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TEMA: La ética y el principio de la oferta y la demanda

La ética y el principio de la oferta y la demanda 04 Abr 2016 23:13 #36185



Puedo entender el escrúpulo moral de quien no comulga con el "modelo económico estándar", con los principios de la oferta y la demanda. Pero no el de aquellos que, reputándose de liberales, califican tal acción de "injusta" o de "muy injusta", el de ese liberalismo que se asusta de sus propias consecuencias.
Es muy definitorio de nuestra sociedad adoptar un sistema y al tiempo rehusar sus reglas. Quizá sea ésta una tensión consustancial a toda forma de asentimiento, ya sea idiológico o religioso, algo así como ser creyente, pero no practicante. Es un conflicto constante, es una negación-afirmación de lo instrumental, una tensión correlativa a la praxis que implica el problema de los fines y de los medios; y de la cual somos incapaces de salir sin caer en contradicciones.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 11:34 #36188

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Hola Boris. Comentaré brevemente qué pienso respecto a la ley de la oferta y la demanda:

Yo creo que la ley de la oferta y la demanda es una ley natural, y para mí lo natural es lo justo, entendiendo como justo no una valoración moral (buena o mala), sino como la verdad o esencia que subyace en dicha ley. Y la verdad natural (no impuesta por el hombre) que subyace en la ley de la oferta y la demanda es, sencillamente, que lo más deseado es lo más valorado.

La ley, por tanto, es justa en sí misma. Lo que sucede es que los colectivos humanos, en base a sus creencias religioso-ideológicas (valoraciones morales), deciden ir contra los principios naturales para decidir qué es justo o injusto; es decir, para decidir, consenso colectivo mediante, qué es bueno y qué es malo.
Última Edición: 05 Abr 2016 11:35 por Herrgoldmundo.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 14:51 #36193

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Herrgoldmundo escribió:
Yo creo que la ley de la oferta y la demanda es una ley natural, y para mí lo natural es lo justo, entendiendo como justo no una valoración moral (buena o mala), sino como la verdad o esencia que subyace en dicha ley. Y la verdad natural (no impuesta por el hombre) que subyace en la ley de la oferta y la demanda es, sencillamente, que lo más deseado es lo más valorado.

Me gusta lo que dice Herrgoldmundo. Supongo que sería posible hacer las siguientes dos analogías.

Morir de apendicitis fue durante mucho tiempo, entiendo, una ley natural. Cuando el ser humano desarrolla el conocimiento para que exista la posibilidad de evitarlo, la ley humana se impone sobre la ley natural, y consideramos justo y bueno evitar esa muerte. Superponemos un criterio moral a una ley natural.

Entiendo que se puede extender lo mismo al caso económico. Superponer un criterio moral a una ley natural, y, si es posible, modificar las consecuencias que impone dicha ley para cumplir con el precepto moral, hacerlo así.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 16:29 #36195

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Sí, quizá lo más deseado será lo más valorado. Pero ello no significa que por tanto sea lo más valioso. Es que lo más valioso no pende únicamente de nuestros deseos.El proceso de estimación no sólo recae en el sujeto que valora sino que también recae en las propiedades reales de la cosa a valorar. Por eso el proceso de estimación o de valoración no es un proceso ni meramente subjetivo ni meramente objetivo sino que supone un proceso de "construcción". No existe un mundo de los valores que repose al margen de los sujetos que valoren como el proceso de valoración no se reduce a un mero acto subjetivo al margen de las propiedades reales de las cosas
Última Edición: 05 Abr 2016 16:38 por elías.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 23:12 #36196

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Elías, no entiendo la diferencia que haces entre valor y valoración (lo más valioso frente a lo más valorado).
Entiendo que llamas valoración al valor que la dichosa ley asigna a las cosas (pues dicho valor depende de la valoración que, como sociedad, hagamos).
¿Qué es para ti el valor, entonces?

