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TEMA: ¿Cuándo se es persona? (La gemelación)

¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 01:04 #27925

  • Tasia
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No existe algo así como "el concepto filosófico de persona". Hay muchos conceptos propuestos por filósofos, y muchos conceptos propuestos por científicos, juristas u otros, y tales conceptos forman parte también de un debate filosófico.

Elías, tal vez tu argumento sea una petición de principio. Cuando se te pide que justifiques la existencia de esa realidad ontológica diferenciada llamada "persona", tengo la sensación de que apelas a la evidencia de su existencia: ¿qué quieres decir con que la persona es una realidad en sentido trascendental?, supongo que con eso quieres decir que es algo que tenemos que aceptar a priori, de modo presupuesto.

La tesis de Kierkegaard es antimetafísica en el sentido de que sostiene que todos los conceptos son convencionales, incluído el de "persona". Y yo comparto que no hay ninguna realidad trascendental, ni ninguna sustancia previa a la conceptualización de la misma. Y, como no hay acuerdo en la comunidad lingüística sobre el concepto de "persona" en los casos límites (como el del feto o el de los animales), no se puede partir de la aceptación a priori de la "persona" en dichos casos.

He hablado de los derechos humanos, porque con respecto al concepto de persona, y con respecto a la fundamentación de los mismos, utilizamos un "a priori", es decir, partimos de la ficción de que tales derechos son previos a cualquier convención y de que el reconocimiento de la persona (y su dignidad) es algo previo a cualquier conceptualización. Esto nos permite no cuestionarlos y considerarlos por encima de cualquier debate social. La consideración del concepto de "persona" como algo trascendental nos permite garantizar mejor la dignidad y salvaguardar los derechos humanos.

Sin embargo esto no rige para los derechos aún por conquistar, ni para los casos límites del concepto de persona. En ellos no podemos partir de esa ficción, de ese "a priori". Estas cuestiones polémicas ponen en evidencia el caracter convencional de los conceptos "metafísicos", y la importancia de las definiciones. El concepto de persona siempre estará abierto, y los derechos no están completamente al margen del debate social. Y aceptar el caracter convencional de los derechos humanos en los casos límite es lo que nos permite ampliarlos y construir una sociedad más ética cada vez.

Yo no considero (tal vez a diferencia de Kierkegaard) que las reflexiones sobre cuándo se es persona sean irracionales para la filosofía, o que la cuestión de "la persona" quede al margen del alcance de la razón. Lo que creo es que las respuestas a este debate dependen del concepto de "persona" que se adopte y que esta es una cuestión que no puede resolverse eludiendo el debate social y apelando a categorías presuntamente "objetivas" y "evidentes" como "sustancia", "unidad esencial", "realidad ontológica", o a un "a priori".

Hoy el cigoto no encaja en el núcleo del ramo de las definiciones del concepto de persona, sino que es un "caso límite", pero el debate es útil e interesante, porque ese debate podría mover el núcleo en el futuro. Puede que lo que hoy se considera un caso límite (pongamos el estatuto de los animales como personas) en el futuro modifique la mayoría de las definiciones de "persona".

Por tanto, mientras nadie pretenda estar en posesión del único auténtico concepto de "persona" (sea por ejemplo "estar en posesión de entendimiento y voluntad" o cualquier otro), el debate es bienvenido.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 12:57 #27926

  • elías
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Tasia, no he dicho que haya un único concepto filosófico de persona sino que el concepto de persona es propiamente filosófico.
En cuanto al terreno de las justificaciones todavía no he entrado en él. Bueno, ni yo ni tú. Porque el que se diga que todos los conceptos son convenciones ( incluido el de persona) o el que se diga que no existe ninguna realidad trascendental o que no existe ninguna sustantiva previa a la conceptualización de la misma no pasan de ser meras afirmaciones. Pero es que yo hasta el momento no he leído argumentación alguna que fundamente dichas afirmaciones.

