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TEMA: La ética y el principio de la oferta y la demanda

La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 11:21 #36214

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La cuestión, tal como se plantea en la encuesta del principio, es muy equívoca.

Mi padre me contaba este chascarrillo:

"Devoto: Padre, cuando rezo, ¿puedo fumar?
Director espiritual: No, hijo mío, debes tener todos tus sentidos puestos en Dios."

"Devoto: Padre, cuando fumo, ¿puedo rezar?
Director espiritual: Por supuesto, hijo mío, cualquier momento y lugar es bueno para dirigirse a Dios."

Quiero decir, que la pregunta de la encuesta debería haber sido la siguiente:

"Analice estas dos situaciones. 1) Un tendero, aprovechando que se produce una inesperada gran nevada, sube el precio de las palas para la nieve, y, mientras antes las vendía a 15€, pasa a venderlas a 20€. 2) Un tendero, escuchando por la TV que va a haber una gran nevada, hace acopio de palas, cuyo precio normal es de 15€. Pero las previsiones meteorológicas no se cumplen y el tendero, para quitarse de encima la mercancía, las tiene que vender de oferta a 10€. ¿Considera el estado de cosas configurada por estas dos situaciones, conjuntamente: Perfectamente lícita, Aceptable, Injusta o Muy injusta".
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


Jesús M. Morote
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Última Edición: 07 Abr 2016 11:22 por Nolano.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 11:34 #36215

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Claro, Boris, pero el problema es que habría que partir de las filosofías de la facticidad y desde ellas remontarse, si se puede y hasta donde se pueda, aunque al final, y muy posiblemente, haya que dar un salto hacia lo trascendente en vez de partir desde lo trascendente.

Si se parte de la certeza de que el orden ya está dado y de que sus principios son comprensibles pues entonces la cosa es muy sencilla. Pero al día de hoy ese tipo de filosofías ya están periclitadas. Es que partir desde esas filosofías es aceptar un dualismo que yo al menos no estoy dispuesto a aceptar. Sería partir de la existencia de un mundo previo e independiente al ser humano, el cual tendría que ajustarse al mismo, y no de la existencia de un ser-en-el-mundo. En ese tipo de filosofías no suele tenerse en cuenta la libertad humana. La dimensiones emocionales y volitivas quedan eliminadas o capitidisminuidas en aras de una presunta ley natural que no tiene en cuenta la felicidad personal. O mejor dicho, la felicidad personal consistiría en ajustarse a esa ley natural más allá de los intereses, emociones, deseos y voliciones de todos y cada uno de los seres humanos.

Cada hombre tiene que construirse su propia vida. Lo cual no significa incurrir en un craso relativismo. Es que no todos los valores como no todas “las vidas” son igualmente válidas. Eso sí, esa validez no está dada a priori sino que es fruto de la experiencia personal, social e histórica. El hombre va postulando nuevas formas de estar en la realidad que tendrán que ser “experienciadas” tanto a nivel personal, social como histórico. No existe un camino ya trazado al cual se tengan que ajustar los seres humanos sino que son estos, y desde la realidad, los que tendrán que esbozar esos nuevos caminos y experienciarlos. Y será la razón histórica y la biográfica la que dé o quite la razón sobre aquellos modos de estar en la realidad esbozados.

El comunismo fue la postulación o el esbozo de una nueva forma de estar en la realidad. Y en tanto que realidad postulada se trataría de un ideal. Ahora bien, ese ideal deberá de ser experienciado a través de la realidad histórica y personal. Y será ésta la que quite o dé la razón de aquel ideal o de aquella forma de estar en la realidad.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 12:47 #36216

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Analicemos estas dos situaciones. 1) Un tendero, aprovechando que se produce una catástrofe, sube el precio de los productos de primera necesidad
2) Un tendero, escuchando por la TV que puede que se produzca una catástrofe natural hace acopio de productos de primera necesidad. Pero las previsiones fallan, y aún siendo productos de primera necesidad, las tiene que poner a la venta por un precio más bajo del precio de compra. ¿Considera el estado de cosas configurada por estas dos situaciones, conjuntamente: Perfectamente lícita, Aceptable, Injusta o Muy Injusta.

