Si definimos racionalidad como la capacidad que permite pensar, evaluar y actuar de acuerdo a ciertos principios, y de acuerdo a la lógica -la lógica es para un ser racional lo que la gramática para el hablante- habremos de concluir que hay muchas gramáticas y tantos tipos de racionalidades como personas y sistemas que éstos construyan con ellas. No hay un sistema verdadero-como no hay una cosmovisión verdadera-. Lo que sí hay es una normalización social que acepta y privilegia una coosmovisión sobre las otras -dada nuestra necesidad de amoldarnos en sociedad y de uniformizar el pensamiento para "hablar todos el mismo idioma", lo cual, no deja de ser una imposición-.
Insisto. Hay muchos tipos de pensamiento, y todos ellos válidos. La diferencia dependerá del tipo de filtro que a nivel personal se hace de todas las percepciones posibles de esa realidad. Frente a un estímulo cada individuo elige uno. No hay un consenso "lógico-racional de la realidad" sino que ese consenso es construido eliminando todo tipo de pensamiento que no encaje en las premisas que ese sistema lógico-racional impuesto, mayoritario, establece, y por tanto, atente contra sus bases, sus axiomas y su mecanismo lógico.
No sé si vosotros habréis conocido a alguna persona de éstas que se suelen llamar "enfermas mentales", o si os ha tocado de cerca, imagino que sí. Estas personas, que se suelen llamar "enfermas", no carecen de razón, ni tampoco de capacidad lógica -salvo que estén afectadas de una dispersión del pensamiento, que entonces sí, su lenguaje se vuelve incoherente-. Pero si uno se toma la molestia de intentar "empatizar" y comprenderlos, descubre que al contrario de lo que pudiera parecer, no es "razón lo que les falta", siempre desde su punto de vista, claro. ¿Y qué otro punto de vista hay?
Creo que eso es lo que intenta decir Liberal, aunque confieso que no he seguido en el desbate -y no por desprecio-.
Pretender "ridiculizar" el pensamiento de Deleuze porque no se entiende desde unos "presupuestos lógicos" concretos, que es el que uno elige porque le parece "el mejor, el más racional, y el más lógico" es obcecarse en una postura que no lleva sino a "no entender" lo que Deleuze quiere expresar con sus metáforas y figuras, que no es sino una constante afirmación de querer romper con el pensamiento establecido y postular otras premisas para levantar su sistema de pensamiento. Deducir que por eso este pensador no entendía nada sobre categorías aristotélicas es una "salida del tiesto", con perdón, que a mi parecer responde más a la obcecación personal y a los prejuicios de la persona que a una verdadera intención de comprender. Para mí es no entender nada de lo que Deleuze propone, y ya digo que no creo que eso sea fruto de la "falta de capacidad de nadie".
Yy por último, sigo creyendo que se tiende a confundir la razón con la capacidad lógico-analítica. A mí hay pensadores como Wittgenstein y los analíticos en general, que no me aportan nada, no veo en ellos más que redundancias, obviedades y tautologías pero sin ninguna trascendencia filosófica, que en cambio sí encuentro en Deleuze. Es una cuestión de valoración personal porque cada uno valora según sus afinidades -y capacidades también-. Pero no es que yo me considere una persona ilógica o poco lógica, o poco racional, precisamente, y sin querer fardar de nada, por favor, no lo entendáis así, me considero una persona muy lógica, y también imaginativa, la abstracción pura es lo que más me ha atraído siempre, y por tanto siempre sentiré más simpatía y afinidad por Platón que por Aristóteles, o al sacrosanto Averroes, que como bien se ha dicho aquí, poco novedoso y original aportó al pensamiento.
Con las diferencias de racionalidad que establecéis supongo que en realidad queréis referiros a diferencias de inteligencia, cognitivas, aunque no lo decís porque no suena muy políticamente correcto, pero es lo que yo entreveo o deduzco. Y sí, claro que las hay, para mi la inteligencia es una cuestión de actitud más que de aptitud. Inteligente para mí es aquella persona capaz de entender porque nunca descarta y desprecia lo diferente, que nunca deja de preguntarse el por qué, más allá de lo que él piensa y de su propio ombligo. Y para eso se requiere algo más que lógica. En definitiva, poder comprender a Platón sin "ridiculizarlo" tanto como uno comprende a Aristóteles o a Deleuze "sin ridiculizarlo también", por más opuestos que éstos fueren en sus planteamientos y cosmovisión.