El terreno de las fundamentaciones nos llevaría muy lejos y posiblemente sería necesario la apertura de otro hilo. En cualquier caso decir que el ser humano es el único ser en cuyo ser está el tener que ser. Es una realidad abierta. Una piedra, un árbol, una lombriz o una gacela no son seres que constitutivamente tengan que hacerse. No son seres que propiamente tengan historia. Pues bien, para mi ese hecho, porque es un hecho, entre otros, ya supone una diferencia ontológica con respecto a los otros seres.
Que tú consideres que en realidad ello no es un hecho, o que esa supuesta diferencia ontológica es en realidad una pura ilusión, o que detrás del concepto de persona no subyace una verdadera diferencia ontológica, o que el concepto de persona es al final un puro convencionalismo, eso será algo que tendrás que fundamentar más allá de decir que estás de acuerdo con Kierkegaard. Bueno, salvo que tu consideres que tu punto de vista es autoevidente y por tanto no necesitado de fundamentación alguna.

Para mi, por ejemplo, el problema no radica en si el concepto de cigoto encaja o no en el núcleo del ramo de las definiciones del concepto de persona. Lo que a mi realmente me preocupa es que las definiciones encajen o se adecuen ( en las medidas de sus posibilidades) a esa realidad ontológica que es el cigoto.
Al final, y como no podía ser de otra forma, son dos puntos de vista irreconciliables. Eso sí, a la hora de fundamentar nuestros puntos de vista lo tendremos que hacer todos.
Última Edición: 14 Dic 2014 13:02 por elías.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 14:37 #27931

  • pulpo
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¿Persona o ser humano? No estaría de más restringir el concepto para no mezclar ciencia, filosofía o teología
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 15:10 #27932

  • elías
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Kierkegaard, hay una cuestión que desearía que me aclarases. Dices que al día de hoy la biología no puede reducirse a la física. Y estableces la posibilidad de que en un futuro cercano, lejano o remoto dicha reducción pueda llevarse a cabo. Pues bien, dejemos las posibilidades y vayamos a lo que conocemos en la actualidad. Y en la actualidad lo que sabemos es que la biología no puede reducirse a la física.
Pues si ello es así, y tú mismo lo reconoces, cómo es posible que afirmes que el emergentismo es una teoría desacreditada. Precisamente quedaría desacreditada si esa posibilidad que estableces se hubiera llevado a cabo. Es que en realidad lo que estaría desacreditado en la actualidad sería el reduccionismo. Y si tú no eres capaz de mostrarnos que la biología o el ser humano puede reducirse a la física entonces creo que deberías de reconsiderar esa supuesta desacreditación del emergentismo.
Salvo que tu razonamiento sea que como puede ser desacreditada en un futuro entonces ya la tenemos que dar por refutada.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 16:59 #27935

  • Conrado
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elías escribió:
Pues si ello es así, y tú mismo lo reconoces, cómo es posible que afirmes que el emergentismo es una teoría desacreditada.

A continuación te expongo la crítica que le hace Alfonso Pérez de Laborda, en uno de sus libros de Filosofía de la Ciencia. Él califica al emergentismo de M. Bunge de "pluralismo vergonante". Sígase leyendo, si se tiene paciencia.

Hace un par de años que cursé Filosofía de la Ciencia II. Amplié un poco por mi cuenta todos los temas, pero en especial los temas 4 (filosofía de la biología) y 5 (filosofía de la física), que retomaré con más calma el curso que viene en el Máster. El tema que nos ocupa se encontraba en el tema 3, Filosofía de la Biología.