Dices que el proceso de valoración no es un mero acto subjetivo. Yo creo que sí, solo que tenemos el condicionante del mercado, la publicidad, que nos dice el valor aproximado de las cosas. ¿Cuánto vale una tele 3D de 50 pulgadas? Yo no quiero una ni regalada, pero supongo que estarán sobre los 700 euros, 200 arriba o abajo. Ahora, que sabiendo esto, igual la puedo vender por 300 o 400 sin mucho esfuerzo. Mi valoración de la tele está sujeta a sus propiedades reales en tanto dichas propiedades me permitan sacar un beneficio (a través de una reventa). Sin un mercado, sin una moneda con un pretendido valor objetivo, sin unas ciertas garantías de que podré cambiarla por algo más útil (más valioso, a mi juicio), esa tele para mí no vale nada. Pero, ¿quién me va a aceptar una tele a cambio de otra cosa más valiosa? El valor objetivo de las cosas cae por su propio peso.


Abulafia escribió:
Entiendo que se puede extender lo mismo al caso económico. Superponer un criterio moral a una ley natural, y, si es posible, modificar las consecuencias que impone dicha ley para cumplir con el precepto moral, hacerlo así.

¿Y cómo vas a modificar las consecuencias que impone la ley de la oferta y la demanda? ¿Cómo vas a cambiar que la gente esté dispuesta a pagar más por las cosas que más desea, y que los comerciantes quieran sacar el máximo beneficio de cada transacción? Como no lo hagas a base de legislación draconiana, no lo creo posible.
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Última Edición: 05 Abr 2016 23:12 por raven.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 23:36 #36197

Herrgoldmundo, coincido contigo en que el principio de la oferta y la demanda está supeditado a leyes naturales. Un posible comprador elegirá, entre diferentes productos, el que le proporcione mayor satisfacción o el que sacie una necesidad, lo cual es una extensión del orden de la naturaleza. Adquirir un producto supone un cálculo que hacemos a propósito de la idoneidad de ese producto para satisfacer nuestras necesidades o nuestros deseos. Un comportamiento común, y de nuevo natural, es que tratamos de elegir el producto que nos proporcione la mayor satisfacción al menor coste.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 05 Abr 2016 23:57 #36198

Hola, elías. Al igual que raven, no creo que pueda medirse objetivamente lo "valioso" y lo "valorado". En todo intercambio, siempre y cuando se dé una situación de libre concurrencia, llega siempre un momento en el que el consumidor juzga que lo que adquiere es lo mejor en relación con el precio por el que lo adquiere: esta operación excluye toda concordancia racional o positiva entre coste y satisfacción en la mente del comprador.
Si le pago a un quiosquero 1,50 euros por el periódico, es porque valoro el periódico en más que los 1,50 euros que le pago. Y, a su vez, el quiosquero valora más los 1,50 euros que el periódico que me vende.

No creo que se pueda hablar de valor objetivo en la economía de mercado, a no ser que se instituya un sistema de precios, y entonces ya no estaríamos en una economía de mercado. Es cierto, como apunta raven, que la publicidad y la inercia crean una suerte de sistema de precios y que, de forma muy imperfecta, podríamos hablar de valor "objetivo". Una cosa está clara: hablar de un valor objetivo es hablar de un valor en el mercado, donde los intercambios se realizan en dinero, que es nuestro verdadero valor de intercambio, en contrapartida al trueque. Pero el intercambio debe ser voluntario y beneficioso para ambas partes, lo cual sólo es posible si el valor es subjetivo.
Y qué criterios seguiríamos para dar con el precio objetivo. ¿Pesos y medidas? El peso no nos da el valor objetivo: un objeto puede seguir pesando lo mismo y cambiar de precio; y tampoco es un criterio para obtener la satisfacción que le debe ser inherente al intercambio, en la medida en que no todas las partes del trato pueden llevarse el objeto más pesado (este argumento es de Rothbard).

