Si algo va uno aprendiendo con los años es que cuando alguien decide poner "barreras de entrada" a lo que se le dice, es inútil empeñarse en repetirle, con las mismas u otras palabras, lo que se le dice: no hay nada que hacer. Lo que recoge la frase castellana "no hay peor sordo que el que no quiere oír". Me parece, Tasia, que este es tu caso en el presente asunto.
Más que para que intentes entender lo que persigo con mis mensajes sobre la oñatiparla, pues si no quieres entenderlo, nada puedo hacer yo, por alusiones a cierta "acusación" de tergiversación en mi mensaje que da inicio al hilo, y, en mi descargo, voy a intentar repetir esquemáticamente el contenido de dicho mensaje, despojándolo del tono satírico que le di.
Contextualización del texto sometido a crítica: Se ha hablado aquí algo de una especie de "libertad de uso de recursos expresivos" propia de la Filosofía o la Poesía. Hago notar que el texto que comentamos está en la Guía de estudio de la asignatura, documento destinado a dar orientaciones a un alumno que se inicia en el estudio de la Filosofía. Conviene tener esto presente a la hora de someter a crítica el lenguaje utilizado y para establecer la pertinencia o no de ciertas argumentaciones exculpatorias de la forma en que está redactado el texto.
Guía de estudio escribió:
En un primer momento se deberá inteligir la verosimilitud y pertinencia de los enfoques filosóficos estudiados haciéndose cargo el lector de cuales sean los contextos históricos, problemáticos y agonísticos o interlocutivos de las cuestiones filosóficas, cuyo rango de importancia se deberá proceder a modalizar o jerarquizar, de acuerdo con el estatuto del modo de ser de los discursos y las tesis: midiéndose comparativamente la necesidad, contingencia o posibilidad de dichas cuestiones. Así mismo habrá de localizarse la contextuación del problema y la doctrina (en su caso) tratados, tanto en relación al contexto de la obra del filósofo/a estudiado/a como en relación a los interlocutores agonísticos con los que esa filosofía concreta esté debatiendo.
Tanto al someter a crítica este texto como los anteriores de la serie "oñatiparla" se me planteó un dilema que, sinceramente, no sé cómo resolver. Si me hubiera limitado a señalar los errores más flagrantes y evidentes, los apologetas se habrían escudado en que total, por tres o cuatro errores no se puede hacer una crítica textual consistente. Si, por el contrario, el crítico opta por la exhaustividad, recogiendo todas las incorrecciones, incluso algunas con cierto grado de opinión subjetiva, se acusa al crítico de ensañarse con el criticado. No puedo eludir este dilema, tan antiguo como la fábula del padre, el hijo y el burro, que con tanto acierto recogió el Infante Don Juan Manuel en "El Conde Lucanor", así que opté por la exhaustividad que, en todo caso, y pese a no evitarme la previsible crítica, es más significativa y útil para los fines que me había propuesto.
Recojo ahora, sistemática y ordenadamente, los puntos de ese texto que criticaba y, de la forma más aséptica posible, los argumentos que sustentan la crítica.
1) Uso del inexistente verbo "inteligir". Basta una visita al Diccionario para constatar que ese verbo no existe en la lengua española; mi crítica, constatando eso, queda sobradamente fundamentada. En este caso, pues, la carga de la prueba corre a favor del apologeta de Oñate, debiendo explicarnos éste por qué se usa esa palabra inexistente, qué necesidad cumple su aparición y por qué no nos sirve cualquier otra que sí existe en español y que, en mi opinión, sería perfectamente utilizable aquí, por lo que parece deducirse del sentido de la frase.
2) La segunda crítica no es textual ni lingüística, o sí, todo depende. El problema es que no es fácil, cuando se las tiene uno que haber con un texto como ése, saber cuál es exactamente el contenido y el sentido de lo que el texto dice. Tengo que suponer, por lo tanto, que cuando se dice "verosimilitud" se quiere decir "cualidad de lo que tiene apariencia de verdadero". Para eso está el diccionario, para que, ante un uso normal del lenguaje, se pueda entender lo que el otro dice, si al que escucha se le ofrecen dudas. Ahí tenemos, pues, otro problema pues, si se usa "verosimilitud" en el sentido ordinario, referido a "enfoques filosóficos", es claramente inapropiado. Si se utiliza en otro sentido, corresponde al apologeta explicarnos qué significa aquí "verosimilitud".