¿Dependerá para un buen análisis de las situaciones el discernir de entre los diferentes objetos puestos a la venta aquellos que son necesarios para llevar a cabo una vida buena? ¿Los productos de primera necesidad (ya sean alimentos o fármacos) deberían de estar regulados por la ley de la oferta y la demanda? ¿Es lo mismo que suba el precio de una pala o de un porsche un 20% que el que suba dicho porcentaje en la cesta de la compra o en un fármaco que nos pueda salvar la vida? ¿Pero es que todo debe de estar regulado por la ley de la oferta y de la demanda independientemente de que muchas veces dicha ley sea también sea perjudicial para los vendedores, independientemente de que actúen intentándose o no aprovechar de las desgracias humanas?
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 14:10 #36217

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Al final, y como siempre, se trata de si la economía o el derecho positivo deben de supeditarse o no a la moral o por el contrario deberían de ser ciencias autónomas.
Eso sí, suele decirse por parte de muchos que defienden una determinada ciencia económica que únicamente se trata de eso, a saber, de una ciencia. O dicho de otra forma, que la ciencia que ellos practican está exenta de cualquier tipo de valores o de ser axiológicamente neutra. Y esto último es lo que es radicalmente falso. Toda ciencia económica está orlada o entreverada de valores se sepa o no, o se quiera o no.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 14:42 #36218

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Boris escribió:
En efecto, elías, es importante tratar de alcanzar un consenso de mínimos, una definición compartida de "ley natural", aunque es ardua tarea. A esa concepción se llega partiendo de la certeza de que el orden ya está dado (kósmos), y sus principios son inteligibles: es preciso descubrirlos y ceñirse a ellos (teoría objetivista). Son inmutables, emanan de la naturaleza que es la generadora de todas las cosas. Tal orden sería el mejor posible.

Creo que reconocer el valor de una ley natural, ya dada, supone mayor dificultad que la de inteligir (interpretar) la realidad a través de la razón, es decir, a través, presuntamente, de un análisis objetivo.
Para mí toda intelección (aprehensión de la realidad) es una interpretación y, por muy objetiva que ésta se pretenda, y en tanto que interpretación (imagen) en la conciencia, dicha aprehensión de la realidad nunca podrá estar exenta, como bien señala Elías, de componentes más irracionales (sentimientos, emociones, voliciones...) inherentes al ser-en sí de la propia conciencia.

La conciencia, de hecho, es un instrumento o medio para evaluar e interpretar la realidad, y en tanto que medio no puede evitar, al aprehender la realidad, hacerlo desde su particular ser-en-sí.
¿Qué es el particular ser-en-sí de la conciencia? Pues es su esencia, lo que es la conciencia en sí misma: razón, sentimientos, emociones, deseos, voluntad...

Por eso estoy de acuerdo con la teoría subjetiva de los valores, porque toda conciencia es en-sí misma particular y subjetiva.
¿Cómo se construyen, entonces, los valores morales que han de servir de guía a los colectivos humanos a partir de una multiplicidad de conciencias subjetivas?

Como bien señala Boris: descubriendo los principios de la ley natural.

Ahora bien, dicha tarea no le es permitida a la generalidad de las conciencias; es una labor reservada para el Dasein auténtico, para los pastores del Ser o para los aristos, como se prefiera.
Sin embargo, el Dasein auténtico (pastor del Ser) también tiene su propia conciencia subjetiva, es decir, una conciencia o ser-en sí condicionada por sus propios sentimientos, emociones, razones y deseos que, inevitablemente creará una imagen de la realidad (cosmovisión) de acuerdo con su propia idiosincrasia apriorística (notas psico-orgánicas según Zubiri o, como yo prefiero denominarla, determinación psiconeurológica).

Ahora es cuando tiene razón Elías: la ley natural, descubierta por una conciencia inevitablemente subjetiva, necesita normativizarse, es decir, servir de regla general para el Dasein histórico y servir (valer) como ley moral. Pero, entonces, se produce una lucha entre conciencias auténticas, pues cada pastor del Ser intenta imponer su, digamos, transvaloración de la ley natural a ley moral.

Dicha lucha jamás podrá resolverse apelando a la implantación de la mejor moral, pues no existe la mejor moral; cada conciencia auténtica sostendrá que la suya es la mejor moral.
Llegados a este punto solo caben dos soluciones a nivel colectivo que atañen al Dasein histórico: dirimir dicho conflicto a través de una guerra o construir puentes (consenso mediante) para implantar unos valores que contenten la mayoría de las subjetividades individuales vinculándolas a una verdad o conciencia construida.

Sin embargo, algunos Dasein individuales, como el que suscribe, no están dispuestos a aceptar ni el dictamen de una guerra ni los consensos cocinados de quienes se aprovechan de la democracia para hacer pasar una conciencia de opinión (dogmática) por conciencia auténtica. Por eso solo les queda, nos queda, apelar a la sagrada libertad individual para, al menos, intentar ser auténticos dentro de la inautenticidad normativizada.
Última Edición: 07 Abr 2016 14:45 por Herrgoldmundo.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 16:26 #36219

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Lo que Herrgoldmundo ha llamado "ley natural" (la ley de la oferta y la demanda) yo lo formularía de otra manera, siguiendo a Von Mises.

