fuese en la vida real. La realidad de los hechos da igual en el momento presente en lo que respecta a decirse de izquierda. El estado de hipocresía es tan elevado que para ser de izquierda basta generalmente con decirse de izquierda. Y ya está. Por ejemplo, ¿José Bono es de izquierda? Ja. ¿Y Magdalena Álvarez, que tiene 10 ó 12 pisos, 20 plazas de aparcamiento y etcétera? ¡Venga ya! Es mu fácil decirse de izquierda de izquierda cuando se tiene mucha pasta. Así te quitas de encima al rebaño y encima la gente te quiere. En fin.
Lo dicho. Si digo que soy de izquierda, lo soy por el mero hecho de decirlo (no importa cuántos millones tuviese ni cuántas propiedades). Porque decirse de izquierda o comunista, a día de hoy, no significa absolutamente nada (bueno, en algunos casos denota cobardía). Así es que cualquiera puede ser izquierdista o comunista con tal de decirlo. Mira que la cosa es sencilla. ¡Que da igual lo que uno sea en realidad!. Uno es de izquierda o comunista por el mero hecho de decirlo. Así de sencillo.
Pero eso sí: no verás a nadie decirse de derecha sin realmente sentirlo. Ése es el bando difícil. En la derecha hay mucho acomplejado que va por ahí con eufemismos del tipo "soy de centro", "soy reformista" y etc. En cambio, en la izquierda nadie tiene ningún tapujo de decirse de izquierda e incluso comunista (la propaganda está hecha) porque eso es lo que está de moda decirse en casi toda España. 11 millones de españoles votaron (votamos, ¡cómo nos engañaron!) en las pasadas Generales la opción "reformista". Algunos nos creímos el programa electoral del PP, ¡qué ingenuos!. Pero aun así no verás que ningún derechista -salvo cuatro gatos y uno de ellos soy yo- te diga que es de derecha. O casi nadie. La cobardía y el complejo de siempre (excepciones en el PP: Xavier García Albiol, Cayetana Álvarez de Toledo (mi heroína) o Esperanza Aguirre). Vamos, la derecha sin remedio, como dicen algunos.
Así es que la cosa es muy sencilla: si no quieres problemas y no te importa renunciar a la libertad ni arrodillarte ante algunos liberticidas, entonces te dices de izquierda y arreglado. O mejor aún: comunista (no importa cuántos muertos siga habiendo en nombre del comunismo; da absolutamente igual porque la propaganda está hecha desde 1945). Pero si te sientes de derecha y no quieres ocultarlo porque todavía crees en algo tan utópico como la democracia, so pena de que en la podrida democracia española una muchedumbre de "nenes de mamá y papá" intente acecharte o algo peor (no irán de uno en uno, te lo aseguro), entonces te has de armar de valor y plantar cara a toda ese rebaño totalitario que no admite disidencia ninguna (y demás cabecica poca).
Todo esto es la pura realidad en la mayoría de los rincones de España. Lo fácil es ir de "progre" y de izquierdista por la vida. En Vascongadas, por ejemplo, lo fácil es decirse abertzale. En Cataluña la vida es más fácil para quienes son o fingen ser nacionalistas. Pero como yo soy bastante rebelde y no me da la gana de renunciar a mi libertad de decir ser (lo sea o no) lo que me de la gana, pues nunca ocultaré ni aquí en Cataluña ni en ningún sitio mi sentimiento liberal de derecha y mi absoluto e incondicional apoyo a la unidad de la nación Española (aunque reducida burocráticamente), que es justo lo contrario que una pandilla de cobardes no nacionalistas diría por estos lares.
Por lo demás todos mis respetos e incluso admiración a los cuatro gatos que realmente se sienten de izquierda porque además lo son. Y obran con el ejemplo. Porque las palabras conmueven (soy de izquierda o comunista), pero los ejemplos arrastran (realmente soy de izquierda y lo demuestro con los hechos).
Es realmente encomiable que haya gente capaz de pensar más en el otro que en sí mismo (izquierda). Al menos en el mundo civil. En el religioso, por más que algunos se empeñen siempre en sacar a la luz los pocos trapos sucios que van saliendo, la mayoría de religiosos lo son de corazón y viven realmente con humildad y en comunidad.