Creo que se puede decir sin equivocarnos, que para las disciplinas esotéricas es muy importante la Analogía. Esto es como decir que el “antiguo conocimiento esotérico” sostiene que el mundo se estructura en paralelismos, a distintas escalas. De igual manera, las Casas de la astrología representan paralelismos de los Signos zodiacales. Las casas son la concreción de los signos: las casas son los distintos ámbitos de nuestra vida. Casa 1: uno mismo, el cuerpo. Casa 2: nuestros valores, nuestras posesiones. Casa 3: Cómo me comunico, mi relación con mis hermanos…

Por ejemplo como grandes escuelas hablaríamos de: astrólogos tradicionales, astrólogos modernos (que siguen la escuela de Londres), astrólogos hindúes, astrólogos chinos. Hay microescuelas, pero no cambian nada esencial. La astrología occidental tiende a ser tropical, pero la astrología hindú es sideral: ellos reflejan el cielo real, el cielo que verías a simple vista o con un telescopio, los occidentales no.

La astrología es la mitología. Por eso nos aparece como cita de Heráclito: “que Homero era astrólogo” (Fragmentos presocráticos, Alberto Bernabé, pág 164).
Toda astrología data cada instante, no como cantidad, sino como arquetipo, como sensación, como entidad con un sabor reconocible, o sea como “esquema de manifestación”. Como si fuese un arquetipo mitológico manifestándose: por ejemplo, es Saturno manifestándose, y entonces estemos atentos a trabajar la disciplina, o es Júpiter y entonces veremos algo más de abundancia y alegría en nuestra vida, según por qué casa de nuestra carta astral esté pasando Júpiter, y según cómo se lleve, en tensión o sin tensión, con los planetas de nuestra carta natal. Esto y todo lo que sigue, sería compartido por todas las astrologías.

Así, según la ontología astrológica, cada instante en cada parte, cada persona, animal, país, “es” un efecto del macrocosmos, del mundo planetario. Como si fuésemos un reflejo pequeño o microcosmos, de aquello que está arriba. En la cábala y en la astrología, los planetas están en nuestro interior, no sólo allí arriba: el mundo es analógico. Por eso no es necesaria ninguna energía que salga de los planetas, aunque muchos otros astrólogos opinan que sí. Ni tan siquiera sería necesario que ninguna energía nos llegase de los astros, porque la analogía basta. Es decir, conforme el Sol se mueve en el cielo, si el Sol también está en nosotros, se verá afectado por el movimiento del Sol grande, por analogía entre lo planetario grande y nosotros como microcosmos.

Astrológicamente hablando, no es que las personas seamos una unidad tan fácilmente como creemos. Poseemos partes y fragmentos dentro de nosotros, impulsos, identidades que nos conforman y que aún no sabemos reunir. Estas entidades o fragmentos que nos componen, los planetas, reflejarían al cielo como macrocosmos. A diferencia de lo que suele creer la gente, nuestro signo del zodíaco es el signo en que se halla el Sol cuando nacimos y eso NO define nuestra identidad, porque sólo es una parte mínima de nuestra carta astral.

Es la carta astral, esa foto celeste de nuestro nacimiento, lo que contiene supuestamente el circuito de movimiento de energías y abstracciones, el esquema mismo del movimiento de nuestra vida.
Es muy curioso, porque como epistemología la astrología es toda una ontología del valor y significado del tiempo. La astrología defiende, que ella es “la ontología en sí”, la ley causal de desenvolvimiento de todas las cosas. Cada desenvolvimiento del tiempo es parte de un proceso necesario y cósmico (como en Anaximandro).

jajaj, me hizo mucha gracia tu mensaje, creo que hasta tengo ese libro por ahí, no estoy seguro. Los arquetipos de los antiguos eran distintos porque su mundo era distinto, los arquetipos se actualizan en cierto grado aunque su base esencial nunca cambiará.


