Felipe Martínez Marzoa es amigo personal de Teresa Oñate. Ambos son pro Aristóteles, Heidegger y Gadamer.

Aquí tenéis a ambos profesores juntos.

El Marzoa es un libro terco y "granítico", tal como leí por algún lado. Sin embargo es un libro que te "empuja" a pensar. No es uno de esos libros (Antiseri, Fraile) por donde se te va guiando y terminas leyendo como una novela, sino que el Marzoa te exije, sobre todo, fundir las neuronas con el papel. La recompensa, amigos, es grata.

En mi caso he seguido las recomendaciones del foro, y durante el verano leí el libro de Capelle, seguido del Reale para resolver algunas lagunas (de comprensión) y ahora empezaré con el Marzoa.

Suerte!

José Antonio Marina escribió:Sí que lo es, pero no desesperes: hay luz al final de túnel. Del libro de Marzoa se acaban sacando cosas y enseñanzas útiles. En cuanto al de Oñate, eso ya es harina de otro costal.

El libro de Oñate no es un manual, pero es un libro de crítica filosófica muy penetrante, o todo lo penetrante que uno quiera hacerlo, claro. Partiendo desde la hermenéutica, pretende hacer enlazar el surgimiento del pensar filosófico de los presocráticos con Aristóteles, quien rescataría esa tradición griega tras el paréntesis en el que se "extravía" Platón con la doctrina de salvación del alma.

Antes de haber cursado esta asignatura me atrevía a blasfemar contra su libro y contra su ininteligible filosofía, pero una vez se capta el hilo sublime de su narrativa y la nueva koine hermeneutica sinceramente no me atrevo. El problema no era ella, ni su filosofía, sino mis propios prejuicios cegadores y cercenadores del intelecto.

grealeser escribió:Yo no blasfemo, sólo digo que me pareció incomprensible y tiré por otro camino. Al final me fue bien.

Grealeser escribió:
Ese recorrido obviamente no es exclusivo de Oñate. Por ejemplo, viene a ser la tesis de Aubenque (y muchos otros), con la inmensísima ventaja de la claridad expositiva y la erudición y documentación bibliográfica mucho más amplia que maneja el ilustre profesor francés. En mi opinión lo que hace Oñate es recoger lo que otros han estudiado y darle una pátina esotérica para hacerlo aparecer como algo personal suyo, cuando de original sólo hay esa hojarasca, pero nada en el fondo.

En eso estamos deacuerdo Nolano, en que Aubenque rescata ese enlace presocráticos-Aristóteles. De hecho podemos establecer que Aristóteles era, en cierto sentido anacrónico, un hermeneuta, en tanto que se dispone a recopilar toda la tradición anterior para explicar su pensar a partir de los textos mismos de los presocráticos, refutándolos desde la explicación de su propia doctrina.

Respecto a Aubenque es cierto lo que comentas, pero también es cierto que los destinos a los que llegan Oñate y Aubenque son bien diferentes. En efecto, Oñate critica que Aubenque hacía una lectura noekantiana del Estagirita, por lo que deja entrever que su explicación es aporística y que al final echa mano de elementos demasiado kantianos y poco apegados el pensar griego. En cambio, ella llega a pensar que la Metafísica en Aristóteles no es tal, sino más bien una física primera o, lo que es lo mismo, una teología-racional ontológica. Esa es la postura y defensa de Oñate contra Aubenque.

Por último es cierto que leer a Aubenque (El problema del ser en Aristóteles) es un gusto intelectual de altos vuelos, qué duda cabe.

Agradezco tu comentario Grealeser. Te he leído en algunas intervenciones y veo que eres de los pocos filósofos del foro.

Por un momento, he pensado que no podía ser, pero si que es...la gente opina sobre un libro que no ha leído o ha hojeado someramente rescatando alguna reseña. El corta y pega muy en boga hoy en día. Que bonito y que lustroso queda.

Curioso lo de hablar sin saber (En realidad de curioso nada, pero se supone que estamos en un foro filosófico), porque para saber hay que tener una experiencia. Opinar sin saber no es de recibo. El que lo ha leído si puede ver que otros no se lo han leído. Así funcionan los exámenes normalmente. Por suerte en esta carrera, muchos de los docentes tienen una postura muy abierta que es de agradecer. Esa misma postura es la de Oñate. Así que las continuas quejas y medias-verdades tampoco se pueden entender.

Pero, visto el atrevimiento del personal, opto también por incurrir en la falta y avocarme al suicidio intelectual diciendo que..."opino que hay muchos que critican por pura vanidad, el mayor defecto de alguien que no se sabe separar de los libros y que jamás puede aceptar un mínimo grado de incapacidad por su parte. Vamos, un solipsista que no escucha al que sabe, porque cree saber mas que nadie, o mejor dicho no le preocupa ese alguien”.

Dicho lo cual y antes de la marejadilla que veo aproximarse, advierto que no me dirijo a nadie en particular. Sin acritud, queridos entendidos en todas las materias. A opinar se ha dicho.

No sé los demás, pero que yo sepa todos estamos aquí de buena fe, para aprender, opinar y consultar dudas dentro del respeto mutuo. Y veo que hay bastante mala fe en el discurso de Tarkowsky. Oñate no es el único camino para aprender, y que no nos guste a algunos, no le da a nadie derecho a insultarnos. Que yo sepa, ninguno de los detractores de Oñate nos las hemos dado de nada, ni tenemos ninguna pretensión, salvo aprobar, buscar la verdad y hacer las cosas lo mejor posible. Si alguien quiere ilustrarnos sobre las excelencias de los libros de Oñate, que lo haga. Que diga qué es lo que ve él, que no vemos nosotros, pero que no insulte.