Cito de mis resúmenes (no están colgados porque no todo está en formato Word o PDF):

"El emergentismo hace referencia a aquellas propiedades o procesos de un sistema no reducibles a las propiedades o procesos de sus partes constituyentes. El concepto de emergencia se relaciona estrechamente con los conceptos de autoorganización y superveniencia, y se define en oposición a los conceptos de reduccionismo y dualismo. La mente, por ejemplo, es considerada por muchos como un fenómeno emergente ya que surge de la interacción distribuida entre diversos procesos neuronales sin que pueda reducirse a ninguno de los componentes que participan en el proceso (ninguna de las neuronas por separado es consciente). El concepto de emergencia es muy discutido en ciencia y filosofía debido a su importancia para la fundamentación de las ciencias y las posibilidades de reducción entre las mismas."

Pues bien, sobre este aspecto añadí como lectura opcional la siguiente: PÉREZ DE LABORDA, Antonio, «¿Todo es materia?, ¿emergentismo?» en La ciencia contemporánea y sus implicaciones filosóficas, Ediciones Pedagógicas, Madrid, 1989, pp. 76−78.

En ella se aborda la problemática que el autor, pensador cristiano, ve en el materialismo y el emergentismo. Tal vez ella sea de ayuda para entender la "crisis" del emergentismo.

Cito el capítulo entero. Mis comentarios van entre corchetes. La tipografía es mía:

"La afirmación de que todo es materia, en el supuesto de que sea ella la afirmación central, el meollo mismo de la postura materialista, viene en una situación de las ciencias que trae por la calle de la amargura a los filósofos de las ciencias. Incluso los que, como Moulines, siguen atentos a un estudios de las estructuras de las teorías científicas, que deben ser mostradas con ayuda de la lógica de la que hoy disponemos —no con la lógica de comienzos de siglo—, ni siquiera se atreven a estudiar una sólo ciencia, como la física, y, al menos por ahora, se limitan a alguna teoría de la física particularmente bien establecida, y lo hacen siguiendo aquellos manuales de mayor aceptación por todo el mundo, pero no en los puntos más conflictivos y neblinosos. Siendo así, ¿cómo se puede hoy afirmar que, de acuerdo con la ciencia, se es materialista, pues la ciencia demuestra que todo es materia?

No hace aún muchos años, en los medios hispanófonos de filosofía se levantó una gran polvareda cuando Carlos Ulises Moulines explicó en un breve artículo de 1977 por qué razones él no era materialista. Su razón es muy sencilla: porque ser materialista quiere decir que todo es materia, en primer lugar, y, en segundo, porque, el que hace esa afirmación, sabe lo que sea de materia, y ¿quién sabe hoy qué es la materia?.

A esta pregunta se puede decir que hay que abandonar toda pregunta del tipo qué es, pues es una pregunta esencialista [es básicamente el mismo reproche que le hace el profesor F. J. Martínez cuando dice que el enfoque de Moulines no está bien enfocado al considerar Moulines el materialismo como un monismo por un lado, y al pensar que quizás serían los físicos los que tendrían que proporcionar la idea de materia]. Sin embargo, quien así dice, además de hacer presión desafortunada sobre las preguntas que los demás quieran hacerse, ha comprendido una de las sorpresas mayores de la panorámica filosófica de hoy: la aparición de Aristóteles por el horizonte. Se puede decir también que el concepto de materia no debe enredarse en una concepción lineal de la filosofía, sino que tiene inmensa riqueza en una concepción dialéctica de la filosofía. Si se hace así, el debate es ya debate filosófico, y el dialéctico deberá tener sumo cuidado en aceptar en su tradición el estudio de las ciencias de hoy y las consecuencias que deriven de él. En tercer lugar, se puede hacer del concepto de materia, como hacía Lenin (1870−1924), un concepto de lucha filosófica —materialistas contra idealistas, definiendo en cada momento de la historia quiénes son los unos y los otros—, enrolado, evidentemente, en la lucha global que deriva de la lucha de clases —los dirigentes de la clase oprimida deciden en cada momento qué es en concreto ser materialista, haciendo un análisis que siga el movimiento de la historia, porque ser idealista es alinearse con las clases opresoras del imperialismo internacional—, siendo, pues, un concepto filosófico transido por la lucha política.