Es cierto que existen ciertos estándares para determinar el valor: la duración del producto, su consumo en energía, la fuerza que es capaz de transmitir, lo puro que es... Pero esos marcadores no pueden competir con estas otras medidas: cuánta satisfacción depara, cuánto placer, cuánta sensación de seguridad, cuánta sensación de inmunidad, de potencia, de libertad...

Lo que más se acerca a un posible valor objetivo es el oro: de hecho, se usa como punto de referencia para establecer otros valores, y se le reconoce un valor intrínseco; pero, si podemos determinar el valor del dólar en relación con el oro, ¿con qué relacionamos el oro para fijar su valor?

En fin, para hablar de valor "objetivo" tenemos que suponer, o bien que algo es valioso por naturaleza, o que lo es por consenso, o que existe un método racional de acuerdo con el cual la gente sabe cómo clasificar las unidades de bienes de menor a mayor valor, o la inversa; pero eso no es así: el criterio no es lo valioso, sino la "preferencia": la gente juzga las cosas como menos satisfactorias o más satisfactorias. La gente valora objetos de forma diferente. La preferencia mide directamente el valor de intercambio en el mercado.
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Última Edición: 06 Abr 2016 00:02 por Boris de Mountbatten.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 06 Abr 2016 08:31 #36199

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Hola a todos

Yo no he dicho, equivocadamente o no, que exista un mundos de los valores independiente del sujeto que valora (valores objetivos) como también he dicho que el mundo de los valores sea un mundo creado únicamente por la subjetividad humana (valores puramente subjetivos). He dicho que los valores son “construcciones” humanas, y por tanto, un proceso (estimación) en el que participa tanto la subjetividad humana como “participan” las propiedades reales de las cosas que hemos de valorar.

Dices, Boris: “Es cierto que existen ciertos estándares para determinar el valor: la duración del producto, su consumo en energía, la fuerza que es capaz de transmitir, lo puro que es... Pero esos marcadores no pueden competir con estas otras medidas: cuánta satisfacción depara, cuánto placer, cuánta sensación de seguridad, cuánta sensación de inmunidad, de potencia, de libertad...”

Sí, pero es que la sensación de inmunidad, de potencia, de libertad, de placer o de seguridad no es la misma si nos subimos a un seiscientos que si nos subimos a un porsche. Por supuesto que el ser humano valora (polo subjetivo) una serie de aspectos pero no los valora desde una mera subjetividad sino que los valora apoyándose en las propiedades reales de las cosas (polo objetivo).

Dices, Raven: “Elías, no entiendo la diferencia que haces entre valor y valoración (lo más valioso frente a lo más valorado).
Entiendo que llamas valoración al valor que la dichosa ley asigna a las cosas (pues dicho valor depende de la valoración que, como sociedad, hagamos).
¿Qué es para ti el valor, entonces?”


Supongo que tu pregunta se debe al hecho de haber dicho: “Sí, quizá lo más deseado será lo más valorado. Pero ello no significa que por tanto sea lo más valioso”.

A lo largo de la historia de la axiología (valores) han existido tres teorías fundamentales. Una teoría objetivista que nos dice que existe un mundo de los valores independiente del sujeto de valorar. En esta teoría el ser humano no tenía que crear los valores sino descubrirlos. Era mediante una intuición racional como se captaban dicho mundo de los valores. Esta ha sido la teoría más aceptada durante la historia de Occidente.

Con la modernidad surge una teoría subjetivista (emotivismo) en relación a dicho mundo de los valores. Ahora se considera que no existe un mundo de los valores independiente del ser humano sino que se considera que dicho mundo es “creado” por la subjetivad de los individuos mediante unos supuestos órganos internos. Esto órganos internos serían los denominados sentimientos. Y así habría unos sentimientos para lo bello (sentimientos estéticos) como para lo bueno (sentimientos éticos).
Para el emotivismo los valores son irracionales, es decir, no se puede dar razón alguna de ellos. Esa es la razón por la que se considera, y a raíz de la modernidad, que los valores deben quedar recluidos en el ámbito de lo privado. Cada individuo posee sus propios sentimientos y no existe una razón (por ser irracionales) que pueda discriminar entre unos y otros valores.