3) El uso de la palabra "agonístico". No tengo nada contra dicha palabra; incluso he admitido expresamente que es una licencia perfectamente admisible; incluso didácticamente no me parece mal su uso en este contexto, porque si algún alumno no conocía el término, o lo relacionaba exclusivamente con nuestra "agonía" ordinaria, alusiva de la muerte, la lucha final y definitiva que traba el hombre, el uso de la palabra en un sentido más cercano al etimológico griego contribuye a ir ampliando el repertorio lingüístico del alumno. Creo haber dejado suficientemente claro ese punto.
Mi crítica va dirigida a que, no muy poco después, se vuelve a utilizar la palabra "agonístico". Naturalmente, habrá que pensar que con el mismo sentido en que se acaba de utilizar, y no en otro diferente. Y al volverse a utilizar se hace redundante, pues, en ese sentido, un interlocutor siempre es "agonístico".
4) Tampoco existe en nuestro diccionario la palabra "modalizar". Este es el mismo caso que el del "inteligir" del número 1 y, por tanto, vale la misma crítica y el mismo reto al apologeta para que pruebe lo necesario de utilizar ese "modalizar" en vez de otras palabras existentes en nuestro idioma, como el "clasificar" a que yo me referí. En todo caso estoy abierto a que se me explique qué otros ocultos sentidos se esconden en el "modalizar" que hacen imprescindible el uso de una palabra inexistente, y que a mí se me escapan.
5) Respecto al uso de "estatuto" empezaré recogiendo la frase en que aparece y las respectivas definiciones que da nuestro diccionario (tengamos presente que el diccionario no es una creación de la Academia, sino que ésta se limita a recoger los usos idiomáticos de los hablantes):
Frase del texto: "...cuyo rango de importancia se deberá proceder a modalizar o jerarquizar, de acuerdo con el estatuto del modo de ser de los discursos y las tesis".
Estatuto: "régimen jurídico al cual están sometidas las personas o las cosas, en relación con la nacionalidad o el territorio".
Estatus: "situación relativa de algo dentro de un determinado marco de referencia".
Desde luego, el primer problema es que la frase del texto en la que se usa "estatuto" es, por sí misma, notoriamente incomprensible por su extrañísima construcción. La primera duda, debido a la deficiente redacción del texto, es a qué se refiere la palabra "rango": ¿qué es lo que hay que ordenar jerárquicamente? ¿El rango de los problemas filosóficos o el rango de los problemas históricos? Porque podría ser cualquiera de ambas cosas. Teniendo en cuenta que al final se acaba recayendo en "el modo de ser de los discursos y las tesis", supongo que se trata de los "enfoques" y no de los "contextos".
La siguiente dificultad radica en interpretar qué pueda ser el "modo de ser" de un discurso o una tesis, pues es a ese "modo de ser" al que se atribuye un "estatuto". Aventuro que se trata de de ordenar los "enfoques filosóficos" según su importancia dentro del marco de referencia del pensamiento griego de la época. Se me hace difícil pensar que se esté hablando de jerarquizar enfoques filosóficos según el marco normativo o de regulación que pudiera regir cada uno de los modos de ser de tales enfoques filosóficos o los discursos o tesis que los expresan.
Sería interesante que el apologeta nos aclarara este embrollo y qué se dice ahí y por qué es necesario explicarlo de esa forma tan enrevesada e ininteligible, insustituible por unas sencillas frases construidas según el habla corriente de los usuarios de la lengua.
6) Sobre el uso de contextuación, en mi opinión confusión con "contextualización", nada se ha argumentado en contra de lo que ya dije. Por eso doy por supuesto que el apologeta reconoce que sí hay ahí un lapsus de Oñate. En caso contrario, ruego se explique el uso de "contextuación". Reproduzco el texto y las correspondientes definiciones, para mayor claridad:
Frase del texto: "Así mismo habrá de localizarse la contextuación del problema y la doctrina (en su caso) tratados·.
Contextuación: Acción o efecto de acreditar con textos.
Contextualización; Acción y efecto de situar en un determinado contexto.
Tasia escribió:
Sino de las presuntas incorrecciones en el uso del léxico de esta señora. Yo he cuestionado que, en los ejemplos citados en el primer post, haya incorrecciones de ese tipo.
Espero, Tasia, que cumplas con tus obligaciones derivadas de la buena argumentación, y des cumplida respuesta a este mensaje y lo que en él se expone, ya que has asumido en este caso el papel del apologeta. Y, dado que has calificado las incorrecciones que yo señalo como "presuntas", des cumplida cuenta de que, efectivamente lo son, y no incorrecciones reales.