En contra de las promesas de antiguos «profetas», se diría que la realidad de la que nos hablan las ciencias —¡si es que se trata de alguna realidad!— es cada día más compleja e inabarcable. Cuando parece llegarse a algún punto en el que lo último puede ya tocarse con los dedos, al instante se nos abren simas de desconocimiento en aquello mismo que era constreñido y pequeño, según se suponía. No cabe duda alguna de que la ciencia ha progresado desmesuradamente en conocimiento de los ámbitos que trata, pero, tampoco puede ponerse en duda que, si es que hay alguna realidad, ésta cada día es más infinitamente compleja.

¿Qué es la materia? El reduccionismo (fisicalista) explica por los niveles más bajos los más elevados. El nivel más bajo desde hace muchos años, como sabemos, no es el átomo [a día de hoy aún hemos bajado más, hasta los hipotéticos quarks]; las partículas elementales conocidas son ya varios centenares. Más aún, se está dando en los últimos años un fenómeno de reagrupamiento y de invención de partículas subelementales, que junto a nuevas y complejas teorías, quieren poner un poco de orden en el dominio regido por la mecánica cuántica. Se habla de cuatro fuerzas —electromagnética, gravitatoria, nucleares fuerte y débil—, y se busca por todos los medios alguna teoría unificada de las interacciones entre partículas [hasta el momento no ha sido posible]. Hacia mediados de los años sesenta, ante la floresta de partículas, se propuso la hipótesis de la existencia de quarks (Murray Gell−man, El quark y el jaguar, 1967; Premio Novel de Física en 1969). En principio se suponía que con tres bastaba, ahora son bastantes más. Por más que no haya pruebas experimentales de su existencia, fue un alivio el suponerlas [se trata, pues, de una hipótesis metafísica que sirve para explicar qué es la materia a nivel subatómico], pues resuelven numerosas dificultades en la explicación de la estructura de las partículas subatómicas y ayudan a poner orden en un terreno que parece un marasmo [salvan los fenómenos, pero no sabemos si ontológicamente hablando habrá quarks]. Todavía en los ochenta debe hablarse así: «si los quarks son partículas reales, deben estar permanentemente ligados dentro de las partículas nucleares». Hoy sabemos que los quarks no se hallan solos, sino formando estructuras más complejas llamadas gluones.

Con razón, pues, quien quiera preguntarse por la materia para poder afirmar que la realidad es entermente material y sólo material, se enfrenta a gravísimos problemas, como señaló polémicamente Moulines. Para poder seguir haciendo dicho aserto, algunos han creído poder afirmar que, mientras el enunciado la materia existe, no tiene sentido, hay que afirmar la existencia de objetos materiales, definiendo a éstos «como un objeto que puede estar por lo menos en dos estados, de modo que puede saltar de uno a otro», (BUNGE, 1981) en donde la palabra estado significa un espacio de estados de un objeto relativamente a un marco de referencia, relativa siempre a un marco de referencia dado. Sólo ahora se puede definir la materia como «el conjunto de todos los objetos materiales o entes», que es idéntico a la realidad, puesto que sólo los objetos materiales son reales. Toda esta propuesta bungiana «pertenece a una ontología materialista, que no reconoce objetos desencarnados, y en la que los estados mentales son estados cerebrales». En una palabra, sólo lo material es real, porque antes se ha decidido que se va a construir un sistema para que sólo sea real lo material no desencarnado.