Más que una ley natural sería un principio a priori del comportamiento humano: entre dos cursos de acción, el sujeto siempre elegirá el que le produzca mayor beneficio, menor coste o, habiendo ambas cosas, el mejor saldo beneficio-coste.

Hace un tiempo había un anuncio en TV, en el que aparecían unos niños con dos mesas, una hasta los topes de chucherías y otra con unas pocas. El niño, indefectiblemente, prefería la mesa llena antes que la medio vacía. La gracia del asunto, o el gancho publicitario, estaba en que todo el mundo daba por supuesto que esa sería la elección del niño. Si todo el mundo da eso por supuesto, es porque piensa que hay un principio universal del comportamiento humano; o una "ley natural", como la llama Herrgoldmundo, aunque a mí no me gusta llamar "ley" a eso (ni a las denominadas "leyes" científicas, como hemos discutido largo y tendido en otros hilos del foro que Elías recordará perfectamente).

Entonces, Elías, lo que dices de los medicamentos, por ejemplo, está muy bien. Pero es sumamente dudoso que alguien se ponga a hacer investigación médica o farmacológica si no obtiene algún beneficio. Si no lo obtiene (o el saldo beneficio-coste es negativo), se dedicará a otras cosas que sí le proporcionen beneficio. Y, lógicamente, por beneficio no entiendo euros contantes y sonantes, sino "satisfacción" (que cada uno obtiene de lo que le gusta y le disgusta, que para eso cada uno es cada uno).

Desde luego, podemos optar por el principio autoritario de reparto de recursos y bienes, en vez del mercado. Es una opción, y no tengo nada en contra, siempre que se diga claramente que se quiere un régimen de autoridad y no uno de libre mercado. Ya hemos hablado suficiente sobre que cada uno tiene su opinión política y eso filosóficamente no tiene "chicha" ninguna, porque es de imposible justificación.

Lo que no podemos hacer, querido Elías, es sostener que cuando el tendero gana es un ladrón y cuando pierde es la cosa más justa del mundo. Por eso, si se pregunta a la gente hay que preguntarle por el paquete completo (mercado o economía de dirección centralizada autoritaria), no solo por una situación en la cual el tendero gana, dejando oculto que el tendero también puede perder en su actividad económica de vender palas.

Lo que realmente llega a ser cansino es la insistencia de algunos en querer llevarse lo bueno del mercado, sin asumir los riesgos que este conlleva. O sea, pretender ganar siempre.
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Última Edición: 07 Abr 2016 18:10 por Nolano.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 07 Abr 2016 18:49 #36220

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Nolano, por supuesto que es sumamente dudoso que nadie se ponga a hacer investigación médica o farmacológica si no obtiene algún beneficio. Pero lo que considero que no alberga ninguna duda es que especular con ello es considerado por casi todos los seres humanos como algo inmoral. Porque el problema está en la especulación. Y creo que es una consideración un tanto cándida y utópica el defender la creencia de que se podrá alcanzar un estadio en el que la ley de la oferta y de la demanda se autoregule a sí mismas al margen de los grupos de poder. Y para defender esto último apelo igualmente a ese principio a priori del comportamiento humano.

Dices Nolano que podemos optar por el principio autoritario de recursos y bienes, en vez del mercado. No sé, da la sensación de que el mercado puede ser más despótico, autoritario y despiadado que ese principio autoritario de recursos y bienes. Otra cosa es que se diga que ese no es mercado al que uno aspira. Bien, de acuerdo. Pero también se podría aducir que no es ese el principio autoritario de recursos y bienes que uno desea.

Y sí, tienes toda la razón Nolano. De hecho yo también lo he denunciado con anterioridad. No se puede satanizar a ninguna clase trabajadora o a ninguna persona trabajadora como no se puede santificar a ninguna clase trabajadora o a ninguna persona trabajadora. De hecho puede ser más honesto, trabajador y verdaderamente emprendedor un empresario que el vago de uno ( o muchos) de sus asalariados.

