Luminous escribió:
Hola.
En el apartado 3.3. "¿Qué me es dado esperar?" del tercer capítulo de "La aventura de la moralidad", se habla en las primeras líneas de que Kant considera que no puede ser en vano el esfuerzo moral del hombre y que por eso defiende la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Sin embargo, a mí esto me parece contradictorio con su misma máxima de que a una acción moral nada puede añadir ni mermar la posterior recompensa.
Quizás estoy obviando algo, pero...¿Esto no aleja a su ética de ser verdaderamente deontológica?
Leyendo ese capítulo sobre Kant no me acaba de quedar claro el concepto que tiene de Dios y si, como yo interpreto, defendía una especie de reino posterior a la muerte posiblemente jerarquizado dependiendo de nuestra conducta moral.
Esa es una muy buena pregunta.
La ética kantiana es realmente muy difícil de interpretar. Hace más de 10 años hice uno de mis trabajos obligatorios de Historia de la Filosofía Moderna sobre el postulado kantiano de la inmortalidad del alma (tienes dicho trabajo en la zona de descargas del Foro, si te interesa).
En el fondo la división de las corrientes filosóficas de Ética en dos grandes ramas, la Ética eudemónica (de la felicidad) y la Ética deontológica (del deber) puede servir como una primera aproximación, pero es una gran simplificación que no se ajusta bien a los matices de las diferentes posiciones de los filósofos morales.
Por ejemplo, además de la duda que planteas sobre la deontológica de Kant, se puede uno plantear hasta qué punto la Ética de Aristóteles propugna la búsqueda de la felicidad, por cuanto esta solo se da en el seno de la "polis", de la sociedad, y lo que se busca no es una felicidad individual, sino una especie de felicidad común o "política", aunque eso pueda conllevar cierta infelicidad o sacrificio del ciudadano, pues todo se supedita al "bien común". Y esto en cierto modo emparenta a la Ética aristotélica con la Ética kantiana, en la medida en que esta busca la realización de un "reino de los fines" (en el que realmente se podría encontrar la felicidad, solo en cuanto tal "reino" sería rigurosa y profundamente moral).
Quizá la única Ética realmente eudemónica (en el sentido de que busca la felicidad individual del sujeto moral, prescindiendo de cualquier vertiente comunitaria) sea la de Epicuro.
En fin, asunto muy complejo y difícil de simplificar.