Bolindre
Por ello, conocer el significado de una palabra no es poder asociar esa palabra con un objeto, no es conocer una designación, sino poder aplicar la palabra correctamente en los contextos y circunstancias apropiados.
¿Por qué para Wittgenstein los contextos “son” el único lugar donde se da el significado? Él no quiere que lo entendamos como: “el significado” lo aplicamos en distintos contextos. Sino que quiere que sólo esté en esos contextos. Gracias por la explicación. Si hablamos de significados y contextos, ¿no ocurre siempre que los contextos en que aplicamos una palabra se derivan del significado de la palabra? Te lo diré más claro: ¿existen contextos en los que la palabra que aplicamos contradice la definición del diccionario? ¿Existe algún contexto de aplicación de una palabra en la que no tenga que ver directamente con su definición de diccionario? Si esto se diese, sería porque estamos empleando metáforas por ejemplo, pero no el uso directo de la palabra. Por eso me parece imposible en principio, liberarse del significado de diccionario como creo entender que hace Wittgenstein. Si reduce el significado a contextos, borra la definición de diccionario de algún modo, ¿no?
Cojo el ejemplo de Wittgenstein del ajedrez: saber lo que el rey es, no sólo es saber qué pieza es, sino saber cómo funciona en la partida. Sí, si sabemos lo que algo es y cómo funciona, conocemos su definición. Conocemos también su significado, sabemos cómo actúa. Pero esto realmente no parece aplicarlo el autor, ¿verdad? Por ejemplo, ¿no podemos conocer el significado de “corazón humano”, puesto que los contextos conversacionales entre médicos nos son ajenos?
Es decir:
1.¿Existe alguna duda de que conocemos lo que es un corazón humano sin necesidad de saber en qué circunstancias lingüísticas se aplica la palabra?
2. Si aceptamos 1 y sabemos lo que es un corazón humano, entonces podemos darle una definición. Porque sabiendo identificar cualquier cosa y sabiendo cómo funciona, es justamente cuando podemos decir que “conocemos su significado”. ¿Estás de acuerdo?
Wittgenstein tiene que haber rebatido esto o haberlo intentado, pues sin eso se le cae cómo sustentar su nueva definición de la palabra “significado”. Porque, ¿cómo se aplique la palabra “corazon” en las conversaciones, ¿tiene algo que ver con lo que el corazón “es” y significa? No, sino que tiene que ver con lo que “corazón” significa, si, en los distintos contextos. Llamar significado de la palabra corazón a los contextos tiene un grave problema: que el corazón existe y que conocemos su significado y cómo funciona, al margen de cómo lo emplemos lingüísticamente.
Creo que cuando “corazón” no se atiene a la definición del diccionario, es porque ya no hablamos del significado básico sino de significados derivados (amor o emoción por ejemplo). Lo grave es decir que el significado sólo es contextual, porque eso implica borrar el elemento común a todos los contextos (la definición del diccionario). Y que sea grave, es porque fíjate que justo desde la definición de diccionario se crean los contextos. O sea, principalmente las personas no crean contextos lingüísticos de palabras que desconocen, sino que creamos contextos lingüísticos con las palabras que conocemos o estamos conociendo (aprendizajes).