Y sí, puede ser llegar a ser cansino la insistencia de algunos en querer llevarse lo bueno del mercado sin asumir los riesgos que éste conlleva. Es más, a mi que no me gusta ese sistema que muchos defienden me da mucha pena cuando un empresario emprendedor y honesto se arruina a pesar de que sepa que ello puede ocurrir. Y yo, al menos yo, no tengo ningún inconveniente que en esos casos la sociedad ayude a ese empresario arruinado para que no se queda tirado en una cuneta por el mero hecho de haber “fracasado” aunque supiera que ello podía ocurrir. Otra cosa sería que ese empresario, y me da igual que se tratara de un asalariado suyo, quisiera vivir por encima de sus posibilidades y derrochando todo lo que tiene. Entonces sí que me molestaría tener que rascarme el bolsillo para tener que pagarles el que no se quedaran tirados en una cuneta. De hecho les sacaría de la cuneta pero de paso les pediría que a cambio limpiasen al menos la cuneta. Vamos, que de gratis tampoco.
Última Edición: 07 Abr 2016 18:51 por elías.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 08 Abr 2016 11:15 #36222

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Acepto la corrección y/o matización de Nolano sobre el concepto de "ley natural".
En cualquier caso, el sentido que ambos pretendemos darle, creo, es el mismo o muy parecido: ley o principio que es justo, en tanto que es universal y verdad en sí mismo.

Yo señalé que la ley de la oferta y la demanda era justa, pues se justificaba a sí misma desde el principio universal de que "lo más deseado es lo más valorado".
Sin embargo, me gustaría ir más lejos todavía en mi reflexión, para señalar que dicha "ley natural" es la ley propia o inherente al Mercado. ¿Y qué es el Mercado sino esencialmente riesgo? Riesgo que asume no solo el comprador, sino también el vendedor, durante la transacción o compra-venta de productos y bienes.

El Mercado, por tanto, también se me antoja justo y natural, porque en él se manifiesta el Ser tal cual es; es decir, se manifiesta a través de la incertidumbre, igual que como se manifiesta, también, en la propia Naturaleza.

Para mí, Naturaleza, vida y Ser son equivalentes, pues lo que les determina es el riesgo. La esencia del Ser, como suelo repetir cansinamente, radica en ser-para perdurar en el tiempo, es decir, radica en la voluntad de conservarse (seguir siendo) y aumentar (mejorarse y crecer).
El Mercado sería, para que nos entendiésemos, una manifestación más de la Naturaleza o de los principios o leyes naturales que la rigen y determinan.

El problema que se le plantea al Dasein, que también es un ser-en riesgo o arrojado a la incertidumbre vital, es cómo superar la incertidumbre vital minimizando y/o controlando el riesgo.
¿Cómo resuelve el Dasein dicho problema vital?
Pues lo resuelve creando o descubriendo valores que justificará como verdaderos y, por tanto, los más buenos y justos, para superar sus circunstancias adversas.

Y llegados a este punto aparece otro problema: ¿qué valores son los mejores para superar el riesgo y las incertidumbres vitales, o del Mercado, como en el caso que nos ocupa?
Ahora será cuando, dependiendo de la clase de hombre que seamos, optaremos por superar el riesgo a través del ejercicio de nuestra libertad o apostando por la seguridad.

¿Cuál es el problema de apostar por la seguridad (intervencionismo del Mercado?

Pues caer en los diferentes particularismos posibles, es decir, intervenir a favor del vendedor (en muy contadas ocasiones) o en favor del comprador (discriminación habitual en sistemas socialistas).

Como bien señaló Nolano, todo el mundo parece mostrarse sensible ante la inseguridad del comprador, pero casi nadie empatiza con el vendedor, el cual también asume riesgos y está sujeto a las incertidumbres del Mercado.
Y los riesgos que asume el vendedor no provienen tan solo de la propia ley del mercado, lo cual no podría tildarse de injusto, sino que, además, el vendedor tiene que entablar competencia con otros vendedores y, peor aún, en sistemas muy intervencionistas incluso deberá soportar la competencia desleal de las administraciones del Estado.

Imaginad la siguiente situación:

Al vendedor de palas del ejemplo traído por Boris no solo no se le cumplen sus expectativas (esperaba una gran nevada, como señaló Nolano, que no tuvo lugar) sino que, además, otro vendedor, que también había hecho acopio de palas, rebaja más que él los precios de su mercancía.
Pero ahí no acaba todo: nuestros dos comerciantes, sometidos a la competencia entre ambos, además tienen la desgracia de vivir en una comunidad socialista, donde los buenos e intervencionistas políticos, para mitigar el sufrimiento de la población, deciden vender palas a 2 dólares: todo sea por el bien común.

Consecuencias: los dos vendedores de palas se arruinan, pero es que, más grave aún, los hechos han dejado bien claro un mensaje: no sale a cuenta vender palas en esta comunidad.
Última Edición: 08 Abr 2016 11:26 por Herrgoldmundo.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 08 Abr 2016 11:55 #36223

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Herrgoldmundo escribió:
Ahora será cuando, dependiendo de la clase de hombre que seamos, optaremos por superar el riesgo a través del ejercicio de nuestra libertad o apostando por la seguridad.
¿Cuál es el problema de apostar por la seguridad (intervencionismo del Mercado?