El constructivismo lo que trata es de establecer un puente entre la objetividad y la subjetividad. Nosotros valoramos en función de nuestros intereses. Esta cuestión pasaba totalmente desapercibida en la teoría objetivista de los valores. Pero eso sí, nosotros valoramos también en relación a las propiedades reales de las cosas. El hombre es un ser-en-el-mundo y por tanto no es un ser al margen del mundo como el mundo no es un ser al margen del hombre. Ni existe un mundo al margen del hombre (teoría objetivista) ni existe un hombre al margen del mundo (teoría subjetivista).
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 06 Abr 2016 08:31 #36200

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raven escribió:
¿Y cómo vas a modificar las consecuencias que impone la ley de la oferta y la demanda? ¿Cómo vas a cambiar que la gente esté dispuesta a pagar más por las cosas que más desea, y que los comerciantes quieran sacar el máximo beneficio de cada transacción? Como no lo hagas a base de legislación draconiana, no lo creo posible.

La respuesta está en el primer mensaje de este tema, de Boris de Mountbatten.
Puedo entender el escrúpulo moral de quien no comulga con el "modelo económico estándar", con los principios de la oferta y la demanda. Pero no el de aquellos que, reputándose de liberales, califican tal acción de "injusta" o de "muy injusta", el de ese liberalismo que se asusta de sus propias consecuencias.

La paradoja existe para aquellos liberales que consideran injusta la situación original que se planteaba. Yo la considero injusta, no comulgo con el "modelo económico estándar", y para el caso concreto dado, de las palas de nieve, preferiría que el precio no lo marcase la oferta y la demanda. Pero mis preferencias se alejan del tema de la paradoja que tan bien ilustró.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 06 Abr 2016 09:06 #36201

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Hasta la llegada de la modernidad lo que se imponía era el precio justo o justiprecio. Es decir, se consideraba que existía un precio justo aunque fuera muy difícil de determinar. A parte de los imponderables que hacían variar el precio de las cosas existía una intención por parte del vendedor de vender más caro el producto mientras que la intención del comprador era comprar más barato (por debajo del justiprecio) dichos productos. Para ello se creó la figura del regateo. Lo de la ley de la oferta y la demanda vino mucho más tarde. De hecho en multitud de países sigue vigente la concepción del regateo y del justiprecio. Y si digo todo esto es para oponerme a la existencia de una presunta ley natural de la oferta y la demanda.

Ahora bien, si se acepta una ley no natural como el de la oferta y la demanda que se acepte con todas las consecuencias. Pero dicha aceptación no compete únicamente a los compradores sino también a los vendedores.
En España, por ejemplo, se diga o no, las compañías petrolíferas “pactan” el precio de venta de la gasolina. ¿Dónde está ahí la ley de la oferta y de la demanda? Todos sabemos que el Estado interviene a la hora de fijar los precios o de beneficiar a unas compañías frente a otras. Claro, si después de saber todo esto se me dice, y frente a una catástrofe, por ejemplo, que ahora los productos de primera necesidad se triplican por la ley natural de la oferta y de la demanda pues entenderán que agarre por el cuello al que eso me dice y…..
No nos engañemos, el modelo económico estándar no está basado en una real ley de la oferta y de la demanda. ¡Ah! y si cae una entidad financiera pues que caiga y que no se le rescate en base a esa pretendida ley natural de la oferta y la demanda.
Es decir, quien quiera defender esa sacrosanta ley de la oferta y de la demanda que lo haga pero que sepa que el estado tiene que ser lo menos intervencionista posible. Y cuando las cosas le vengan mal dadas a aquel que defiende dicha ley pues que no vaya después a papá-estado a pedirle que tenga misericordia de él.
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