Llegó el momento de que se refiera de manera algo más extensa al emergentismo, alternativa al materialismo fisicalista, tal como fue propuesto por Mario Bunge en 1980. Ha sido admirablemente sintetizado así: «La materia, sustancia única, se despliega en niveles de ser cualitativamente distintos, fisiosistemas, quimiosistemas, biosistemas, psicosistemas. Cada uno de estos estratos de lo real supone al anterior, pero lo supera ontológicamente y es irreductible a él. Se propone, pues, un monismo de sustancia y un pluralismo de propiedades; la única sustancia se articula en esferas de ser distintas, regidas por leyes distintas y dotadas de virtualidades y capacidades funcionales distintas. El monismo materialista puede así justificar el polimorfismo de lo mundano y el hecho de la evolución. En la cúspide de la pirámide ontológica se emplaza los psico y sociosistemas —el fenómeno humano—, cuya condición de posibilidad son los sistemas inferiores —biológicos, químicos, físicos—, a los que empero rebasan en virtud de un au-téntico salto, que evoca de algún modo ideas ya presentes en el materialismo dialéctico. Así pues, la realidad no es monódica, como pensaba el fisicalismo, sino sinfónica. Su urdimbre se trenza, no ya con variaciones sobre un único tema, sino con temas plurales y consistentes en sí mismos, aunque abiertos a los otros y cobijados por la categoría común de materia. Estamos, por tanto, ante un materialismo más sofisticado y plástico, con mayor potencia explicativa que el ofertado por los fisicalistas».

Pero, todo hay que decirlo, ese emergentismo es muy criticado porque no aparece claro de qué manera es todavía un monismo y no un pluralismo vergonzante. Se acepta la aparición de novedad radical en el proceso evolutivo, pero se da el empeño por encima de todo, de seguir llamando material a lo que es esencialmente distinto del resto de lo material. Se pone demasiado énfasis, pues, en la definición de materia que vimos anteriormente [y ya hemos acordado que no sabemos exactamente qué es eso de la materia, tal como esgrime C. Moulines], pero no queda claro que ser algo más, en definitiva, que una tautología: todo lo real es real, pues todo objeto real es material y sólo estos son reales.

Es bueno traer aquí a colación el texto de Russell de 1976 «la materia, como el gato de Cheshire, se ha tornado cada vez más diáfana, hasta que no ha quedado de ella más que la sonrisa provocada por el ridículo de ver a quienes aún piensan que sigue ahí» [El Gato de Cheshire es un personaje ficticio creado por Lewis Carroll (1832−1898) en su conocida obra Alicia en el país de las maravillas (1865)]. Tiene la capacidad de aparecer y desaparecer a voluntad, entreteniendo a Alicia mediante conversaciones paradójicas de tintes filosóficos."

Bueno, pues ahí queda la crítica de Pérez de Laborda al emergentismo de Mario Bunge. Y no creo que Pérez de Laborda haya sido el único en criticar a M. Bunge. En realidad el profesor de Metafísica de la UNED también hace algunas observaciones en el manual de Metafísica.

No estaría de más que cuando alguien diga algo deje claras cuáles son sus fuentes. O si es de cosecha propia, entonces hay que decir en qué textos se ha apoyado. Sé que yo no he hecho esto siempre, pero a medida que voy entrando más en materia veo que si no se hace así, entonces el discurso no es ni académico ni está fundamentado en nada, salvo, en ocasiones, en la imaginación de cada uno.

En mi examen de Filosofía de la Ciencia II, que está en Descargas, se preguntó por el asunto del reduccionismo. Me acordé de la crítica de C. Ulises Moulines al materialismo (no sabemos exactamente qué es eso de la materia) en el texto de Pérez de Laborda y la verdad es que me fue bien.
David Feltrer Bailén Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
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Última Edición: 14 Dic 2014 17:19 por Conrado.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 17:12 #27936

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Elías, estás tratando de trasladar la "carga de la prueba". Es imposible demostrar la no existencia de algo. Sin embargo se ha de probar la existencia de lo que se afirma.

Sostienes; "Lo que a mi me preocupa es que las definiciones encajen o se adecuen ( en las medidas de sus posibilidades) a esa realidad ontológica que es el cigoto".

Es decir que partes de una realidad ontológica que presumes evidente. Yo no he afirmado que exista ninguna realidad ontológica evidente. De hecho tampoco niego la existencia de una realidad ontológica.

