En mi opinión, tiene toda la razón El genio maligno al decir de la cita de Albentosa Bo:
El_genio_maligno escribió:
Esa cita, sin más podría haberla suscrito Kant
En cuanto a la cuestión de si la doctrina de Parménides es un retroceso o no en la historia de la Filosofía, la cosa, ciertamente, es bastante discutible. En primer lugar, porque para afirmar eso hay que tener un concepto de la historia de la Filosofía como un progreso, lo que yo, personalmente no comparto. En segundo lugar, porque si se tiene esa idea de progreso, no todo el mundo coincidirá en hacia dónde iría ese progreso. Por ejemplo, hay quien piensa que Anaximandro supone un progreso sobre Tales al desplazar la arjé de un principio material o físico a uno más conceptual o espiritual (el ápeiron) y que, Anaxímenes es un retroceso respecto de Anaximandro, al volver a una arjé material. Por el contrario, hay quien, al contrario, piensa que Anaximandro es un retroceso, pues retorna a un principio mítico frente al gran avance de Tales que había sido, precisamente, rebasar el mito y fijar la arjé en un principio material, y que Anaxímenes volvió a recuperar, ante Anaximandro, la buena senda.
No hay problema, me parece, sin embargo, siempre que las cosas se expongan con suficiente claridad como para que el lector se forme su propia opinión al margen de la del autor. Ya he dicho con reiteración que no es necesario suscribir todas las opiniones de Copleston (léase Fraile) para que su libro sea de gran utilidad y pueda usarse de forma fructífera. Es legítimo criticar la exposición de Fraile, pero eso no tiene por qué desacreditar su libro. Simplemente habrá que tener en cuenta que hay diferentes interpretaciones sobre Parménides, y que la de Fraile es tan respetable como la óptica fenomenológica de Parménides que tiene su origen en Reinhardt y que se extiende, a través de Gadamer, hasta nuestros días. Y lo que hay que tener claro es que ninguna de ambas puede reclamar el estatuto de auténtico pensamiento de Parménides. (Ver este
Enlace). De hecho parece más asentada, más mayoritaria y, al fin y al cabo, más ajustada a lo que se conserva del poema, la concepción según la cual la vía de la verdad es diferente a la de la opinión, y no la misma vía.
Dvillodre1 escribió:
No es ningún secreto la deuda que Descartes, y a través del mismo Kant, tiene con esta concepción de la filosofía, al punto de recurrir a Dios como cierre categorial de sus sistemas.
Los griegos no tuvieron esta noción de lo divino como cierre categorial.
(La defectuosa colocación de las comas hace que Kant parezca anterior a, e influyente sobre, Descartes. Debería decir:
la deuda que Descartes y, a través del mismo, Kant, para que Kant contrajera una deuda a través de Descartes y no Descartes a través de Kant.)
Creo que hay ahí una simplificación reductiva bastante equívoca. El problema con el concepto “Dios” es que, como creo que todos reconoceremos, carece de referente. Nadie ha percibido sensorialmente (intuido, diría Kant) a Dios. En consecuencia, yo diría que Dios es un “concepto” no referencial, sino funcional; cumple determinadas funciones en determinados sistemas filosóficos, pero, evidentemente, no la misma en cada sistema.
Bajo este punto de vista, decir que Dios cumple la misma o similar función en el sistema cartesiano y en el sistema kantiano me parece una simplificación que no hace justicia a los matices, que es precisamente lo que buscamos. Creo que es bastante evidente que en el sistema de Descartes Dios, a través de una prueba de tipo ontológico desde sus principios de partida, actúa como un “teorema” (una proposiicón demostrada deductivamente; otra cosa es que la deducción la consideremos o no defectuosa o válida) y su función es exclusivamente gnoseológica: Dios, a quien le está vedado engañar, por ser infinitamente bueno, garantiza la veracidad de las impresiones sensoriales, que los sentidos no nos engañan y que, por eso, es posible la ciencia. Para Kant, sin embargo, Dios es un “postulado” de la razón práctica; es una proposición no demostrable, pero que, para Kant, supone el consuelo de la existencia de un
summum bonum que, de alguna manera, ayuda a la moralidad, que a veces se hace dificultosa en esta vida, pues no siempre redunda en provecho aparente para el hombre, sino al contrario, en su perjuicio material inmediato; aunque la moralidad, por supuesto, no depende en absoluto de la existencia o no de Dios, sino que está inserta en la conciencia del hombre como un hecho.
Por tanto: 1) Dios, en el sistema cartesiano, es una proposición deducida; en Kant, sin embargo, es un postulado. 2) Dios en Descartes es un concepto funcional de orden gnoseológico o epistemológico; en Kant, en cambio, Dios no toca palillo alguno en el ámbito de la razón pura especulativa (epistemología), sino exclusivamente en el orden de la razón pura práctica (moralidad), sin que, por otro lado, desempeñe una función imprescindible (aunque sí conveniente) en el sistema moral kantiano.
Finalmente, es bastante discutible que los griegos “
lo divino nunca lo consideran como un sustantivo”; Aubenque, en su obra “El problema del ser en Aristóteles” sí considera que Aristóteles, al hablar del primer motor está haciendo teología astral, es decir, que consideraba dioses a los astros. Desde esta óptica Aristóteles consideraría el perfecto movimiento circular de los astros, matemáticamente preciso, eterno, e igual (movimiento que, llevado a su máxima perfección es la inmovilidad de la que goza el primer motor) una referencia ejemplar que estimula al hombre, que vive sin embargo en el mundo sublunar corruptible, y móvil (y el movimiento en Aristóteles no es sólo el movimiento local), a buscar la episteme, la ciencia permanente, en vez de la mera opinión mudable.
No quiero (ni dispongo de preparación para ello) entrar en una discusión sobre si es o no correcta esa interpretación de Aubenque del pensamiento del Estagirita. Mi intención es sólo poner de manifiesto que tal interpretación está sobre la mesa y no precisamente introducida por un cualquiera. A partir de ahí, sin duda, puede discutirse si es plausible esta interpretación de Aubenque y, aun admitiéndola, discutir el rol de los dioses en su sistema, que ciertamente difiere bastante del rol del Dios cristiano. Suponiendo, por otro lado, que el Dios cristiano sea el mismo (tenga la misma función) para todos los cristianos, cosa que creo que es evidente que no.