Creo que tienes razón, quizás si nos atenemos justamente al lenguaje, ya no debemos llamar a estas disciplinas “ciencias ocultas”.
La astrología también hacemos “acuerdos” entre expertos, al igual que ocurre en las ciencias. Ese es su valor de verdad, pues en la ciencia no hay otra instancia superior que el acuerdo de los expertos. La astrología es una disciplina experimental. Sin embargo, no es “experimental” en el sentido de casa y efecto científico. No medimos cantidades de energía y o materia. Los símbolos y su mecánica no funcionan de esa manera. Cada símbolo, es un haz que se compone de unos pocos sentidos; no de un sólo sentido como esperaríamos en la racionalidad a la que estamos acostumbrados. Se parece más a la mitología, un dios no lo es generalmente de una sola cosa, no se lo caracteriza de manera simple y enteramente definida y conocida como ocurre en la ciencia.

Es más bien una matriz de parámetros. Por ejemplo Júpiter: abundancia, vencedor, espíritu filosófico, humor, trascender lo racional y concreto porque este planeta abunda, amplifica, expande, también por eso lo caracterizan el altruismo y la compasión. Ese conjunto de atributos habrá que concretarlo, definir qué parámetro es el que realmente actuará, según el signo o la casa sobre la que actuará Júpiter, por ejemplo en casa 2 nos hablará de valores o de dinero, en casa 10 nos hablará de nuestra profesión, etc.

Gracias Kse por responder tan amablemente a mis preguntas.

Sigo teniendo algunas dudas sobre las “Casas” pero las dejo para otra ocasión. He buscado información sobre la astrología tropical y sideral y he visto que soy una Piscis muy Piscis. Qué descanso. Si me encuentro que en una astrología soy de un signo y en otra de otro, me habría molestado muchísimo.

Me ha parecido entender que nuestra carta natal sería una fotografía de nuestra vida, por decirlo con otras palabras Esto implicaría un determinismo pleno. No sé si estoy equivocada en este aspecto.

Has dicho que

No sé qué significado tiene “energía” en este contexto. ¿Me lo podrías explicar? Desde tu punto de vista ¿la analogía bastaría, no sería necesaria la energía?
Entiendo que el sol y la luna influyen en nuestro estado anímico y en nuestra vida. Por ejemplo, nuestras horas de sueño dependen de la luz solar (generalmente) o las mareas se ven afectadas por la luna. Ahora, lo de Júpiter…

Respecto a lo que has dicho sobre los fragmentos del “yo” (que coindirían con los fragmentos de los planetas que nos componen), ayer escuché a un Psiquiatra hablar de los “yoes” que componen nuestra unidad como sujeto, que vendrían a coincidir con los distintos comportamientos que adoptamos en distintos contextos sociales. Al menos, así lo entendí yo. No tomé notas y podrían estar tergiversando sus palabras.

Besos.

Veamos. Cuando la gente piensa en “astrología”, tan sólo concibe “energías” o algo similar, que sea capaz de hacer que los astros nos afecten. ¿Verdad? Por eso he comentado que pensando realmente en un mundo Analógico y hecho de leyes que se repiten a distintas escalas no sería necesario. Tomando en cuenta cómo describían las cosas en este tipo de disciplinas, no haría falta que nos llegue ninguna energía, porque también nosotros poseemos a los planetas dentro y el movimiento de los grandes, sería un reflejo en espejo de nuestros planetas interiores. Al ser un microcosmos, también nosotros nos estaríamos moviendo al moverse los astros grandes. Ambos planos se mueven a la vez, el planetario y el interior humano.

Claro, la Luna y el Sol, sabemos que afectan a la física de nuestro planeta debido a la “gravedad”. Para los astrólogos que defienden que de los astros nos llega algún tipo de “energía”, ésta no tendría nada que ver con la gravedad. Por ejemplo un pequeño planeta como Plutón, se considera actualmente como el más fuerte de todos. Justamente por ser el más exterior, domina a todos los otros que caen dentro de su órbita. Los que piensan en energías, lo ven como Pitágoras, que cada planeta tiene su propia sustancia y características así como en lo que supuestamente emitiría.