Estoy bastante de acuerdo contigo, Herrgoldmundo, en tu planteamiento general. No obstante, me permitirás seguir haciendo observaciones para ampliar las perspectivas de un problema bastante complejo, aunque algunos frivolicen y se instalen en una simplicidad cómoda y tranquilizadora de conciencias biempensantes.

Pienso que también la minimización de la incertidumbre (y del riesgo por tanto) es un principio de la acción humana (otra cosa es que el "coste" de la incertidumbre pueda resultar compensado en ciertos sujetos, por el "beneficio" de la excitación emocional que conlleva el riesgo).

En lo que no estoy de acuerdo es en ese falso dilema que expones, llevado, me parece, por el pensamiento único que (¡quién lo iba a decir!) te ha abducido en esta cuestión, consistente en resolver el dilema libertad/seguridad mediante las soluciones políticas institucionales de Mercado/Estado. No hay tal, si se piensa bien la cosa.

Como punto de partida hay que considerar que, si existe un principio de la acción humana, por mucho Estado que haya, el principio va a seguir rigiendo la acción humana, se ponga el Estado como se ponga.

El mercado atiende perfectamente también ese deseo de seguridad, que acabo de reconocer como principio de la acción. Para eso se ha creado la figura del seguro, conocida por todos y que mueve ingentes cantidades de dinero en cualquier economía desarrollada.

Entonces planteo: ¿qué es más seguro: tener un plan privado de pensiones o confiar en la Seguridad Social? Esto último sí que es un ejercicio de riesgo. La cosa está clara desde el momento en que se tiene que implantar la cotización a la SS como impuesto coactivo, porque si no todos se harían seguros privados y nadie cotizaría.

O sea, que el Estado no proporciona seguridad alguna. Si yo pago un seguro privado, la compañía aseguradora está obligada a tener materializadas en activos las contingencias por compromisos futuros de pago de indemnizaciones. ¿Dónde están materializadas las obligaciones de pago que se me van a tener que dar a mí como pensión cuando me jubile? Se espera pagar mi pensión con las cotizaciones de los trabajadores del futuro. Eso sí que es especulación financiera a gran escala: un timo piramidal.

El que llame a eso seguridad, es que está ciego.

Es decir, que el mercado proporciona más seguridad que el Estado, tal como yo lo veo.
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Última Edición: 08 Abr 2016 11:58 por Nolano.
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La ética y el principio de la oferta y la demanda 08 Abr 2016 11:57 #36224

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Creo que por puro desconocimiento filosófico de mi parte, tengo muchas dudas sobre lo que estamos llamando ley natural. Para mi ley natural sería aquella que de ningún modo y bajo ninguna circunstancia variará. Mucho me temo que jamás lograremos que dos cargas eléctricas del mismo signo se atraigan.

Cierto es que, incluso en Física, a medida que los sistemas son más complejos, encontramos leyes o patrones, que, si bien no son tan claros o tajantes como el caso anterior, podría considerar como leyes naturales. Sin embargo, extender esta consideración a la oferta y la demanda se me antoja algo excesivo.

Por otra parte, si todos estamos de acuerdo en aceptar que en una economía puramente liberal, nadie debería quejarse porque el vendedor subiese el precio de las palas de acuerdo a hechos manifiestos o incluso a expectativas, no deberíamos de hablar de comunidad socialista aquella en la que el Estado vende palas haciendo competencia a a los comerciantes. Eso será una comunidad mixta, pero si es estrictamente socialista, las palas deberían pertenecer a la comunidad (que probablemente se camufle como Estado). Incluso me atrevo a decir que las palas serían un medio de producción, algo que en la tradición marxista, debería ser de propiedad colectiva, con lo que no existiría esta paradoja. Es más, atendiendo a la predicción meteorológica, la comunidad podría intentar hacer un reparto lo más eficiente posible de las mismas (ese tipo de cosas que debería haber hecho el Gosplan, pero eso es harina de otro costal... ;) ).

Creo que hay dos conceptos que rondan por aquí y que, tal vez, hasta puedan pelearse entre ellos (sin ser yo, Dios me libre, quien decida a favor de uno u otro). Libertad y propiedad. Parece que damos por sentado que es fundamental tener en propiedad las palas, que alguien debe comprarlas y otro venderlas (o alquilarlas). Las alternativas de propiedad colectiva, en este caso, me parecen más libres y más seguras.
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