En otro mensaje que escribí dejé claro que yo no niego (ni Kierkegaard tampoco) que exista una realidad física que percibimos a través de múltiples percepciones, y que dicha realidad sea algo objetivo al margen de la percepción. Lo que sostengo es que los seres humanos no podemos captar esa realidad pura sin que ya esté mediada por nuestros conceptos (como la definición aprendida de "persona"), categorizaciones (como la unión de múltiples estímulos en la noción/conjunto "sustancia" que nos permite darles sentido) y condicionantes de nuestra percepción (no es lo mismo "ver" con los ojos de un perro o de un toro, que con los ojos de una persona; o ser miope, o daltónico).

Por tanto, yo no afirmo nada sobre cómo es el mundo que queda más allá de nuestras percepciones y razonamientos. No afirmo nada sobre la "realidad" ontológica de las sustancias que percibimos. Desconozco si existe o no una "unidad real" que se corresponda con la unidad cognoscitiva que nuestros conceptos le atribuyen. Para hacer afirmaciones sobre todo eso (llamémosle "noúmeno") hay buenas vías como el arte, las emociones o el acuerdo lingüístico. Vías que no parten de la "verdad correspondencia", sino de verdades en sentido más modesto y provisional, verdades emocionales o basadas en beneficios éticos.

Al hablar de si un cigoto es o no "persona" por ejemplo, podríamos avanzar mucho si decimos por qué queremos considerarlo persona y en qué situaciones. Valorar si ello sería beneficioso o perjudicial desde la perspectiva ética. Si sería mejor considerarlo persona a todos los efectos y en todas las situaciones, o si debemos matizar el concepto en algunos casos.
Última Edición: 14 Dic 2014 17:18 por Tasia.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 17:27 #27937

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Tasia escribió:
Elías, estás tratando de trasladar la "carga de la prueba".

Dejo aquí un poco de información sobre esa cuestión para saber de qué habla Tasia, jurista, filósofa y experta en argumentación y análisis del discurso: B)

Diccionario de falacias de García Damborenea, p. 53.

Y aquí otra fuente:

Argumento ad ignorantiam.
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Última Edición: 14 Dic 2014 17:28 por Conrado.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 18:27 #27938

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Verás, Tasia, estamos más de acuerdo de lo que te imaginas. Entre otras cosas porque yo no defiendo un realismo ingenuo. Yo si creo que los contenidos de lo aprehendido están mediado por el lenguaje pero no la formalidad de realidad. Pero es que para explicar todo esto tendría que hacer un monográfico de Zubiri. Es que en una aprehensión no sólo se aprehenden contenidos sino que esos contenidos quedan de una forma determinada en dicha aprehensión. Y ese forma en la que quedan dichos contenidos ( formalidad) es la que posibilita una filosofía primera o noología. La metafísica en sentido tradicional no es algo de lo que se deba partir sino, y en todo caso, a lo que se debe de llegar. Personalmente considero que se debe de partir de los actos de aprehensión sin negar o afirmar la existencia de una realidad ahí fuera al margen del propio acto de aprehensión. A mi jamás se me ocurriría partir de la existencia de una realidad física ahí fuera como tú haces. Cosa que también tendrías que fundamentar. Salvo que a ti te parezca algo evidente la doctrina que defiende el realismo ingenuo.

En cualquier caso, y lo que te quiero hacer ver, es que si tú afirmas “que los seres humanos no podemos captar esa realidad pura sin que ya esté mediada por nuestros conceptos (como la definición aprendida de "persona"), categorizaciones (como la unión de múltiples estímulos en la noción/conjunto "sustancia" que nos permite darles sentido) y condicionantes de nuestra percepción (no es lo mismo "ver" con los ojos de un perro o de un toro, que con los ojos de una persona; o ser miope, o daltónico)” eso es algo que tendrías que fundamentar.
Y decirte esto no es trasladar la carga de la prueba salvo que tú consideres que tú puedes ir saltando de afirmación en afirmación sin fundamentar ninguna de ellas. Por supuesto que tú no tienes que fundamentar la existencia de una entidad ontológica si no crees en ella. Pero si crees, como afirmas, que no podemos captar esa realidad pura, pues lo único que te digo es que tendrás que fundamentar lo que tú, y no yo, afirmas.

