Maffesoli escribió:
Retomo este hilo porque ahora mismo tengo tal crispación que necesito soltarla por algún lado. Llevan toda la semana, en el foro de la asignatura de Ética II, quejándose sobre la complejidad del manual. Opinión lícita, por supuesto, pero quizás impaciente, considerando que estamos en la primera semana del curso. Lo que no me parece ni medio normal es que la conversación entre compañeros (que incluye faltas de respeto y hasta burlas directas al Equipo Docente) haya derivado en la propuesta de elevar una queja formal a la sección del PDI de la UNED por la recomendación de un manual inapropiado.
A mí traedme una tila como poco, porque si yo como docente leo ese hilo de mensajes no sabría ni cómo comenzar a responder. Y vale, sí: a veces las comparaciones son un agravio y los profesores de esta asignatura no son los más activos en los foros, pero de ahí a cuestionar en la primera semana del curso la validez de la bibliografía siendo un alumno de primer curso… de verdad: que pare ya esta crispación, porque por mi salud mental creo que voy a dejar de entrar en los foros. El nivel de arrogancia y de prepotencia que desprenden la mayoría de mensajes me resulta muy ofensivo y crispante.
Suscribo cada coma. No entiendo la crispación que se está generando en ese foro, ni mucho menos los aires que se están dando los alumnos. Creo que la humildad es una grandísima cualidad que cada vez abunda menos, y que no se ha caído en la extraordinaria paradoja que supone que se den este tipo de actitudes en una asignatura que lleva por nombre "Ética".
Si se hubieran molestado en acudir a la clase que el profesor Carlos Gómez dio la pasada semana, podrían entender el espíritu de la asignatura, la evaluación... en fin, la intención. Además, cada profesor es un mundo, y esa diferencia entre unos y otros (dentro de lo lógico, claro) es de agradecer, pues te permite aprender desde diferentes puntos de vista y/o métodos de estudio.
Por mi parte, estoy dejando de entrar en foros porque se han vuelto en nidos de preguntas absurdas, enfadadas, redundantes e innecesarias, en lugar de espacios para el diálogo y la construcción colectiva. El individualismo del siglo XXI ha llegado (incluso) aquí....