Marisol escribió:
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Pero en realidad lo que me atrae de ello es, en cuanto a Dios, profundizar sobre los porqués de la necesidad de poseer un motivo trascendental de nuestra existencia, cuando lo más coherente sería aceptar que estamos en el mundo por una simple y llana evolución. Respecto al alma, más de lo mismo. Me intriga entender porqué desde los tiempos más remotos se busca explicación a nuestra existencia como humanos, añadiéndonos ese trocito de divinidad que los primeros filósofos griegos adjudican al ser humano (bueno, en realidad, sólo al hombre en aquéllas épocas), que nos hace un poco divinos, poderosos, dueños de nuestro pequeño mundo.
Un libro, que si bien pertenece a la modernidad, plantea la problemática de la coherencia; es decir, de aceptar la vida sobre ese absurdo de la misma existencia. A saber, "El mito de Sísifo", de Camus.