Dices, Tasia: “Es decir que partes de una realidad ontológica que presumes evidente. Yo no he afirmado que exista ninguna realidad ontológica evidente. De hecho tampoco niego la existencia de una realidad ontológica.”

Pues, perdona, es que como habías dicho que “y yo comparto que no hay ninguna realidad trascendental ni ninguna sustancia previa a la conceptualización de la misma”.
De todas formas, y ya te lo he dicho, yo no he dicho jamás que sea algo evidente como también te he dicho que no he entrado en el terreno de las fundamentaciones.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 14 Dic 2014 19:24 #27939

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Tras el advenimiento de la física cuántica se ha tornado muy problemático responder a la pregunta de qué es la materia. Lo que sí se tiene claro es que el concepto decimonónico de materia está ya periclitado.
Puedo asumir la crítica que se lanza al emergentismo. Esa crítica que nos dice: “….muy criticado porque no aparece claro de qué manera es todavía un monismo y no un pluralismo vergonzante. Se acepta la aparición de novedad radical en el proceso evolutivo, pero se da el empeño por encima de todo, de seguir llamando material a lo que es esencialmente distinto del resto de lo material. Se pone demasiado énfasis, pues, en la definición de materia que vimos anteriormente [y ya hemos acordado que no sabemos exactamente qué es eso de la materia, tal como esgrime C. Moulines], pero no queda claro que ser algo más, en definitiva, que una tautología: todo lo real es real, pues todo objeto real es material y sólo estos son reales.”

Soy de los que piensa que cada palo debe de aguantar su vela.


Pero…..es que acaso el materialismo que se defiende en la actualidad está fuera de toda crítica. Porque si hoy leen ustedes a los grandes materialistas verán que siguen anclados en el pasado. Es decir, siguen defendiendo y sustentando sus argumentos en un concepto decimonónico de la materia. Es más, continúan hablando de determinismo.

Pero…..es que acaso el dualismo que se defiende en la actualidad está fuera de toda crítica. Es que no se puede ejercer una crítica a la supuesta existencia de un principio espiritual o alma que adviene desde los cielos. Cómo es posible la comunicación de dos principios cuya naturaleza ontológica es diferente. Es más, con el desarrollo de las neurociencias es cada día más insostenible la defensa del dualismo.

El emergentismo nació como una alternativa al dualismo y al materialismo (monismo) tradicional. Y por supuesto que está sometido a crítica y los que creemos en dicha concepción de la realidad tenemos que asumirla y afrontarla.

Yo podría copiar y pegar textos de las principales críticas realizadas contra el dualismo o contra el monismo materialista. Pero es que no me apetece.
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¿Cuándo se es persona? (La gemelación) 15 Dic 2014 00:46 #27942

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elías escribió:
Soy de los que piensa que cada palo debe de aguantar su vela.

Pues ya estamos de acuerdo en algo.

elías escribió:
Yo podría copiar y pegar textos de las principales críticas realizadas contra el dualismo o contra el monismo materialista. Pero es que no me apetece.

Tampoco valdría cualquier copy-paste, pues éste es un foro (fundamentalmente, aunque no exclusivamente) de alumnos de filosofía de la UNED. Lo que yo cité es material de estudio en una asignatura de la carrera que, mira por donde, se encuentra parcialmente desarrollado el mi examen que se encuentra en Descargas.

Pero sí, claro que hay críticas a todo. No hace falta escarbar mucho para encontrar críticas a lo que mencionas.
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