Un día como hoy, hace 81 años nacía
Jacques Derrida, ciudadano francés nacido en Argelia, y uno de los más influyentes pensadores y filósofos contemporáneos.
Su trabajo ha sido conocido popularmente como pensamiento de la
deconstrucción. Algunos lo han considerado el nuevo Kant (Lévinas) o el nuevo Nietzsche (Rorty). Trabajador infatigable, a pesar de su renuncia a la política, participó en ella activamente hasta su muerte. Y es probablemente el pensador de finales del siglo XX que más polémicas ha levantado, por su iconoclastia y por su empeño crítico.
Influido por Hegel, Nietzsche, Husserl, Freud y Heidegger, fue discípulo de Althusser. Interesado a la vez por la filosofía y la literatura, elaboró su
déconstruction, como pensamiento que critica, analiza y revisa fuertemente las palabras y sus conceptos, siempre cargado de una considerable rebeldía frente al sistema imperante. Filósofo que suscita adhesiones inquebrantables y detracciones no menos vigorosas, se ha pronunciado a favor y en contra del estructuralismo, y en parte vinculado al posmodernismo. En 1992, veinte filósofos firmaron contra él, reprochándole «su inadecuación a los estándares de claridad y de rigor», pero no impidieron que se le concediera el honoris causa por la Universidad de Cambridge.