leira89 escribió:
rdomenech31 escribió:
En cualquier caso, es admirable la confianza que tiene Marzoa en sí mismo. Platón y Aristóteles, que seguramente tuvieron acceso a los textos completos de los presocráticos (o, al menos, de algunos de ellos) y que además eran griegos lo entendieron todo mal. En cambio, Marzoa, que solo ha podido leer fragmentos (en algunos casos solo unas pocas frases; en los mejores casos, menos de la mitad del texto) y que no forma parte de la misma cultura que esos autores, los entiende mucho mejor que Platón y Aristóteles. Alabado sea Marzoa, que es capaz de entender a los griegos mejor de lo que ellos se entendían unos a otros.
Leí a Marzoa hace ya unos años, pero recuerdo haberle mandado a un amigo una foto de un pasaje del libro en el que comenta que, en no se qué cuestión, Aristóteles no había entendido a Platón. Aristóteles a Platón. Su maestro, su amigo, con el que compartió comidas, charlas, clases, paseos y, muy probablemente, cama: no lo entendió bien, dice Marzoa.
Debo decir que eso lo he leído también en Copleston. Cito:
De este modo, Platón, según Aristóteles, se valió únicamente de dos causas, «la de la esencia y la causa material». En cuanto a la causa final, no fue tratada explícitamente, o por lo menos no de manera satisfactoria, por los filósofos anteriores, sino sólo incidentalmente. En realidad, Aristóteles no es del todo justo con Platón, ya que éste, en el Timeo, introduce el concepto del Demiurgo, que hace de causa eficiente, y se vale también de las estrellas-divinidades, manteniendo además una doctrina de la finalidad, pues la causa final del devenir es la realización (en el sentido de la imitación) del Bien. No obstante, es cierto que Platón, debido al khorismos, se vio obstaculizado y no pudo hacer de la realización de su forma inmanente o esencia la causa final de la substancia concreta.