Yo tuve la enorme suerte de recibir tutorías de un discípulo de la profesora Oñate, Simón Royo, y ya desde el primer día nos recomendó dejar para el final el libro de Oñate, empezar con el Fraile y, sobre todo, acercarse a los textos originales, que básicamente era lo que hacíamos en sus clases. Leer e intentar interpretar, por supuesto con su ayuda.
El método que yo seguí fue aproximadamente ese, aún saltándome unas cuantas tutorías, me leí a Fraile, me empapé de los textos, sobre todo platónicos, y me esforcé en leer a Marzoa. Mi formación original es de Física, y el libro del profesor Marzoa está trufado de términos en griego que suelen hacer su lectura desalentadora al principio. Pero con un pequeño listado de palabras a mano es una lectura que, al final, me resultó apasionante y muy, muy útil. También leí un poco a Oñate, pero como han dicho más arriba, saltándome muchos párrafos y sin detenerme demasiado en lo que yo consideraba que estaba escrito para, digamos, Filósofos, con mayúscula.
Otra cosa que me ayudó bastante a entender ciertas lagunas aristotélicas fue el utilizar el texto del profesor Mas Torres -el básico de la Hª de la Filosofía Antigua II-, un libro muy accesible y que afortunadamente incluye a Aristóteles en sus primeros capítulos.
Un saludo, y mucha suerte a todos.